Chase.
Los anteriores pensamientos habían decidido abandonar mi cabeza, ante las declaraciones. Solo quería verlo, charlar con él, incluso saber cómo se encontraba, al llegar a la puerta se me hizo inusual no escuchar algún ruido en absoluto, es como si no hubiera nadie dentro de esta.
Entre sin avisar y efectivamente, al menos dentro de la habitación no había nadie, sin embargo, estaban sus cosas aun por el lugar, así como una luz proveniente del cuarto de baño. Lentamente me acerqué, tratando de no hacer mucho ruido.
—Sal de mi cabeza— se escuchaba agobiado. —Ya estaba bien, ¿Por qué tuviste que volver?— abrió la llave del grifo, mientras que se quejaba afligido. —Él no se parece a ti en nada, él es bueno, él me gusta.
—Omar...— llame su atención, de inmediato escuche cómo rápidamente cerró la llave y limpió su cara.
—¿Todo bien?— trato de fingir, saliendo veloz. —¿Necesitas algo?— sus ojos estaban rojos, se notaba que había llorado. Era una panorámica extraña, él era mayor, más musculoso que yo, aunque eso sea fácil, pero, ahora mismo era un simple cachorro que necesitaba cariño, se notaba afecto por algo de lo que no sabía que era.
Extendí mis brazos hacia él y lentamente, aunque parecía confundido lo abrace, no se negó, sin embargo, lo sentía tensó, sorprendido.
—No sé qué es lo que pueda estar pasando, pero quiero que sepas que estoy para ti, sin importar nada— sin soltarlo, giré a verle el rostro. —Y también me gustas— deje caer mi cabeza sobre su hombro, al sentir como él también me estrechaba con los suyos.
—Quería decirte que— me separo de él un poco, para captar mi atención. —Lo siento, lo de anoche, yo...
—...No te preocupes, entiendo, de alguna manera, lo hago— le di un abrazo nuevamente y sin más me separé de él. —Ven, vamos a comer que no soporto más el hambre ni la resaca, es un asco. —me regaló una sonrisa y continuó caminando.
Al cruzar la puerta, en medio del pasillo, me atrajo hacia él con fuerza, ocasionando que perdiera estabilidad sobre mis pies, cayendo sobre su pecho, mientras me tomaba con fuerza, sin dejarme caer.
—Lo siento, pero no puedo soportarlo, me gustas. Se que lo escuchaste, pero quería decírtelo a los ojos, ver tu rostros mientras lo decía— me reincorpore y sin separarme mucho, bese sus labios, tratando de ser delicado, ya que el momento lo ameritaba.
—Ya te lo había dicho, pero también me gustas, de eso estoy seguro— le obsequie un beso más y continúe mi camino. —Venga, que tengo hambre— entrelace sus dedos con los míos y bajamos con los demás.
Al final la tarde se volvió una reunión más, aunque esta vez sin alcohol y con la presencia de Roy, quien al parecer estaba liado con sus cursos para el examen de la universidad.
El comedor se llenó de pizza, refrescos y nuevamente el juego de cartas, aunque eso significara una rivalidad entre Cleo y Nill por la victoria.
Siendo honesto, nunca imagine estar viviendo algo como esto. Disfrutar de un rato en amigos, junto a un chico que me gusta y que sabe que me gusta y al que también le gusto. Pero sobre todo, lo más importante es que entre todos estaba mi hermana, disfrutando del momento junto a nosotros, junto a mi, como siempre tuvo que ser.
La noche terminó, así como muchas más, inundadas de estudio, algunas con ayuda de Omar o en grupo. Todo para prepararnos y lograr entrar en las carreras que habíamos decidido estudiar. Así fue hasta las fechas de exámenes, donde cada uno presentó el suyo.
Los nervios estaban a flor de piel, el ambiente tensó. Los suspiros, tosidos y el ruido de hojas pasando eran protagonistas.
Sentía mi estómago quejarse por los mismos nervios, mientras que mi cerebro trataba de aclarar la información que mantenía almacenada y dar su mayor esfuerzo para quedar seleccionado en la universidad.
Fueron horas entrando en un ambiente tenso, desesperado por demostrar quién era más inteligente, aunque sin más, después de un periodo de tiempo que parecía interminable, finalicé mi examen, me indicaron rectificar y entregarlo. Por lo que después de haberlo hecho, salí de la habitación y esperé encontrarme con alguno de mis amigos, al final todos íbamos para la misma universidad, aunque distintas facultades.
