"Dame tu tiempo y te daré lo que deseas", esa fue la frase que escuché cuando estaba llorando afuera del hospital, por saber la situación crítica de mi hermana. Era un chico de alto con gracia y sardónico. Un demonio. ¿Puede una chica como yo, haber...
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Nuevamente, presencio lo que es un espíritu maligno. Recordé lo que dijo Belicar sobre la diferencia de fantasmas. Los incorpóreos e corpóreos. Los peligrosos y los dóciles. Ambos unidos por una causa. La muerte. Desconozco que pasó con el fantasma de enfrente de mí. Tiene un aspecto horripilante que no puedo seguir observándolo. Mi cuerpo tiembla ligero, por el miedo que nace al presenciar otra cosa paranormal.
Pensé que ya había acabado el de ver espíritus malignos.
—¿Qué hace una niña humana con un demonio por este sitio? —interroga el espíritu maligno. Su boca se mueve a medida que habla. Klaus grazna fuerte, yendo d al espectro, quien no se inmuta verlo. No es igual que los otros fantasmas—. ¿Un cuervo demoniaco? Has abandonado tu ser, para vincularte a un ser oscuro.
Klaus ulula fuerte, como si estuviera hablando con él.
El espectro maligno, ríe, mientras que con una de sus manos grises, agarra a Klaus, el cual, empieza a moverse entre sus dedos. Abro la boca, queriendo gritar, pedir ayuda; no obstante, he quedado petrificada por el miedo.
—El miedo que desprende tu aura, es tan atrayente —informa, mientras empieza a apretar a Klaus—. ¿No contestarás, niña? ¿A qué has venido? Nunca pensé ver a un humano pisar tierra de muertos a esta hora. Más en esta parte del cementerio.
No puedo despegar mis ojos de Klaus. ¡Escucho el ruido de sus huesos quebrarse!
—No.... ¡Déjalo!
—¿A este cuervo? ¿Acaso no sabes que ha dejado su esencia de animal para vincularse con un demonio? Ya no forma parte de la naturaleza, sino al infierno. —Extiende la mano con Klaus, mientras en un solo puño, lo despedaza. Sangre sale en borbotones del cuerpo destruido de Klaus—. Un ave que ha tomado consciencia por unirse a un ser oscuro. Ridículo.
No pienso en nada. Mi mente ha quedado en blanco.
Observo tirar el cuerpo destrozado de Klaus a un lado.
¿Lo ha matado? Mató a Klaus enfrente de mí. Abro la boca temblorosa y grito, resonando por todo el sitio. No puedo pensar bien, por la situación que me rodea, solo deseo que fuera mi imaginación.
Mataron a Klaus.
—Ya te dije que ese viejo cuervo no es normal, chica patata —habla Belicar, deteniendo mi grito. Lo miro borroso, por las lágrimas que salen de mis ojos—. No pensé verte llorar por un animal satánico.
—Mataron a Klaus. Lo destruyó en un movimiento y.....—balbuceo entre llanto—. ¡Lo asesinó!
—Chica patata.
—Lo vi. Su cuerpo quedó destruido y....
—¡Arienne! —exclama, agazapándose a mi lado. Lo observo entre lágrimas—. Klaus no está muerto.
