Cojo la pulsera y me dirijo a la puerta. Le digo a mi padre que tengo que estudiar y le dejo evaluando los daños con ese hombre.
No tengo ni idea de si esa pulsera con la G marcada es suya pero necesito verle. Y ya.
Decido quedarme esperando cerca de la Iglesia. Creo recordar que he visto varias veces a sus amigos en este descampado sucio y mugriento. Realmente no sé qué le está pasando a mi vida últimamente. Los veo llegar, él va el primero. Patético.
-¿Puedo hablar contigo un momento?-Me dirijo a él. Todos se sorprenden, él el que más.
-¿Mojigata que haces aquí?- Me dice mientras se ríe de mí y continúa con sus amigos hacia un banco. Llevan bebidas, supongo que irán a hacer eso del botellón. Me hierbe la sangre.
-Sé que habéis sido tú y tus estúpidos amigos los que habéis quemado la iglesia.- Les digo a punto de llorar casi escupiendo las palabras.-Toma tu estúpida pulsera. Me dais asco.
Me mira con los ojos como platos.
-¿Como cojones has sabido que era mía?¿Dónde la has encontrado? La perdí hace dos días. ¿De qué estás hablando?- Parece aturdido pero no más que yo, eso lo puedo asegurar. Sus amigos nos miran sin entender nada, y la pelirroja me fulmina con la mirada.
-Yo...no sé.- No sé qué responder. No pienso decir que he soñado con esa pulsera esta noche ni que no he dejado de pensar en su nombre desde ayer. ¿Que perdió la pulsera? ¿Y entonces quién la dejó ahí? ¿Quién querría inculparle? Definitivamente está mintiendo.
-Estaba en la cesta de la iglesia. La iglesia que ayer tú y tus amigos quemasteis.
Zack, el más alto, se pone de pie.
-¿¡Que dices niñata de mierda!? Nosotros no hemos quemado ninguna Iglesia, eres tú la que está juegando con fuego.- Se acerca a mí demasiado, me asusta y comienzo a alejarme de él. En ese momento Gale se levanta y le sujeta.
-Mira niñata, no sabemos de qué cojones estás hablando. Sobras aquí- En ese momento veo a Kat sonreír. Esa pelirroja...seguro que está disfrutando de como me humilla su estúpido novio. Apuesto a que lo son.
-Gale, eres patético. Me dices tu nombre y me paras en la calle cuando tus amigos no están y ahora actúas así. Tu actitud es inmadura y me das asco- No sé de dónde saco este carácter cuando estoy con él. Sus amigos están con los ojos abiertos, y Kat me fulmina con la mirada. Seguro que no sabía que su novio va por ahí saludando a mojigatas como yo.
-Tú te vienes conmigo niñata- Me agarra del brazo y me arrastra fuera del descampado mientras todos sus amigos salen del trance y ríen. Todos menos Kat. Me acorrala en una pared con sus brazos.
-No vuelvas a hacer eso. Mis amigos no debían saber que te saludé- Me dice con voz hipnótica y enfadada. Siento su aliento a tabaco en mi nariz y como me pongo roja. No soy capaz de responder. Está muy cerca de mí, más de lo que ningún chico lo ha estado jamás.
Justo en ese momento llega Jake.