Sin embargo, no fue a ellos a quienes vi, si no que visualice a un Omar a lo lejos, disfrutando de al parecer una hora libre, junto a una chica, ambos charlaban de manera relajada, mientras parecían comer algo. Se reían, al mismo tiempo en que ella lo sujetaba del brazo, sin despegar la mirada de su rostro. Podría estar lejos, pero juraba ver como había un brillo en sus ojos al mirarlo.
Sin llamar la atención y teniendo la distancia como ventaja, retome mi camino y me fui, sin dejar un mensaje, pretendiendo que nunca estuve ahí.
Al estar por salir, un mensaje me hizo detenerme. Por un instante pensé que podría ser él y que solucionaría mis conflictos internos con un simple: "'¿Cómo te fue?". Pero no fue así, simplemente fueron las palabras de Cleo colándose entre mis dudas e inseguridades.
"Joder esta mierda estuvo intensa, ¿Terminaste?"
"Voy de salida, ¿Dónde estás?"
"Te veo en la cafetería central"
Sin saber cómo llegar, lo conseguí. Se notaba agotada, incluso exhausta, sin embargo, no le tomo importancia en absoluto, simplemente, me miró y su gesto cambió repentinamente.
—Me sentí bastante inculta si de confesar se trata— me miró detenidamente y por un instante, sentí ser muy obvio con mis sentimientos. —¿Tan mal te fue?— asumió.
—¿Soy alguien usable?— pregunté. —¿Siquiera soy atractivo?— volví a cuestionar sin esperar respuesta.
—¿Ha pasado algo?— preguntó ella preocupada.
—No lo se, ¿Cómo sabes si a alguien le gustas?— entramos en la cafetería y después de pedir un café, junto a un chocolate caliente, tomamos asiento.
—Necesito más contexto— se quejó.
—¿Recuerdas la noche del "Maratón Marvel"?— asintió, mientras bebía de su café. —Pues esa noche casi tuve mi primera vez— abrió los ojos sorprendida.
—¡Si que van en serio!— se acercó un poco más, tratando de parecer sutil. —¿La tiene grande?
—¡Cleo!— después de casi derramar mi bebida, me queje. —Pensé que no te interesaba nada de eso— la miré completamente sorprendido.
—Joder, no me lo quiero tirar, solo me dio curiosidad, porque ese día, se le marcaba algo muy abultado, aunque ahora, puedo deducir que era por tu cercanía, digo estabas sentado en su regazo— comenzó a analizar toda la situación. —Pero bueno, ¿Qué fue lo que pasó?— volvió al tema.
—Pues esa noche no sucedió nada, solo besos y sin playeras, pero algo pasó que él me detuvo, no me siento del todo bien exponiendo esto, así que iré al grano. A la mañana siguiente me confesó que le gusto y creo que también me gusta, pero hace un rato lo vi junto a una chica y creo que tienen la misma conexión que él tiene conmigo, no lo se Cleo y ¿Si Cassey tiene razón y solo me esta usando?— deje caer mi cabeza sobre la mesa, mirando solo oscuridad. —Me siento como un imbécil por creer que podría llegar a gustarle.
—Estás sacando muchas conclusiones sin investigar, ¿Y si son solo amigos?— eleve la mirada, mirando su rostro. —¿Sabes algo de su círculo social?, porque el conoce el tuyo, ¿pero tu conoces el suyo?— y entonces saqué la cabeza de entre mis brazos.
—¿Debería de hacerlo?— pregunte.
—Si, y esta es tu oportunidad perfecta— por detrás mío, la figura de Omar se hizo presente, acompañado de un pequeño grupo de gente.
—¿Qué tal chicos?, ¿Cómo les ha ido?— se despidió momentáneamente de sus amigos y se aproximó a nuestra mesa. —¿Nos veremos más seguido por aquí?
—Aún no nos dan los resultados, pero que no te sorprenda vernos por aquí en un futuro— respondió Cleo, mientras tomaba sus cosas y se levantaba. —Bueno, yo les dejo que debo volver a casa— iba a seguirla, pero no me dejo. —Chase, ¿Te quedas no, debes esperar a tu hermana me has dicho?— sin dejarme hablar continuó. —Qué mejor que te quedes junto a Omar y sus amigos, mientras esperas, venga, nos vemos— y sin más salió del lugar, dejándome frente a la responsabilidad de conocer a su círculo.
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Entre Las Estrellas.
Ficção AdolescenteMellizos que tal vez en algún momento fueron inseparables, pero siempre hay una grieta en las relaciones. Y la de ellos fue cuando ella descubrió su don con la música, dejándolo a el atrás sin poseer ningún talento. Creció solo, viendo desde las gr...