Se mira hermosa.
Franco secó sus palmas sudadas en sus pantalones antes de dar un paso más cerca a Sara, la había extrañado un montón, ver su carita, sus ojitos, su sonrisa.
— bien, si la haces llorar, te pateo en las pelotas, y no es un dolor muy bonito, ¿verdad? — advirtió Leandro.
Franco asintió sin dudar, — Sarita...
— que sea rápido, Franco, tengo muchas cosas que hacer.
Es un mentirosa, pero no va a lanzarse a sus brazos en el primer segundo que la vea, no, ella se respeta y mucho. Entraron al restaurante, Franco había reservado un mesa un poco lejos del resto, necesitaba tener privacidad con ella para poder sincerarse.
Y Leandro, él se sentó a unas mesas de ellos.
Sarita se sentó frente a Franco, él cuál no dejaba de moverse sobre su silla, acomodándose de un lado a otro. Sonrió en su interior, está nervioso.
Franco tomó una gran bocanada de aire enderezando su espalda para mirarla directamente a los ojos.
— gracias por haber venido, la verdad, pensé que me iba a dejar plantado.
Sara puso sus manos sobre la mesa negando.
— necesitaba acabar con esto lo más pronto posible, Franco.
Franco sintió sus duras palabras, incluso le dolió tanta indiferencia, pero no podía culparla, no cuando él tiene la culpa de todo.
— de todas maneras gracias, Sarita, no sabes cuánto había extrañado vert-
— ve al grano, por favor.
Se reprendió por dentro, no estaba acostumbrado a recibir ese trato por parte de ella, pero tenía tantas ganas de tocar su cálida piel, abrazarla, oler el dulce aroma que brota de su cabello o tenerla simplemente entre sus brazos, como todas las noches que la tenía en su cama debajo de las sábanas blancas.
— ¿al grano? bueno, son dos cosas simples y sencillas, te quiero y estoy enamorado de ti.
Sara soltó un resoplido rodando los ojos mientras cruzaba sus piernas por debajo de la mesa, — ya basta.
Franco no va a negar que toda esa situación lo confundía bastante, no estaba acostumbrado a hacer esas cosas, a hablar sobre sus sentimientos, o abrirse frente a alguien.
— no, Sara, nada de basta, sé que te lastimé y no sabes cuánto me arrepiento de eso, pero ya, me cansé de arruinar todo y no buscar solución a nada, pero no voy a permitir que te vayas de mi vida, no cuando eres la única persona que realmente me importa después de tantos años. Estoy enamorado de ti y lo voy a repetir las veces que sea necesario hasta que me creas.
— ¿eso también le dijiste a esa señorita, Franco?
Franco negó inmediatamente, estaba apunto de hablar cuando el mozo llegó con una botella de vino. Espero pacientemente a que llena las copas mientras secaba sus manos contra su pantalón. Nunca se había sentido tan nervioso en su vida.
— esa mujer es Rosario Montes, una mujer que no quisiera haber conocido, esa mujer me hizo daño y realmente espero que me creas. Ella fue mi novia, cuando mi mamá falleció, me volví ajeno al mundo, no quería saber de nadie, y la conocí por casualidad en la playa, pensé que podía confiar en ella, ¿sabes? Pero no, ella no me quiso, solo quería mi dinero y me engañaba con otro hombre, ¿de verdad crees qué volvería a estar con esa mujer, Sara? Yo ya no siento nada por ella, verla de nuevo no fue nada agradable, y te quiero, te quiero Sara, no me había sentido así en mucho tiempo. Sé que soy un imbécil, desde un principio, pero no quiero estar sin verte, por favor.

ESTÁS LEYENDO
𝐎𝐝𝐢𝐨 𝐀𝐦𝐚𝐫𝐭𝐞 | 𝐒𝐀𝐅𝐑𝐀𝐍
Фанфик𝗦𝗙 | Sara Elizondo desde que lo conoció, lo odiaba, pero aquellos ojos azules la enamoraron. Odiaba amarlo tanto. AU.