Chase.

A la mañana siguiente, todo había vuelto a la normalidad, no necesitaba salir de mi habitación, para saber que mis padres ya estaban elogiando a Cassey, deseando que ella me hubiera consumido dentro del útero.

Aunque, eso no era lo que me inundaba la cabeza el día de hoy. Me miraba al espejo y recordaba la cercanía de sus labios con los míos y aunque me hacían sentir "mariposas" en el estómago. También sentía que me hacía falta algo, como si la sensación no estuviera completa.

—Nuestros padres quieren decirnos algo, que te apures— Cassey entró en mi habitación, dejando un mensaje, para después salir sin esperar respuesta.

Después de cambiarme el pijama, baje con prisa para escuchar lo que iban a decirnos.

—Buenos días, me da gusto ver qué siguen con vida— sonrieron dulces a Cassey. —Solo quería hacerles un par de preguntas: ¿Cuál fue su experiencia con Omar?, ¿Es quién de verdad dice ser?, ¿Se comportó bien?

Omar. Es extraño pronunciar su nombre y no sonreír, pero, ¿Quién dice ser?, ¿Mi experiencia fue buena o mala?

—Creo que a quien deberías preguntarle esta vez es a Chase, fue quién pasó más tiempo con él— y sentí como todos me miraban detenidamente, esperando mi respuesta, los ojos de todos estaban puestos en mí, sin ser una situación complicada o controversial.

—Pues, fue genial, tenía todo bien planificando, incluso llevaba un horario de las siestas y sus biberones, hizo muy bien su trabajo y parece ser un buen chico...— con un solo gesto hicieron que me detuviera, indicando que era suficiente.

No había entendido lo que estaba pasando, era la primera vez que me miraban a mí, con dedicación y sin tener que reñirme. Fue extraño, toda está mañana estaba rodeada de sensaciones extrañas.

El baile estaba prácticamente a la vuelta de la esquina, primero sería la ceremonia de graduación y después el baile de despedida y como no había invitado a nadie, ni me habían invitado, era obvio que no asistirá. Siendo así una noche más en la que me quedo jugando videojuegos.

La mañana había pasado, el colegio estaba cerrado preparándose para los acontecimientos cercanos, por lo que mientras algunos adolescentes pasaban el día escogiendo su vestimenta para la noche de mañana yo simplemente estaba, disfrutando de una partida más online.

"Buenas.

Un pajarito me ha dicho que

El día de mañana es tu graduación.

Solo quería felicitarte por este logro"

El sonido de una notificación, interrumpió mi concentración, al ser algo tan inusual, dentro de mi dispositivo. Y torpemente sonreí al ver que el mensaje era suyo.

"Gracias, no es nada, pero muchas gracias"

"Se que puede sonar un poco extraño,

¿Pero puedo ir a tu ceremonia?"

"Sera muy aburrida, aunque me gustaría verte"

"Entonces veámonos, sal ahora mismo de tu

habitación, apaga la consola, cámbiate el pijama

y veámonos en una hora"

"¿Dónde?"

"En la plaza central, te buscaré en la entrada,

no me dejes plantado"

No respondí, porque al momento en que me dijo el lugar, corrí a la ducha y tomé un baño para estar presentable y verlo con las mejores pintas que pudiera presentarle.

A mis padres les sorprendió que decidiera salir de mi habitación, sin ser día de escuela, aunque sobre todo, por haberlo hecho con tanto entusiasmo.

Mi casa se encontraba en una zona residencial, relativamente lejos de la plaza central y aún no tenía permiso para conducir, por lo que decidí tomar el autobús y tratar de guiarme con las guías dibujadas sobre las paredes de cada estación.

Después de varias estaciones, supe que definitivamente estaba extraviado. Nunca antes había salido a cualquier lado que no fuese el colegio, no sabía en qué estación estaba parado o como volver.

Ha pasado mucho tiempo desde que salí. Trataba de llamarle a Omar, no solo para decirle que me ayudara, también para que no creyera que lo había dejado plantado, pero mi móvil no tenía señal, no sabía dónde estaba o cuán lejos podría estar.

Comenzaba a asustarme, ¿Por qué salí de mi maldito cuarto?

—¿Te encuentras bien?— Un grupo de chicos se acercó a mí de forma cautelosa. —¿Necesitas ayuda?— los mire y trate de controlar mi respiración, inhalando y exhalando.

—No, no se donde estoy, tampoco se como volver, iba a llegar a la plaza central, pero no se como hacerlo— todos me miraban preocupados y entonces les puse atención. Cada uno era distinto al resto, excepto por un par de gemelos.

—Descuida, nosotros íbamos para allá también— me extendió una mano. —¿Quieres venir con nosotros?, podríamos llevarte— estreché la mano de la chica y me levanté de mi asiento. —Layla— mencionó. —Ese es mi nombre.

—Chase— después todos pasaron a presentarse. Eran cinco chicos: Layla, Roy, Cleo y los gemelos Liam y Nill. Todos ellos fueron bastante amables conmigo, no solo me dijeron cómo funcionaban las estaciones de autobús y que no podía simplemente pedir que me bajaran en donde yo quisiera, debía esperar a las estaciones.

Después de un par de minutos el bus llegó, los seguí porque fue lo que me dijeron que hiciera y espere a que llegáramos a donde debíamos llegar.

—¿Nunca antes habías tomado un autobús?— me pregunto Cleo, quien no solo parecía la más tímida del grupo, también era la más bajita. Layla se sentó junto a Liam y Roy con Nill, supongo que por ello, fue que me hablo.

—Solo para el colegio, casi no suelo usarlo para ir tan lejos yo siempre estoy jugando en mi habitación, sin molestar a nadie.

—¿Juegas?— me pregunto más interesada aun.

Durante toda la trayectoria comencé a hablar sobre todos los videojuegos que he llegado a jugar en mi vida, así como los que ella había jugado, congeniamos muy bien dentro de ese tema, por un momento había olvidado que era una completa extraña.

—Me dejas tu móvil un segundo, es solo una llamada— sin dudarlo me lo extendió y fácilmente llamé a Omar, esperando que me respondiera y que no estuviera enfadado.

—Hola, ¿Quién habla?— su tono se escuchaba neutro aunque parecía decaído.

—Soy Chase, me extravié y recién voy para allá, ¿Aún nos podemos ver?

—Aun estoy esperando, puedo esperar un poco más.

Entre Las Estrellas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora