26 Amarte es mi pecado💖🔥

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Orel se abrazó a Ian, quien se mantenía en silencio, con su vista sobre los hombres que les apuntaban y un Anael que se miraba las uñas

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Orel se abrazó a Ian, quien se mantenía en silencio, con su vista sobre los hombres que les apuntaban y un Anael que se miraba las uñas.

—¿Qué? ¿Tu manicura se dañó? —cuestionó Ian, cansado de la espera sin sentido.

Anael señaló a uno de los muchachos, y este se acercó, dándole un puñetazo que lo lanzó contra el respaldo del sillón.

—¡Basta! —gritó Orel, y sostuvo su mano en la herida de Ian, la cual perdía sangre a lo loco. El hombre estaba mareado. No iba a negar que ya sentía los efectos.

Orel lo sujetó e hizo que se enfocara en él y besó su mejilla. No les quedaba nada, solo ese momento. Con Ian siempre se había tratado de eso, sucesos esporádicos que lo llenaban de calor y alegría o de inenarrable congoja.

—Siempre pensé que eras el más tonto y sumiso de todos —escupió Anael.

—¡Qué casualidad! —ironizó—. Yo siempre pensé lo mismo de ti.

Anael le dio una sonrisa ladeada. Estaba cerca de la ventana por lo cual sus ojos celestes lucían grises. Era hermoso. Orel pensó en ese instante que tenía apariencia de ángel y que el apodo que le habían puesto le quedaba. Anael se detuvo en Orel y le sonrió.

—Lindo.

Ian apretó a Orel de la cintura, sintiendo miedo por primera vez desde que estaba ahí rodeados de armas y tipos deseosos de golpearlos.

El holandés dio pasos hacia Orel y se colocó de cuclillas frente a él. El muchacho bajó la mirada de inmediato.

—Cosa bonita —pronunció con algo de tristeza—. Lástima que hayas elegido el bando equivocado.

Anael iba a acariciar el rostro de Orel, pero Ian le sujetó la mano.

La punta de una las ametralladoras sobre su nuca no fue suficiente para amedrentarlo.

Anael sonrió.

—¡Qué lindo! Un Callum con un corazón —satirizó—. Ojalá los que atacaron mi casa hubieran tenido también uno.

—No fui parte de ellos.

—Por supuesto que sí —replicó—. Todos lo fueron por acción u omisión.

—Los Morgan...

—¡Nada! —gritó—. Nos estábamos forjando un nombre. La gente confiaba en nosotros más que en ustedes. Por eso Theodor decidió borrarnos de la faz de la tierra.

—Mi abuelo murió y mi padre es un maldito cuadripléjico que se caga encima —dijo Ian—. ¿No te basta?

—Nada me basta, ¿y sabes por qué? Porque tu familia y tu maldito equipo entraron a mi casa, mataron a mis padres y a mis hermanos, y nos dejaron moribundos a mí, a Eric y a Bryce.

—Anael...

—Esta noche eliminaremos a dos Callum más.

—Me parece correcto —buscaba la manera de negociar—, pero déjalo marcharse. Él no tiene nada que ver. Es inocente.

IAN - T.C Libro 2 (Romance gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora