- ¿ A donde vamos?- camino deprisa agarrada de la mano de Dan.
- A mi casa, ¿te parece mal?
Cualquier otro día hubiese dicho que no, pero estoy harta de ser una cría, tengo que empezar a vivir.
- No, claro, vamos.
Mi móvil empieza a sonar, es Gale. Lo cojo
- Anda mira a quien le ha dado por acordarse de mi- le digo.
- ¿Jess?¿Estas bien?¿ Has visto la hora que es?
- Ahora resulta que eres mi padre.-Me río.
- ¿Qué? Oye, vente a casa y hablamos las cosas.
- Lo dices como si fuera tu casa, que te quede claro que esa casa no es tuya, ni yo lo soy, soy libre
de hacer lo que me plazca.- cuelgo el móvil.
Media hora más tarde llegamos a casa de Dan, es un piso pequeño, pero esta perfectamente ordenado, lo cual me extraña. El olor de la cocina me trae cierta añoranza.
Empiezo a recordar todas las veces que he cocinado con mi madre, la hecho de menos debería ir a visitarla un día. En el pasillo, se ven fotos de un niño pequeño todas en blanco y negro. Entro al baño pero hay una mujer en el suelo.
- Espera, ¿no vives solo?
- Claro que no, vivo con mis padres ¿tanto te sorprende?
- Hombre, con lo cabronazo que estas hecho me extraña mucho que no te hayan echado ya.
- ¿Cabronazo? Mojigata estas muy rara.
Sé que estoy rara pero esta noche me apetece estar así y decir lo primero que se me pase por la cabeza.
- Estoy siendo quien siempre he querido ser, ¿tienes algo de alcohol?- le digo dirigiéndome a la cocina.
- ¿Facilita eh? -sonríe- Claro, sal a la terraza coge lo que quiera de arriba.- me dice volviéndome a besar.
Tardo unos minutos en encontrar el mueble que me dice a pesar de que es el único alto que hay, intento subirme a una banqueta, pero mi equilibrio es muy malo, así que opto por ponerme de cuclillas. Alguien me da en el culo, me giro esperando a Dan pero en cambio me encuentro a un hombre bajito, calvo y barrigón.
- Fíjate, que putita tenemos por aquí, has elegido bien esta vez eh hijo- dice riéndose y recorriéndome con la mirada. Le sonrío, me resulta un hombre de lo más majo y sincero, me gusta que diga lo que piensa sin reparos, fuera mascaras.
A pesar de lo pequeña que es la casa me pierdo buscando el salón, cuando por fin lo encuentro dejo un par de botellas sobre la mesa y me siento en el sofá junto a Dan.
- ¡Vaya! Solo he traído un vaso.
-Tranquila podemos compartirlo.- me dice mientras me arrima más a el.
Tras unas cuantas copas, Dan me empieza a besar en el cuello. Me fijo en como el tapiz blanco del sofá esta lleno de manchas rojas, a causa de todo el alcohol que he derramado. Dan sigue subiendo. Mi móvil empieza a vibrar.
- Jess, joder llevo toda la noche llamándote, por favor solo dime donde estas, solo eso.- Es Gale.
Intento responder pero Dan cuelga por mí y empieza a besarme.
-¿ Que tal si seguimos en mi habitación?-Susurra a mi oído
No se como, pero me encuentro ya en su cama, mientras me empieza a bajar los pantalones. Me doy cuenta de que tengo la camiseta quitada.
- Date prisa Gale.
- ¿Gale?- me contesta.- Yo soy mucho mejor no te confundas.-Me empieza a vibrar el móvil, no sé cuanto tiempo ha pasado. Miro la pantalla es Gale, intento cogerlo, pero no alcanzo a acertar las tecla. Veo que Dan esta encima mía, pero no noto ningún tipo de peso sobre mí. Empiezo a escuchar un zumbido.
- ¡Que contestes joder!-noto como alguien me grita y mi cuerpo se agita.
- ¿Gale?- consigo decir.
- Que no soy Gale, soy Dan ¿Escuchas mojigata? , el no sería capaz de hacerte lo que yo te voy a hacer- Empiezo a notar un fuerte dolor, pero no logro saber que es. Me intento apartar y salir de la cama, pero las piernas me fallan y me caigo, todo se queda en negro.