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— ¡mi nietecita!

Martín Acevedo gritó de emoción al ver a Sara entrando por la puerta principal. Es cumpleaños de Óscar y aunque hubiera querido decir que no, ella quería ir para visitar a su abuelo y a su sobrino.

— abuelito — sonrió ampliamente acercándose para besar la frente del nombrado. — te extrañé.

— yo también, mijita, pero estás guapa, ¿viniste a buscar chicos?

Sara rió cruzando sus brazos. Lleva puesto un bonito vestido negro, uno sencillo donde resalta sus curvas por allí y por allá, no es nada a comparación del resto de invitadas, que parecen ser sacadas de revistas caras.

— síp y ya encontré a uno — Sara acomodó los mechones blancos de su abuelo para buscar con la mirada a su sobrino.

— debe estar adentro, estaban terminando de alistarlo.

Sara asintió mirando a su alrededor. Habían bastante invitados, los Reyes tienen muchos amigos, no conocía a nadie. Las mujeres son guapas, altas, parecen modelos. Los chicos musculosos, morenos, altos, con el mejor traje que podían tener, algunos son guapos, no lo puede negar.

— ¡tía!

Ahí estaba. Juan David venía en brazos de su hermana Norma, detrás de ellos está Jimena, Óscar y Juan. Sonrió recibiendo a su sobrino con los brazos abiertos para apachurrarlo entre sus brazos.

— epa cuñadita, pero que guapa — Óscar sonrió mirándola.

Sara rodó los ojos divertida antes de acercarse hasta el cumpleañero para saludarlo por su día. Dejó a Juan David sobre las piernas de su abuelito. Y notó como su hermana Jimena se movía de un lado a otro, frunció su ceño mirándola. Cuando apenas se separó de Óscar, pudo sentir como su hermana agarraba su mano para alejarla de las personas que estaban a su alrededor.

— Jimena, ¿qué pasa? — Sarita preguntó mirándola.

Jimena tiene las manos mojadas de los nervios, y la miró con preocupación.

— estoy embarazada.

Sara abrió sus ojos con sorpresa. Definitivamente ella sería la hermana soltera que cuida a sus sobrinos. Y formó una pequeña sonrisa, puede ver todo el estrés acumulado en la cara de su hermana, la preocupación y el miedo.

— estoy embarazada Sarita y no sé que hacer.

Sara la abrazó y pudo sentir el primer sollozo de su hermana. Su pequeña hermanita, dejó un beso en su frente meneando la cabeza subiendo sus pulgares para secar sus lágrimas.

— ¿Óscar lo sabe? — Jimena negó.

Jimena respiró hondo antes de subir su mano hasta su vientre plano, — no, Sarita, pero tengo mucho miedo.

— tienes que decirle, Jimena, yo estoy aquí, Norma está aquí, no estás sola, ¿sí?

La menor asintió abrazándose a su hermana. Sara siempre fue la persona a la que siempre le contaban todo, sus hermanitas desde que eran pequeñas, que travesuras hacían o si se comieron un dulce a escondidas.

Volvieron a la fiesta. Jimena estaba un poco más calmada y fue en búsqueda de Óscar. Ella se quedó parada a un lado, mirando como las personas reían y se divertían.

Hubiera querido que Leandro esté allí con ella pero tenía que trabajar.

Su abuelito reía con Quintina y Dominga, mientras tomaban unas cuantas copas. Suspiró, no se sentía triste, se siente feliz. Sus hermanas ya formaron su familia, y ella no podía estar más feliz con eso.

𝐎𝐝𝐢𝐨 𝐀𝐦𝐚𝐫𝐭𝐞 | 𝐒𝐀𝐅𝐑𝐀𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora