-Él parecía inasequible, sin embargo se volvió un posible amor para mí.
-Andreina Fisk
-Mark Williams
PROTAGONISTAS DE: UN POSIBLE AMOR
Una comedia romántica para disfrutar.
...
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C A P I T U L O 50.2
Escuché como aclaró su garganta.
Escuché los suspiros desesperados de Patty.
Y presencié a un Risher rascando su cabeza mientras miraba el suelo.
— Buenas noches, ¿podría tomar un poco de tu tiempo? —Preguntó Cristian.
Ok, ¿a quién se lo dijo? ¿fue a mí? porqué siquiera lo estoy mirando.
— ¿Podrías repetir esa pregunta? —escuché decir a Mark.
Patty pellizco el brazo de Risher y sus susurros no eran entendibles.
— Estaba hablando con Andreina, no contigo —se dirigió Cristian a Mark.
Miré al chico de ojos extremadamente verdes, quien tensó su mandíbula. Literalmente este momento se estaba volviendo de película y una de una triángulo amoroso realmente interesante.
Mark se aproximó a Cristian y él lo desafío levántando su quijada.
—Hey —le llamé.
—Bro —lo detuvo Risher.
Patty se rasco la cabeza, mirando a todos lados, como si lo único que pasará por su mente ahora mismo, sería desaparecer de este lugar, sin embargo su lealtad a su amiga, se lo impedía.
— Iré hablar contigo.
Fue lo único que dije.
¿Qué? ¿dije eso?
La máscara que llevaba cubría sus ojos, dejando ver el brillo de los mismos.
Miré a Mark, llegué hasta su oído para susurrar —Confía en mí, Marky.
Salí de entre ellos, sin ver como tomaron el tema de mi decisión, en realidad, hubiera preferido evitar a Cristian, pero una parte de mí decía que tenía que acabar con todo esto, que debía dejar ir por completo mi pasado, y eso me impulsaba a seguir caminando junto a él. Junto a Cristian. El primer chico que me gustó en preparatoria.
— Justo aquí —me avisó Cristian, señalando el banco de madera en donde me sentaría con él.
Asentí con la cabeza y tomé asiento, el me imitó, entonces me miró fijo, quizá en otros tiempos mi vista se desviaría en este momento, sin embargo no es como antes, ahora puedo mirarlo sin tener sentimientos amorosos hacia él.
—¿Recuerdas nuestro último abrazo? —me preguntó Cristian.
Asentí —Si, lo recuerdo claramente, en ese entonces...—Él me interrumpió.
— ¿Por qué siempre me evitabas? —puntualizó.
Porque no quería que me guste un mujeriego.
— No lo hacía, solo no veía necesario capturar tu atención —le dije.
