"Dame tu tiempo y te daré lo que deseas", esa fue la frase que escuché cuando estaba llorando afuera del hospital, por saber la situación crítica de mi hermana. Era un chico de alto con gracia y sardónico. Un demonio. ¿Puede una chica como yo, haber...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
☲☲♥♦♥☲☲
Deseo que el secuestro de Klaus, sea una ilusión de los dos. Sin embargo, es la pura realidad. Después, de saber sobre aquel cuervo, comprendo completo a Belicar. Las veces que contó las plumas de Klaus, más las palabras amorosas por ese ave; todo, tuvo una explicación lógica. Quizás, por eso su plumaje cambió de negro a blanco, la primera vez que los conocí.
Klaus es un contenedor de tiempo.
Él tiene el tiempo recolectado.
Oh Dios, no sabía nada sobre Klaus.
—Debiste decírmelo —digo a su lado. Belicar saca algo de su bolsillo. Con una de sus manos, sujeta la pequeña navaja, cortando una de sus palmas—. ¿Qué haces?
—Tratar de ver dónde está.
—¿Con sangre?
—Klaus está unido a mí. No podemos estar separados por mucho tiempo. Si eso pasa......—Voltea a mirarme con los ojos abiertos y llenos de miedo—. Iremos al infierno para siempre.
¿Klaus en el infierno?
—¿Klaus irá al infierno contigo?
—Sí —contesta, sacando otra cosa del otro bolsillo de su chaqueta larga negra. Puedo ver que es una pluma de Klaus—. Debemos encontrarlo cuanto antes.
—¿Por qué cargas una de sus plu.... Olvídalo. Sé la respuesta —manifiesto. Hace un puño, derramando sangre sobre la pluma negra. Cierra los ojos en estado de concentración.
Su estado de yoga, hace que lo pueda apreciar con detenimiento.
¿Cómo un demonio puede ser atractivo? Pensé que poseían cuernos y eran deformes a la vista humana. Cierto, Belicar, dijo algo sobre eso. ¿Será posible que si se puedan convertir en monstruos?
—¡Lo encontré! —exclama, abriendo los ojos de golpe, mostrando sus iris amarillos—. Sé dónde está Klaus.
—¿Dónde? ¿No le han hecho nada? —cuestiono preocupada e imaginando que lo pueden convertir en sacrificio por ser un cuervo—. ¿Qué?
—Klaus no es un cuervo normal, chica patata —indica con más tranquilidad—. Él puede defenderse a la perfección.
Entorno los ojos.
—¿Eso que tiene que ver?
—Ya te lo dije, no es un ave normal —alega, sorprendiéndome—. Lo dejó de serlo hace muchos años. Él es el cuervo de un demonio. ¿Sabes qué significa eso?
¡No sé qué significa!
—Explica.
Sacude su ropa y mira alrededor, para detenerse en un lugar en concreto. Esboza una sonrisa irónica en sus labios y toma de nuevo mi mano, confundiéndome por completo.
