- Siento que voy a llorar - forma un puchero en sus labios mientras los ojos se le llenan de lágrimas - No quiero dejar a mis niños pero debo hacerlo.
La abrazo, acariciando su espalda y su sueve y corto cabello- que en la luz del sol se ve dorado -. Beso su frente y tomo sus manos.
- Se llevarán de ti el mejor recuerdo de su infancia, Cariño. Por que eres una excelente maestra y una increíble mujer que quiere seguir llenando corazones de amor y enseñanza.
El día de hoy tiene que hablar con la directora de su escuela para darle la noticia de que debe irse para seguir alcanzando sus sueños. Aunque la directora ya sabe cuáles eran sus intenciones al pedir tantos documentos y recibir una llamada de la otra escuela.
- ¿Crees que me extrañaran? - pregunta.
- Por supuesto que lo harán, mi amor.
Asiente con una sonrisa llena de nostalgia y se alza de puntitas para alcanzar mis labios.
- Debo irme. Tengo muchas cosas que hacer antes de irme.
- Vendré por ti a la salida.
- No te molestes, Mica vendrá por mí - avanza hasta las puertas traseras del auto para sacar su bolsa y sus materiales didácticos - Iré con ella a una clínica...
Salta los ojos sorpredida como si hubiera dicho algo que no debería decir.
- Irá a hacerse su primer ecografía y quiere que esté con ella - sonríe inocente.
- Bien, entonces te veo más tarde ¿Si?
Asiente.
- Suerte en el trabajo.
Se despide y camina a la escuela. Me quedo unos segundos más ahí parado observando su trasero. Reaccionó con el sonido de mi celular y es mi papá quien me ha enviado un mensaje.
- La cita de las 9 de la mañana se cancela para mañana. Te espero para la firma de contratos a las 10:30.
Salúdame a Jules y dile que tu madre le envía también saludos.
Blanqueo los ojos divertido. A ella si la saludan y a mi que me lleve el diablo.
Pero me da gusto el que Jules se haya ganado su corazón desde la primera vez que la vieron. Con Amaya no era así. Ambos le hablaban y la soportaban por mera educación. Siempre decían que era una niña malcriada y presumida.Tengo una hora y media libre y decido irme a desayunar un buen café al centro. Quince minutos después hago mi pedido y espero paciente sentado una de las mesas con vista a la ventana.
- ¿Juan Pablo Villamil? - escucho mi nombre.
Giro la cabeza hasta la persona que me llama y es Katherine Lee. La madre de Jules.
- Señora Lee, que gusto verla - me pongo de pie para saludarla.
- Solo dime Katherine. El señora me hace ver mas vieja de lo que estoy - sonríe y noto que no tiene la misma sonrisa de Jules. A Katherine se le forman dos hoyuelos en las mejillas - ¿Puedo...- señala el asiento vacío frente a mí.
- Adelante - camino y le extiendo la silla para que tome asiento.
- Eres muy amable, gracias - vuelve a sonreír - Ahora veo porqué mi hija se enamoró de ti.
No puedo evirar esbozar una sonrisa con la simple mención de Jules.
- ¿Cómo están las cosas con ella? - pregunta un tanto avergonzada - en su cumpleaños no la vi tan bien y como no te vi llegar con ella, imaginé que tenían problemas.
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La Última Noche de Diciembre
RomanceJules perdió la esperanza de vivir hace tiempo. El pasado que carga la dejó rota y con pedazos incompletos, tal cosa la llevo a armar una barrera de acero entre ella y el mundo que la rodea. La música es el único latido débil que la ayuda a sobrevi...