Chase.
Nuestra estadía en el lugar cada vez se volvía más cómoda. Mientras Eva servía tragos de la botella que nos habían obsequiado, provocando que tomáramos uno tras otro, volviendo a sentir mi cuerpo relajarse y la vergüenza salir de mi físico.
—¡Beso de tres!— escuché a alguien gritar a mi alrededor, entre tanto alboroto. La música comenzó a apoderarse de mi cuerpo, cayendo en la tentación del ambiente a mi alrededor, disfrutando de la fiesta.
Mi cuerpo bailaba entre toda una bola de extraños, acompañado de Omar, Eva y Teo. Era solo mover el cuerpo al ritmo de la música, disfrutando de la situación y la sensación.
Una energía energizante me recorría cada que bailaba al compás de Omar. No sabía cuántas horas habían pasado o cuantos shots había consumido, solo sabía que lo estaba pasando bien y que la noche era joven.
—Lo haces maravilloso, ¿Te das cuenta?— susurro a mi oído, mientras su voz comenzaba a sonar más lenta, siendo gracioso.
—Es porque me estás ayudando— sus manos descendieron de mi cintura a mi cadera, sujetándome con fuerza, acercando mi cuerpo al suyo. —Me gustas mucho— acerque mi rostro más al suyo, dejando nuestros cuerpos prácticamente pegados al bailar.
—Me gustas mucho más— pase mis brazos por encima de sus hombros, acercando su rostro al mío. Mientras que con ayuda de sus manos en mi cadera, provocaba que chocara con la suya. —¿Puedo bajar?— preguntó acelerado. Sin responder, tomé sus manos y las dejé sobre mi trasero, tomándolo desapercibido.
Su agarre se volvió incluso más fuerte, disfrutando de lo que sus manos sujetaban, quedando perfecto al tamaño de su mano. Como si hubieran sido moldeadas para el tamaño de sus manos.
—Hace mucho ruido aquí, ¿No quieres ir a un lugar más privado?— propuse.
Su cuerpo se restregaba con fuerza contra el mío, mientras que sus labios devoraban los míos con desesperación, recorriendo mi cuerpo con sus manos. Mientras que torpemente mis manos trataban de hacerse paso por debajo de su playera, recorriendo con sutileza su piel, disfrutando de la textura.
La gente alrededor pasó desapercibida, mientras que nosotros disfrutamos del sabor de nuestros cuerpos dentro de un baño, recorriendo nuestros cuerpos con las manos, deseando deshacernos de las prendas de ropa.
Puede que haya sido por el alcohol o tal vez, era que mis dudas se habían calmado o simplemente mis hormonas activadas, no lo sé, solo sabia que quería mas. Ir al siguiente nivel, disfrutar de su cuerpo, suspiros y placer.
—¿Podemos irnos a casa?— le susurré. —A tu cama— me sonrió y sin decir nada salimos del cubículo del baño, yendo en busca de los amigos de Omar.
Al encontrarnos con ellos, notamos que continuaban bastante involucrados con el resto de la gente que bailaba alegremente. No mostraron mucha oposición a que nos fuéramos, al contrario, parecieron comprender la situación que posiblemente surgiera.
Salimos del lugar, esperando al taxi que acaba de contratar, pidiendo que nos llevará a casa de Omar. El hombre llegó en menos de cinco minutos y sin decir nada más nos dejó frente al edificio al que íbamos.
Subimos al ascensor, donde sin poder contenerme, lo acorrale contra una de las paredes, volviendo a besar sus labios, frenético de su sabor, sintiendo como mis manos buscaban la manera de quitar la ropa de su cuerpo, logrando sacar la camisa que usaba de su pantalón. Llegando al piso deseado.
Torpemente de camino al pasillo, hubo un momento en el que, con fuerza lo arroje contra la puerta de su departamento, aún extasiado por su sabor, la forma de su cuerpo y la textura de su piel. Deseoso por degustar todo por completo. Con movimientos ciegos Omar logró abrir la puerta, dejándonos entrar en su departamento.
—Quítatelo— le dije apresurado, quitando su ropa acelerado de por medio, ignorando dónde podría dejarla caer. No despegaba su cuerpo del mío, ansioso por arrojarlo a su cama.
Al llegar al pie de su cama, lo arroje, provocando que me miraba vulnerable, mientras me quitaba mi ropa frente a él. Vi un brillo en su mirada, provocando que continuara con todo lo que estaba pasando.
Me incliné frente a él, volviendo a besar sus labios, aunque esta vez, más que tratar de demostrar la pasión que me despertaba, mostrarle todos mis sentimientos del momento, la sensación que mi cuerpo estaba experimentando al estar junto a él.
Mis labios pasaron de su boca a su cuello, tratando de hacerlo de la misma manera en que él lo hacía conmigo, dejando un par de marcas por la inexperiencia. Sus manos me acariciaban la espalda, erizando mi piel ante el calor de sus manos. Trate de continuar bajando, torpemente jugando con su pecho, ganando suspiros de su parte.
La sensación de mi cuerpo comenzaba a transformarse en miedo por la inexperiencia, cegada por el alcohol y las ganas de continuar bajando. No me detuve, sus manos jugaban con mi cabello, mientras que lentamente comencé a deshacerme de su pantalón, arrojándolo por cualquier lado, dejándolo en ropa interior frente a mi.
—¿Puedo?— le pregunté, mirándolo a los ojos, esperando su respuesta.
—No puedo hacerlo aun— No espere recibir esa respuesta. —Lo siento mucho, no puedo— se incorporó y lentamente se alejó de mí.
Me senté al borde de la cama, mirando la ropa tirada por todo su departamento, volviendo a sentir como todas las emociones se iban de golpe nuevamente. No sabia como sentirme, ¿Debería estar enfadado, preocupado o nada estaba pasando?
—Omar— llame su atención, ante el ambiente ahora incomodo. —¿Está todo bien?— le pregunté finalmente. —No quiero presionarte, pero, ¿El problema es conmigo?
—No, el problema soy yo— confesó. Sorprendido gire a verlo, mirando lo afligido que estaba. —Aun hay cosas que no sabes de mi y entenderé si prefieres que nuestra historia termine hasta aquí, comprendo si no soy lo que necesitas.
Me acerque a él rápidamente, tomándolo por las mejillas, obligando a que me mirara, directamente a los ojos, esperando que me diera su atención completa.
—No te quiero por sexo, perdón si eso te hice creer, pero quiero que me escuches— lo solté y lentamente me aleje. —Estoy sintiendo algo especial por ti y no lo voy a dejar ir por esto, no se que haya pasado, sin embargo, estoy para lo que necesites, no tengo prisa por hacer nada, solo quiero vivir el momento, porque te quiero.
Sus ojos se abrieron sorprendidos ante mi declaración y sin más me abrazó, pegándome a su cuerpo semi desnudo. Su tacto se sentía húmedo tras un corto tiempo, cayendo lágrimas suyas por mis hombros. No lo solté, solo aferre su cuerpo al mío, tratando de que sintiera mi apoyo y consuelo.
![](https://img.wattpad.com/cover/316297017-288-k153974.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Entre Las Estrellas.
JugendliteraturMellizos que tal vez en algún momento fueron inseparables, pero siempre hay una grieta en las relaciones. Y la de ellos fue cuando ella descubrió su don con la música, dejándolo a el atrás sin poseer ningún talento. Creció solo, viendo desde las gr...