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Las lápidas están hechas con los mismos materiales. Los nombres de cada difunto, las fechas de sus nacimientos y fallecimientos, han sido grabados en el material antiguo. El señor de edad, cambió su expresión a una más tranquila. De cierta manera, lo que sucedió con su hija es una cruel realidad que viven muchos jóvenes como yo en estos días.
Algunos optan a las medidas más fáciles, por culpa de la depresión.
He escuchado que dicen de estas personas. Los llaman cobardes y otros, lo denominan valientes por quitarse la vida de fácil. En mi caso, no tengo el valor de asesinarme.
Aún me falta mucho que aprender.
—Salir de este embrollo —musito al lado de Belicar, quien pone la última lápida. Otra vez, piso tierra de muertos. Klaus está en mi hombro, mirando a todas partes, muy atento a cualquier movimiento.
—Bien. Cumplí con mi trato —dice Belicar con un tono lleno de emoción. Los fantasmas aparecen, emergiendo del suelo—. Hice lo que dijeron. Ahora, cumplan con el intercambio.
—Te entregaremos la mitad de nuestra estadía en este mundo.
—Que así sea —puntualiza, haciendo que Klaus volara, alzándose entre nosotros para luego ir de picada hacia a los fantasmas. Los traspasa a todos, volando directo al hombro de Belicar.
Ellos desaparecen por completo, dejando un viento helado tras su paso.
—Trabajo cumplido, Belicar. Iré a mi casa, directo a la cama para poder dormir —informo, caminando a un lado de él—. Tenemos mucho tiempo. Dudo que se acabe.
—¿Mucho tiempo?
—Sí. Con los fantasmas.
—Sí y no.
Me detengo y lo miro con el ceño enarcado en mi frente.
—¿De qué hablas? ¡Has recolectado mucho tiempo! —reclamo, mirándolo sonreír jocoso—. ¿Qué?
—Recolectamos mucho tiempo. Pero, para nosotros los demonios, es corto. Es decir, se acaba rápido —cuenta algo que no sabía—. Deduciendo, esto solo abarca un día y medio.
—Oh, Dios.
—Sí. Todos los días hago tratos con personas desdichadas y fantasmas perdidos —dice, dando dos pasos a mí. Se agacha y pincha mi frente—. No es nada fácil mi trabajo, chica patata.
No, no es para nada fácil.
Odio tener que estar mirando cosas paranormales, junto a un demonio.
—Iré a descansar, Belicar.
—Anda. Iré a buscarte por la noche. Debemos de ir a un lugar. Quizás, encontremos un método para desvincularnos —informa Belicar, bien sonriente. Por un momento, lo escruto con mucho detalle.
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DAME TU TIEMPO
Paranormal"Dame tu tiempo y te daré lo que deseas", esa fue la frase que escuché cuando estaba llorando afuera del hospital, por saber la situación crítica de mi hermana. Era un chico de alto con gracia y sardónico. Un demonio. ¿Puede una chica como yo, haber...