Un par de hombres custodiaban la entrada al club en medio de ese bosque que tenía tanto de mágico como tenebroso. Estaba tranquilo, demasiado para su gusto teniendo en cuenta que sus enemigos no se quedarían con los brazos cruzados.
Un segundo de locura es todo lo que la vida necesita para cambiar el rumbo de manera drástica. Eso era lo que habían necesitado Ian Callum y sus aliados para lanzarse con todo lo que tenían.
Ian nunca fue el mejor guerrero. Jamás destacó en nada más allá de sus primos. Solo un abogado que se conformaba con defender a criminales y ganar una fortuna con ello. Era rubio. Ni siquiera su estructura física era similar a la de sus familiares.
Ian siempre necesitó encajar, hasta que encontró una buena razón para dejar de hacerlo. Para dejar de equivocarse una y otra vez con las mismas acciones creyendo, como estúpido, que lo llevarían a distintos resultados.
Ian no estaba seguro de nada cuando quiso estar al control de todo.
Y hoy estaba listo para terminar de romper las reglas.
Fuera cual fuera el resultado, se juró a sí mismo que el arrepentimiento no haría mella en él, que moriría, y sería bajo sus propias reglas, no las de su familia ni el estúpido legado celta o de la cultura que fuera.
La camioneta a toda velocidad vino sobre los altos portones de entrada. Los dos custodios se quedaron estáticos, hasta que uno de ellos dio un grito de terror.
—¡Cuidado!
La camioneta embistió contra la pesada e infranqueable estructura de hierro y bronce. Una de sus alas cayó e hizo temblar la tierra circundante, mientras que el ala restante voló por los aires y cayó encima de uno de los guardias, el cual quedó aplastado y murió en el acto. Todos los hombres en el enorme castillo transformado en club de encuentros se pusieron en alerta. Ian continuó manejando cuando un grupo de veinte soldados, que se dirigían hacia ellos, comenzó a disparar. Ian aceleró.
Aza, Mayka e Ian se arrojaron de la camioneta, la cual dio sobre un docena de tipos, que sucumbieron al impacto mientras esta volcaba. Azali rodó por la hierba y apoyó sus manos para incorporarse. Colocó una rodilla en el piso, agarró su arma y disparó a los hombres restantes con velocidad. La camioneta se incendió de inmediato.
Más guardias venían hacia ellos mientras se incorporaban y corrían hacia el interior de la propiedad, acercándose a las puertas del castillo. El olor a combustible impregnó el ambiente. Los guardias estaban concentrados en responder a los disparos de los intrusos, que no se alejaron lo suficiente. El resultado fue extremo. La camioneta explotó y los más cercanos a esta quedaron envueltos en llamas. Los gritos y lamentos de dolor hicieron eco en la enorme propiedad. Nadie en ese lugar ignoraría su presencia ahora.
Aza se movió rápido tras los pasos de Mayka e Ian, quienes avanzaban con las ametralladoras.
Un ataque sorpresa, una locura a la que nadie se animaría, excepto ellos, excepto él.
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IAN - T.C Libro 2 (Romance gay +18)
Romance¿Hay amores que nos marcan, sin importar el tiempo, la distancia y las personas que vengan después? Ian Callum conoce ese sentimiento. Un dolor inmenso recorre su cuerpo cada vez que esos ojos miel vuelven a su mente, aun sabiendo que no tiene nada...