CAPÍTULO 20

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Tras la risotada que pegó Belicar y la información que existen los ángeles celestiales, he quedado sentada, mirando como Klaus no despega la mirada de "Quesito", mientras que el demonio, mira con diversión la situación. Aun no entiendo que hace un ser celestial en el hospital; sobre todo, con una rata blanca. ¿Viene ayudar a los enfermos?

Una rata blanca... ¿Será igual que Klaus?

—¿Por qué estás aquí? —pregunto, fregando mi cabeza—. ¿Vienes a llevarte a las almas?

Belicar ríe.

—No recojo almas, pero si las ayudo a tener más tiempo en esta vida —responde con su rata blanca en el hombro—. Se llama Morfeo, solo que le digo de cariño "Quesito".

—Déjame decirte que tienes un apodo que está de pelos —ironiza Belicar—. Quesito es un perfecto almuerzo a la luz del día para mi cuervo.

Klaus grazna, teniendo la mirada en Morfeo. Tal vez, toma en serio las palabras de Belicar.

De demonios y fantasmas, más ángeles y una rata.

—Contesta a mi pregunta. Tú te llamas....

—Nanael. Soy un ángel custodio. Ayudo a las personas a tener un poco más tiempo de vida —explica, acomodándose un mechón de cabello largo. Sigue mirándome detenidamente. Debo de admitir que se lo ve muy atractivo. Parpadeo y sacudo mi cabeza, alejando cualquier pensamiento de atracción.

Iré al infierno si me gusta un ángel.

—¿Por eso estabas con la chica patata? —inquiere Belicar—. ¿Acaso.....—Se acerca a mí y queda observándome con detenimiento. Ahora tengo un par de ojos amarillentos, fijos en mi rostro—. Oh, ya veo. Klaus.

El nombrado, aterriza en mi hombro. ¿Acaso es otra conversación entre los dos?

—Pensé que Arienne, sabía sobre el modo que traspasa su tiempo —replica el ángel de cabello largo. ¿De qué habla?—. Compartes tu tiempo con un demonio, por lo tanto, no debes de apartarte de él. O sino...

—Entiendo. —Corto sus palabras, deseando no escucharlas de nuevo—. ¿Cómo sabes sobre ello? Desde que viniste, lo soltaste sin preámbulo. Tú....

—Veo el hilo que los une —responde, mirándome fijamente con sus ojos marrones oscuros. Puedo apreciar un atisbo de brillo que hipnotiza a cualquiera—. Un deseo con un demonio, nunca será algo bueno.

Lo sé.

Sin embargo....

—Mi hermana iba a morir —replico a mi pesar—. ¿No eres un ángel? Deberías comprender el sentimiento de un ser humano, al saber que perderá un ser querido.

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