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— ¿de verdad te dijo eso?

Sara se encontraba caminando de un lado a otro en la habitación de su hermana Norma, de hecho, la habitación de Juan, escuchando cada palabra dicha por su hermana.

— sí, me sentí mal, ¿sabes? — Norma suspiró llevándose una de las fresas que tenía en su bandeja.

— bien, yo dije que si él te lastimaba se las iba a ver conmigo — Sarita dijo remangando su suéter, dispuesta a ir a enfrentar a Juan.

— oh, dios, ¡no! — Norma se apresuró en detener a su hermana justo antes de abrir la puerta. — ya hablé con él, todo está bien.

— no me mientas, Norma.

— no te estoy mintiendo, vino antes que tú — dijo sujetando la mano de su hermana para llevarla hasta la cama y sentarse. — me pidió disculpas, estaba llorando, Sara. Él me dijo que se asustó por la noticia pero que va a estar a mi lado, vi sonrisas en su rostro cuando tocó mi pancita, hermana.

Sara resopló cruzándose de brazos, — pero él te lastimó.

— porque estaba asustado. Yo lo amo, Sara, y lo sabes muy bien, yo también tengo miedo, pero no estoy sola, te tengo a ti y a Jimena, al abuelo y también a Juan, no sé como nos irá, pero quiero estar a su lado.

Sara torció los ojos acercándose hasta el vientre ya un poco notorio de su hermana, dejando un par de besos sobre su camiseta.

— tú mamá es muy tonta, cariñito, pero la tía Sara está aquí.

Norma soltó una carcajada tirándole una almohada a su hermana en todo el rostro.

— ¡va! mira quién habla, que ya he descubierto tu secreto.

El semblante de Sara cambio por completo al escuchar aquellas palabras de su hermana. ¿secreto? ¿qué secreto? ¿qué se comió los trozos de pizza de la nevera hace dos noches? ¿o qué le rompió una blusa rosa, que es casualmente es su favorita?

— ¿de qué hablas? yo no tengo secretos.

mentirosa.

Norma sonrió tragando su trozo de fresa antes de continuar.

— sabes, ayer Franco estuvo conmigo, me preparó chocolate caliente y me hizo fresas con chocolate blanco, y me di cuenta que no es él tipo que yo pensaba.

Sara quiso esconderse bajó la cama. No quería hablar de Franco, no cuando su hermana habla así de él. Sus dedos jugaron nerviosamente con las mangas de su suéter, tiene que estar tranquila y fingir que apenas cruza palabra con él.

— ¿así? bueno, no sabría que decirte, apenas cruzó palabra con el señor Rey-

— mentirosa — Norma cruzó sus brazos mirando directamente a su hermana. — lo vi anoche llevándote a su habitación y cuando saliste de puntillas hoy por la mañana.

Sara quería correr. Esconderse. Irse lejos de su hermana en esos momentos.

Su boca estaba abierta pero no podía decir nada.

Incluso estaba sudando, por los nervios.

Sus manos se apretaron una con la otra. Se siente en aquellos días del colegio donde su maestra le llamaba la atención por bailar y saltar en las horas de clases.

Norma subió y bajo las cejas.

— escucha, noté que Franco es un buen tipo, muy raro, demasiado diría yo en comparación de sus hermanos, aunque tenga una personalidad seria, fría e intimidante, logré notar que cuando te mira su semblante cambia, lo supe desde hace poco, pero decidí ignorarlo, no le tome importancia, pero ahora mira.

𝐎𝐝𝐢𝐨 𝐀𝐦𝐚𝐫𝐭𝐞 | 𝐒𝐀𝐅𝐑𝐀𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora