La Última Noche de Diciembre

VEINTIOCHO

Nuestro fin de semana resumiendolo fue: Todo el sábado Juan Pablo y yo tirados en la cama, en el sofá y en la alfombra acolchanada frente a la chimenea.
Todo el día con la lluvia afuera y no había mejor plan que ese.
Para la único que nos levantabamos era para comer, ducharnos e ir a hacer nuestras necesidades.
El café caliente por la mañana, por la tarde y por la noche acompañado de charlas cómodas y la música sonando bajito por los altavoces
. Nosotros bailando desnudos sin ningún tipo de vergüenza.

El domingo decidimos salir a caminar un poco y llenar de aire fresco nuestros pulmones. Todo con él eran risas, juegos, coqueteos, algunos enojos y pequeñas discusiones que terminaban en besos largos y reconciliaciones en la cama. Todo estaba bien entre nosotros. Todo estaba bien. Yo estaba bien con él y conmigo misma.

Ese mismo día mientras él conducía de regreso a casa y yo tenía la mirada pegada a la ventana, me atreví a imaginar un futuro con él. Un futuro que no volví a imaginar cuando rompieron mis ilusiones.

¿Cómo me vería de blanco, caminando hasta un altar?

¿Como sería mi vida sí ambos decidimos compartirla juntos?

Y la pregunta que más me duele porque pueda que solo sea una ilusión ¿Como sería un ser hecho por él y por mí, cómo serían las facciones de un hijo nuestro?

Sacudo la cabeza al pensar tal cosa. Ya es mucho soñar con un futuro juntos como para pensar en lo demás.

Mi celular vibra con el recordatorio de la próxima fecha de mi cita con Katherine.
Ese recordatorio me lleva de vuelta a la cruda realidad y al fin de mi fin de semana de ensueño.

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- ¿Señorita Davis? - preguntan al otro lado de la línea.

- Sí, soy yo - respondo colocandome los pendientes frente al espejo mientras apoyo el celular entre mi hombro y mi oreja.

- Para usted son días así que se los doy y solo le aviso que en este momento estoy enviando la documentación que deberá presentar el día de mañana.

Me quedo pasmada frente al espejo de cuerpo completo. Centro toda mi atención en la llamada y tomo el celular de manera correcta.

- Perdón ¿Dijo mañana?

- Es correcto.

- Disculpe pero me había informado que sería la semana que viene. No tengo nada listo aún.

- Sí, eh, error mío. Pido una disculpa. La directora de la institución cambió la cita para el dia de mañana ya que tiene una excursión de directivos y por ello está tratando de pasar sus pendientes para esta semana.

Me llevo la mano a la frente tallandola con frustración.

- Vale, sí, no hay problema. Voy a agilizarme para tener todo listo.

- Valdrá la pena, crealo - escucho como teclea del otro lado - listo. Acabo de enviar toda la información que necesitará. Hasta luego.

No me da tiempo de responder ya que cuelga de inmediato.
Me apresuro a entrar a mi correo para ver lo que necesitan y vaya suerte. El celular se marca el 1% de batería. Segundos después muere en mis manos.
Me apresuro a buscar el jodido cargador y nada que aparece. Veo el reloj de mi muñeca y solo tengo cinco minutos para que Juan Pablo me vaya a dejar al trabajo o llegaré tarde.

Salgo de la habitación y bajo corriendo las escaleras de la gran casa.

- ¡Amor ¿Me prestas tu laptop?! - grito como una loca sin saber donde rayos está él.