☲☲♥♦♥☲☲
Observo a Klaus, quien ha cambiado su plumaje a blanco. Solo le queda la cabeza negra. Algo que debemos de preocuparnos. Sin tiempo, podré morir y Belicar ir al infierno para siempre. Suspiro y dejo que el miedo no circule por todo mi ser. Calculo que son más de las dos de la mañana. El muy idiota, me levantó en medio de un duermevela placentero.
Ahora de nuevo piso tierra de muerto.
¿Cuántas veces he estado en el cementerio con un demonio?
Mejor me enfoco en el alrededor.
—¿Y bien? ¿Qué debemos de hacer? ¿Cuál es la misión? —pregunto de mala gana, viendo a Klaus aterrizar en uno de sus hombros—. Se está poniendo más blanco.
Belicar ríe y me observa con una sonrisa de lado.
A veces, envidio su tranquilidad aterradora.
—Parece calvo. Es como si se estuviera convirtiendo en un espíritu santo para purificar el alma de los pecadores —comenta Belicar, burlándose del pobre de Klaus—. Puedo utilizarlo de intercambio en los ritos satánicos que hacen los humanos.
No cambiará por nada del mundo.
—El espíritu santo como lo llamas, no purifica almas —digo sin sonreír—. Además, si das a Klaus a una loca, juro que te patearé el trasero.
Otra risotada fuerte y le doy un puntapié en su rodilla.
—¡Eso duele, chica patata!
—Deja de hablar tonterías. No entiendo que.....—Lo miro con los ojos bien abiertos—. ¿Has dado a Klaus a una de esas locas?
En el rostro del demonio idiota, se extiende una sonrisa llena de sorna que hace estremecerme el cuerpo.
—Sí —responde, sacando de su chaqueta algo peludo de color blanco. ¿Una pata de conejo? —. ¿Sabes qué es esto?
—No y tampoco me interesa saberlo.
—Se llama Aye-Aye. Es una especie de mono único —señala, mostrando orgulloso esa pata peluda e ignorando mis palabras—. Puedes decir lo que sea, pero nunca encontrarás de este color blanco.
No me digas.
—Intercambiaste a Klaus por una parte de un pobre mono —indico, mirando que sonríe, mostrando sus dientes, mientras el nombrado, grazna en su hombro—. Tú....
—No es nada, chica patata. Solo tuve que darle una porción de su cuerpo, especialmente su buche —informa sonriendo escalofriantemente—. Lo primero que hice fue sujetarlo. —Toma a Klaus en sus manos—. Estrangularlo, hasta que los graznidos se vuelvan....
—¡Belicar!
El muy idiota ríe. Su risa se extiende por todo el cementerio silencioso.
—Me encantan tus expresiones, Arienne —manifiesta, soltando a Klaus. Él vuela hasta una rama de un árbol de ciprés. Lo deseo golpear, por darme descripciones tan asquerosas y aterradoras—. No te pongas así. Ven, te daré mucho amor.
ESTÁS LEYENDO
DAME TU TIEMPO
Paranormal"Dame tu tiempo y te daré lo que deseas", esa fue la frase que escuché cuando estaba llorando afuera del hospital, por saber la situación crítica de mi hermana. Era un chico de alto con gracia y sardónico. Un demonio. ¿Puede una chica como yo, haber...