𝔈𝔡𝔡𝔦𝔢 𝔐𝔲𝔫𝔰𝔬𝔫
A mitad de la hora del almuerzo, no dejaba de mirar a Bonnie, cómo siempre. Ya me era una rutina. Ella desde el otro lado de la cafeteria, mientras escribía cosas en su libreta, o...¿dibujaba?, ya que su mano hacia movimientos de largos trazos.
En ocasiones la sorprendía viéndome con los ojos enfocados en mi, cómo si me quisiera capturar a detalle mi persona, cuando se percató de que también la observaba, desviaba de inmediato la mirada, y su rojo se presenciaba en sus mejillas.
Es mi hora favorita, en definitiva.Mi última clase había terminado, solo faltaba un par de minutos para que todas las clases terminaran definitivamente, cerrando el día de hoy.
Caminaba por los pasillos en lo que hacía tiempo para ver a Bonnie, tenía que decirle algo. A medio camino, las puertas de entrada de gimnasia me llamaron la atención, escuché un grito adentro de este lugar. Reconocía ese timbre de voz. Entré lentamente a ese lugar sin llamar mucho la atención, provocando un rechinido con las puertas. Estaban jugando basquetbol, el rechinar de los zapatos era muy irritante en la cancha junto al sonido del rebote de la pelota de básquetbol.
Bonnie estaba discutiendo con otra compañera, parecía su contrincante. Observaba cómo ella apuntaba en la cara de su compañera con el dedo índice, discutiendo y alegando. Desde mi localización, observaba a una Bonnie alterada, realizando cierta cantidad de ademanes y expresiones serias.
Varias personas centraron sus miradas en mi en cuanto entré al gimnasio, noté como algunas de esas personas murmurando cosas.Eran solo mujeres, todas ellas con uniforme deportivo; pantalóncillo corto negro y una camiseta verde que algunas les marcaba la figura del cuerpo, pero solo una de ellas capturo mi especial atención. Subí por las tribunas hasta sentarme en una buena altura y tener una buena apreciación.
Me senté, y coloque mis codos en las rodillas y me incline hacia adelante. Mientras mi pierna derecha no dejaba de moverse, producto de una inconsciente ansiedad.
Bonnie se encontraba jugando basquetbol, su cara ya roja por el esfuerzo y el ejercicio, con una camiseta que parecía ser dos tallas más grande de lo que suele ser ella. El cuello de su camisa ya era oscuro por el sudor, y su pantaloncito deportivo más corto que las de sus otras compañeras, la elevación de sus glúteos ocasionaba que el pantalóncillo se viera más corto de lo que es. Tragué saliva.
No quiero verla descaradamente. Pero soy fanático de sus piernas, desde tomarlas mientras conduzco, hasta acariciarlas disfrutando de ellas. Mi mente se blanqueó al verla, nada me distraía los ojos sobre ella. Apoye mi menton en mi mano.
Su cabello atado con dos coletas bajas, su cara ya enrojecida por el ejercicio, sin maquillaje y su respiración jadeante. Alcance a visualizar cómo su busto subía y bajaba, mientras ella limpiaba la capa de sudor del rostro con su playera. No me di cuenta de a qué hora mi quijada se relajo tanto que quede boquiabierto.
Bonnie miró dos veces a mi dirección al percibir mi presencia. Sus ojos se abrieron como platos, Bonnie se observó asi misma, viendo su apariencia. Notó como abre un poco su boca por la vergüenza que tenía en ese momento. Su rostro se enrojeció más.
No entiendo por qué ella guardaba ese pudor sobre si misma. Para mí era todo un placer el contemplarla.
Comenzó a usar su cabello para esconderse. Me provocó una sonrisa por ternura. De nuevo me observa, está vez con más timidez y casi cabizbaja. De repente el montón de chicas corriendo hacia a ella rebotando la pelota, provocando que Bonnie cayera al piso junto a otras compañeras. Escuché como sus pieles rechinan al hacer fricción en suelo.
ESTÁS LEYENDO
𝐇𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐞𝐧𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐫𝐭𝐞 / 𝐄𝐝𝐝𝐢𝐞 𝐌𝐮𝐧𝐬𝐨𝐧
Hayran KurguSiento que te conozco, aunque jamás te haya visto. Siento que te quiero aunque no te conozco. Siento que te he extrañado aún sin siquiera saber quién eras. Pero sé que te amo, te amo tanto que ni una vida puede ser lo suficientemente larga para deci...