Me muevo de la manera mas sigilosa posible para llegar al baño. Son las nueve de la mañana y aun están todas dormidas, así que tengo que hacer el menor ruido posible para no despertarlas.
- Jess.- susurra Amy.
Misión fallida.
- Dime- contesto de la forma mas baja posible.
-¿Estás bien? Anoche Jake estaba preocupado.
- Si claro, solo me encontraba un poco mal, pero ya se me ha pasado.- le contesto con sonrisa convincente. Otra mentira.
-Eso mismo le dije yo- me sonríe Amy- de todas formas llámale más tarde para que se quede más tranquilo.
-Claro - le digo mientras intento cerrar la puerta del baño sin hacer ruido.
Me miro al espejo, tengo fatal el pelo, no puedo dejar que me vean así, cojo el cepillo que hay en el segundo cajón y me empiezo a cepillar . Es ahí cuando me doy cuenta.
Tengo dos moratones enormes que me recorren parte del brazo izquierdo. Recuerdo los dos puñetazos que recibí anoche, al meterme en medio. En ese momento no le di importancia, pero ahora, la verdad es que duele, y no sé como voy a tapar esto, no me apetece darle explicaciones a nadie.
Salgo del baño. Por suerte Amy se ha vuelto a dormir. Busco en mi mochila, y decido ponerme una camiseta de manga francesa , con la que apenas se ve uno de los moratones. Cojo el móvil y mando un sms a Jake diciéndole que estoy bien.
Tres horas más tarde estoy en casa ayudando a mi madre a hacer la comida. Me encanta como cocina mi madre, y siempre que puedo intento aprender de ella. Para así algún día poder hacer comidas casi igual de buenas.
- Ve a la despensa a por el tomate y el chorizo- me pide mi madre.
- Voy- la sonrío.
-Mamá, no veo el tomate por ninguna parte- le digo mientras sigo buscando.
- Es verdad, se me olvidó comprarlo el otro día ¿podrías acercarte un segundo a la tienda?- me dice asomándose por la puerta.
- Claro, ahora mismo voy.
Diez minutos más tarde ya estoy pagando en caja. Salgo a la calle y ahí esta él.
- ¿Por qué parece que me sigues tanto últimamente?- le pregunto en tono un poco arrogante.
- Eh, tranquila mojigata, que te he visto entrar en la tienda, y he pensado que quizás podía sacar partido a algo que compraras- me sonríe- pero fijate tú, solo me traes un bote de tomate.
- Mira no tengo tiempo, ni ganas para...
En ese momento veo como del cambia la cara drásticamente.
- ¿Qué pasa has visto un fantasma?- Le digo en tono de burla, aunque me empieza a asustar.
- Tu brazo- contesta sin dejar de mirar la parte de moratón que se puede llegar a ver.
- Ah si, esto, no es nada- le contesto, no quiero que se sienta culpable al fin y al cabo él me intento defender.
Me agarra con delicadeza y empieza subirme la manga poco a poco. Siento un escalofrío por todo el cuerpo.
- ¿Que no es nada Jess? - Se le tensa la cara-¿ Y entonces por qué tratas de taparlo?
No entiendo porque se preocupa tanto, es un simple moratón
-Jess, yo …-me dice con cara preocupada
- ¿Tu..?
Suena el teléfono, Jake, que oportuno.
- Dime Jake
- Hola, era solo para saber si estabas bien, ayer estabas un poco rara- me contesta al otro lado del teléfono.
- Claro que estoy bien, ya te he puesto un mensaje antes. Oye ahora estoy ocupada, ¿Luego hablamos vale?
- Claro.- me contesta en tono alegre.
Cuelgo, levanto la vista pero Gale ya no está.
Por la tarde me pongo a estudiar, más tarde iré a clase de latín. He de seguir horario.