Marsella, Francia
Dos días después
—¿De verdad Dennis va a hacer una presentación?
—Así parece —contestó Vanya—. ¿Te imaginas el ego?
—Olvídalo —replicó Orel—. Mi hermano siempre dice que Dennis tiene el ego más grande que su pene.
—Y él lo sabe, después de todo, es su esposo.
Los muchachos rieron. Nadie tenía más autoridad para hablar que el propio Yev.
Los muchachos continuaron haciendo bromas mientras se dirigían en tren a París, y desde allí rentarían un vehículo para viajar hasta Marsella durante las siguientes siete horas.
—Jamás pensé que visitaría Marsella —dijo Oleg, el novio de Vanya.
Orel le dio una sonrisa tímida.
—Bueno, yo jamás creí que comería cuatro veces al día, pero ya ves. La vida a veces te sorprende con muestras de amabilidad.
Vanya emitió un suspiro, sintiéndose culpable por haber tenido todo desde muy pequeña.
El gesto fue captado por Orel.
—No lo hagas.
—¿Qué cosa?
—Sentir culpa de tu felicidad —respondió el muchacho con dulzura—. Disfrútala. No sientas pena por los que no tuvieron las oportunidades que tú posees.
—¿Cómo lo haces tú? —Mía acarició los rizos de su novio, peinándolos.
—Hago lo que puedo, pero, si me preguntan, viviría todo de nuevo.
—¿Sin arrepentimientos? ¿Incluso lo malo?
—Lo malo me trajo cosas muy bellas —explicó, y sujetó la voz, que desbordaba una mezcla de sentimientos—. Lo malo, en ocasiones, tiene una felicidad escondida, y es tan minúscula que nadie la ve frente a la enorme calamidad. Y por eso nadie la aprovecha.
—Eres muy especial, amor. —Mía acarició su rostro.
Orel la besó con intensidad, disfrutando el momento.
—La vida, cuando es dura, te lleva a disfrutar mucho más los buenos momentos.
—¿Como un viaje a Marsella para asistir a un festival internacional?
—Es un buen ejemplo. —Besó la nariz de su novia—. Ahora, nos vamos a concentrar en todas las cosas lindas que haremos.
—¿En las cosas que me harás?
—Esas también —replicó Orel en tono pícaro.
El viaje fue una experiencia única. Recorrieron Ámsterdam, Bruselas y París. Mía, al ser estudiante de Historia, explicaba el sentido de algunos monumentos, así como también la importancia de las ciudades. Una vez que llegaron a París, se prepararon para un largo viaje a Marsella.
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IAN - T.C Libro 2 (Romance gay +18)
Romance¿Hay amores que nos marcan, sin importar el tiempo, la distancia y las personas que vengan después? Ian Callum conoce ese sentimiento. Un dolor inmenso recorre su cuerpo cada vez que esos ojos miel vuelven a su mente, aun sabiendo que no tiene nada...