28. Una lección

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Los encontró en el estudio, callados, con las miradas hacia el piso. Ya estaban arrepentidos y avergonzados pero ninguno de los dos se había disculpado. ¿Por qué? Porque querían seguir haciéndolo, querían seguir compitiendo y luchando.

Al verla pasar a su lado, los dos la miraron fijamente, pero ella pasó de lado y bajó hasta la primera planta.

—Niall —se acercó al chico rubio —¿me prestas tu coche?

—Eh... — la miró confundido — ¿A dónde vas?

—Lejos, pero creo que regresaré —miró su reloj, pasaban de las diez de la mañana —esta noche o antes.

—¿Sola? —preguntó Liam, como siempre tan protector.

—No... — miró al techo y Liam comprendió que se refería a los chicos que estaban arriba.

—Está bien —contestó Niall, que comenzó a buscar las llaves.

—¡Louis! ¡Harry! —gritó ella, los dos bajaron las escaleras en cuanto los llamó.

—¿Qué?— dijeron al mismo tiempo, con la respiración agitada por haber corrido.

—Nos vamos —dijo ella, los chicos la miraron confundidos, pero antes de que alguien pudiera preguntar a donde — ¿Sí o no? —dijo ella, mientras Niall le pasaba las llaves.

Harry y Louis intercambiaron una mirada, estaba claro que ninguno sabía lo que ocurría. Ella comenzó a caminar en dirección a la puerta, pasando entre medio de los dos, y pronto la siguieron.

Aisslyn tomó el volante, y los chicos se fueron atrás, demasiado asustados de sentarse de copiloto. Ya que ella parecía aún muy enfadada tanto que intimidaba.

—Quieren competir —dijo ella encendiendo el coche —muy bien —subió el volumen a la radio para que el ambiente se destensara un poco, pero lo suficientemente alto para no tener que hablar con ellos.

Era un viaje largo, y no le agradaba tener que hablar con ellos, no mientras se sentía enojada. Se pusieron en marcha y el coche tomó la dirección que iba hacia el este.

En el camino, Aisslyn se dio cuenta que los chicos cuchicheaban cosas. Ella simplemente los ignoró y se limitó a escuchar la música y poner atención en la carretera. Pronto iban saliendo de la ciudad.

—¿A dónde vamos, Aisslyn? —le preguntó Louis acercándose a ella y hablando un poco fuerte para hacerse escuchar en medio de la música.

—¿Por qué? ¿Tienes miedo que los secuestre y que los aviente de un acantilado? —miró a Louis que se quedó con la mirada perdida —No soy tan mala, Louis.

—¿Entonces? —preguntó Harry acercándose.

—Ya lo verán, ahora déjenme manejar —les hizo una seña con la mano para que se alejaran.

Llevaban más de una hora de camino, habían pasado ya la ciudad de Dartford, y otra pequeña ciudad cerca. El camino se hacía cada vez más y más deshabitado. Solo los rodeaban unos cuantos pequeños arbustos, y en algunas partes era solamente un prado. Harry comenzó a ponerse un poco tenso,  porque cada pueblo que pasaba se volvía más y más chico, como si se encontraran en medio de la nada. Louis comenzó a parecerle familiar el camino.

—Aquí no hay nada —exclamó Harry que seguía mirando por la ventana — ¿falta mucho?

—No —anunció ella, se estaba divirtiendo, sabía que estaban aburridos. Una hora sin poder decir nada.

Entonces comenzaron a oír, parecían olas que pegaban con la costa. Estaban en la costa o cerca. Harry seguía confundido y Louis comprendió a donde iban.

I Didn't Expect That... { l.t & h.s. }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora