—¿Cómo carajo vamos a entrar aquí? —Mayka observó con binoculares el impresionante castillo.
—Las paredes del sector sur dan a un bosque. Quizá...
—No, Aza —replicó—, eso hicimos la última vez que estuvimos aquí y asesinamos a Jérome.
—Entonces, quedan las murallas del norte, pero son más altas.
—Todo debe estar cubierto —explicó Ian—. Llevan un año programando esta venganza.
—Pues bien, vamos ya —dijo Mayka—. Bajemos ese portón con la camioneta y démonos con todo con esos tipos.
—¿Tienes ganas de que te ejecuten? —preguntó Azali.
La mujer negó.
—La verdad es que no, pero no avizoro una salida. Muéstrame de nuevo ese plano.
Azali había buscado la residencia en Google Maps y obtuvo una panorámica del lugar.
—¿Cuántos guardias debe tener allí dentro?
—Había cerca de treinta en la compañía, la cual no les importó reducir a cenizas. Ten por seguro que debe tener por lo menos cien guardianes a sus órdenes.
—Estamos jodidos —lanzó Mayka desesperada. Su mente solo iba al demonio y a Orel. Cada segundo era vital.
—¿Has sabido algo de Anael?
—Nada —contestó Aza—. Al parecer, decidió salirse del juego. Ni siquiera avisó.
—Es extraño —replicó Mayka—. Es su hermano quien está ahí.
—¿Y eso desde cuándo ha sido un problema en nuestras familias?
—Los Morgan no son como los Callum, Ian. Por eso nos detestan.
—Bien, creo que Anael echa por tierra tu linda teoría.
Ian escuchó las voces de su prima y de Azali, quienes deliberaban.
—Habrá función esta noche.
—¿Qué?
—Van a sacrificar a Orel y a Bryce frente a decenas de hijos de perra igual que ellas.
—¿Eso fue lo que hicieron la vez anterior?
—Presencié cómo desmembraron a dos tipos en nuestras narices. Mi retina jamás olvidará el espectáculo.
—Y eso que tú no eres un mojigato.
—No los conoces, Aza. No tienes idea de lo que son capaces los Charpentier.
—¿Crees que ellos están vivos?
—Lo están, Mayka. ¿Qué sentido tiene matar y que nadie goce con ello?
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IAN - T.C Libro 2 (Romance gay +18)
Romance¿Hay amores que nos marcan, sin importar el tiempo, la distancia y las personas que vengan después? Ian Callum conoce ese sentimiento. Un dolor inmenso recorre su cuerpo cada vez que esos ojos miel vuelven a su mente, aun sabiendo que no tiene nada...