9 El enemigo oculto💖🔥

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Bucarest, Rumania

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Bucarest, Rumania

Analise Charpentier caminó a través de los pasillos de Charpentier Biotechnologies con gracia y sofisticación. El personal se levantaba de su silla, rindiéndole pleitesía por donde pasaba. Era eso o despedirse del empleo.

«La emperatriz». Ese es el apodo que le calzaba a la perfección después de la muerte de su hermano Jérome. Se había hecho con el control de la empresa y todos los negocios turbios que encerraba. Todos tienes un precio. Y, lamentablemente, cada persona le demostraba a la hermosa joven que tenía razón.

La pérdida de su hermano había sido irrepetible. Analise y su hermana Nancy quedaron sumidas en una profunda tristeza. El honor de la familia puesto en tela de juicio por medios de comunicación y la policía allanando cada espacio y propiedad con la que contaba Jérome.

Cada palabra o humillación se grabó a fuego en el pecho de ambas hermanas; las veces que sus amigos se reían a sus espaldas, el terror de perder todo y quedar en la calle sin un centavo... Se juraron a sí mismas que nunca más serían doblegadas o morirían en el intento. Fue la frase que se clavó en sus almas encarnizadas que clamaban la más dolorosa venganza.

«Vamos a destruir a cada hijo de puta que humilló a nuestra familia».

No había que ser demasiado inteligente para percatarse de que entre ellos se encontraban Dennis Lukas e Ian Callum.

Dennis estaba prácticamente muerto, pero Ian no. Y ambas sabían que jugar con fuego era peligroso. Ian no era un hombre fácil de matar, y por ello debían atacar a su punto débil, uno que habían tardado meses en encontrar, dado que analizar y darse cuenta de la relación sentimental entre Orel e Ian había sido una proeza. Sin embargo, en cuanto Ian comenzó a seguir a Orel después de haber asesinado a su propia esposa fue prueba suficiente para atestiguar el lazo inquebrantable de ambos hombres. Ian era capaz de todo por Orel, y ese sería su fin.

Analise subió los ascensores y se dirigió al piso quince, donde encontró a su hermana en el antiguo escritorio de su hermano.

—Llegas tarde —dijo Nancy sin dirigirle la vista.

Fue cuando Analise, frunciendo la boca agria de disgusto, lanzó al escritorio el periódico con el desastre en Marsella en primera plana.

—¡Estos bastardos no sirven para nada! —gritó a viva voz, bañada en el líquido de la impunidad en el cual nadaba desde que llegó al mundo—. Veinte inútiles.

Su hermana la observó y puso los pies sobre el escritorio, relajada.

—¿Qué te sorprende?

—Eran los mejores.

—¿Según quién? —indagó Nancy con una calma escalofriante. Analise se quedó en silencio—. Te dije que esta idea era una mierda. Ian Callum es un bastardo que conoce el terreno. Prácticamente lo criaron para defenderse y matar. Unos mercenarios de pacotilla no eran rivales.

—¿Y entonces por qué no me dijiste que la idea era una mierda? ¡El dinero que perdimos en ellos!

—Imbécil, tienes tan poca materia gris a veces —contestó con una sonrisa—. Me sorprende que seas mi hermana.

—Bien, «genio», dime por qué evidentemente esto tenía un propósito mayor.

—Ian Callum está solo junto a Orel Romanov —dijo con una gran sonrisa—. Ahora vamos a enviar a los verdaderos cazadores.

—¿De quiénes hablas? —cuestionó Analise con el ceño fruncido.

—Cariño, ¿conoces el dicho de que no se puede estar bien con Dios y con el diablo?

—Sí, ¿y qué?

—Pero ¿qué hay de un ángel y un demonio?

Analise quedó estática y después se cubrió la boca.

—No hablas en serio.

—Estoy esperando su respuesta. Y desde ya te digo que la muerte de un Callum es tan personal como para nosotros.

Analise tenía una sonrisa que le iba a partir la cara.

—Anael y Bryce Morgan... ¿Cómo carajo los conseguiste? Jamás quisieron trabajar con Jérome.

—No hizo falta demasiado, solo decir que el enemigo es un Callum. Eso y el dinero fueron motor suficiente.

—Una gran cacería. Me gusta cómo suena.

—Si todo sale como esperamos, les he pedido un favor.

—¿Cuál?

—Las cabezas de Ian Callum y Orel Romanov en una caja. —Nancy le guiñó el ojo, y Analise dio saltitos de felicidad.

—Vaya, esa veta sádica la heredaste de Jérome.

Ambas mujeres rieron y disfrutaron la futura victoria. Si los Callum eran letales, Anael y Bryce le agregaban un plus. Nadie amaba la cacería como Anael, un «ángel» que de ese vocablo no tenía nada, y luego estaba el mismísimo Lucifer, uno al que nada lo amedrentaba, que había visto la muerte de sus padres a manos del padre de Ian. Clanes de mercenarios y asesinos dispuestos a todo por poder y gloria.

—Abre una botella de champaña. Hay que festejar. —Analise se sentó frente a su hermana mientras se descalzaba los zapatos—. La venganza está cerca, hermanita.

—Lo sé. Brindemos por eso...

—¿Después qué haremos?

La muchacha se encogió de hombros.

—Después de que los Morgan y los Callum se hayan destruido nos dedicaremos a disfrutar.

—¿Estás tan segura de que se matarán entre ellos?

—El asesinato está en su esencia, y esa es una gran ventaja. Hay que aprovecharla.

—¿Y si los Morgan sobreviven y nos delatan?

—Confía en mí. —Nancy sacó una carpeta, en la cual tenía otro número de teléfono. Analise estaba perpleja, y por eso Nancy rio—. Esta vez no hay nada que detenga a las Charpentier. 

IAN - T.C Libro 2 (Romance gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora