𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 10

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𝔈𝔡𝔡𝔦𝔢 𝔐𝔲𝔫𝔰𝔬𝔫
Algo pasa y estoy locamente enamorado
Nunca lo descubro hasta que estoy

El ambiente en la pizzería ya era agradable. La gente comenzaba a retirarse. Aunque la pizzería cerraba a las once en punto. El reloj daba con las diez y quince minutos, estábamos solos y los empleados de la pizzería.

El frío comenzaba, el cristal de las ventanas del lugar se templaban, Bonnie olvidó su abrigo en casa, por lo que me ví con la necesidad de prestarle el mío. No me era difícil, quería que ella estuviera bien, además de que yo ya he estado acostumbrado a estos climas.

Hablamos de diversos temas, nos conocimos un poco más a profundidad, descubrí que la banda de Bonnie era llamado Blue Bunnies, fundada por ella. Ella era la vocalista y pianista. No sabía tanto detalle de eso, pero ahora podía tomarme la libertad de tal vez husmear un poco. Me intriga saber quién era la chica antes de ese maldito internado. Tambien me dijo que era buena dibujando, que era algo que le gustaba, aunque yo tenía una idea similar desde el día en el bosque, es lindo escucharlo por sus propias palabras.

-...¿Y este tatuaje? - señaló mi antebrazo, específicamente los murciélagos. Su tacto era delicado, apenas y tocaba mi piel, eso me provocaba cierto cosquilleo en esa superficie.

- Me lo realice yo mismo- respondí. Orgulloso.

- ¿De verdad? -sorprendida. Se acercó más al tatuaje pasando por encima de la mesa.

- Cuando quieras, puedo hacerte uno, el que tú me digas -dije dispuesto.

- Me encantaría, ahora que ya no hay nadie quien me revise. Sería muy bueno comenzar con algo.

- ¿Te revisaban? -apoyé mi mentón en mi mano sobre la mesa. Estaba intrigado.

- Constantemente, solo para que no tuviera más tatuajes nuevos o alguna perforación -explicó ella. Ya no hablaba con temor, si no como si fuese algo normal. La confianza entre ambos aumento considerablemente-. Me siento libre últimamente para hacer ciertas cosas. Ya estoy perdiendo ese miedo- yo no dejaba de observarla, su timidez se desvanecía y con ello, el miedo también, ya no jugaba con sus manos, parecía otra, pero me agradaba de igual forma, estaba volviendo a ser ella misma, muy lentamente, pero sin pausa.

La observaba con detalle y ternura cada cosa que ella me decía, no paraba de hablar, mis labios se curveaban con cada ademán, cada gesto, cada palabra. En mi mente solo pasaban tantas cosas...

<< ¿Por qué sentía tanto apego por ella?.>> Pensé. No lo sé, pero gracias a dios que sea así.

Yo no comprendía que era lo que ella tenía que me volvía loco. El flechazo desde la cafetería en la escuela fue de inmediato, me desconocía, yo no era un tipo que daba ciertos detalles cómo notas, o que se tomaba el tiempo de planear algo. Yo no era así. Pero ella me hizo descubrirlo en tan poco tiempo.

Agradezco a quien sea que la haya cruzado en mi camino, no sabía que ella era lo que necesitaba hasta que la tengo aquí en frente.

-¿Eddie? -nombró Bonnie, sacándome de mis pensamientos-, ¿Estás bien? -cuestionó. Su rostro pintaba de cierta preocupación, sus ojos me transmitieron una extraña sensación de calidez y cuidado. Creo que disocie todo lo que me había contado.

- Mejor que nunca -suspiré. Me reincorpore de nuevo en el contexto de dónde me encontraba, respire profundo y supuse que ya era hora-, ¿Quieres ir afuera?

- Vamos -afirmó ella.

Me coloque de pie antes que ella, cuando se paró, rode sus hombros con mi brazo, quería tenerla cerca de mi, en todo momento, incluso en lo más mínimo. Bonnie rodeó mi cintura con su brazo, haciendo más contacto a través de nuestros cuerpos. Salimos de la pizzería y nos dirigimos a la furgoneta, quería darle algo antes de marcharnos a lo que seguia en mi plan, no quería olvidar cada detalle. Caminamos hasta la puerta del piloto, ella se recargo en la camioneta y me observó.

𝐇𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐞𝐧𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐫𝐭𝐞 / 𝐄𝐝𝐝𝐢𝐞 𝐌𝐮𝐧𝐬𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora