IX

4 3 0
                                        

Chase.

La hora de salir de casa se aproximaba, el cielo estaba por oscurecer, mientras que solo me miraba al espejo, recordando lo que las palabras de Omar me había hecho sentir, a pesar de que están siendo invadidas por las que Cassey me dijo.

"Malas noticias, me he intoxicado con un mal pescado, no podre ir, los siento mucho"

"No te preocupes, supongo que tampoco iré"

"Lo siento de verdad, juro que lo compensare con una salida"

"Me conformo con jugar más tarde"

Me dejé caer sobre mi cama, resignado a no poder salir de casa. No me molestaba, aunque tenía una cierta emoción por hacerlo.

—¿Puedo pasar?— Omar llamó a mi puerta. Y sin esperar respuesta entró. —¿Emocionado?— preguntó, pero al analizar bien la escena, su expresión cambió. —¿Está todo bien?

—Cleo se intoxico, entonces me canceló y no me gustaría ir solo, no le hablo a absolutamente nadie, ni siquiera a los amigos de Cleo.

—¿Entonces no saldrás? Podría ser una buena oportunidad para conocer a tus compañeros, aunque sea la última vez que los veas— negué con la cabeza.

—A menos de que tu o alguien vaya conmigo, no veo por qué ir.

—Ya veo lo que tramas— se acercó, me extendió las manos, para que las tomara y al hacerlo, me hizo poner erguido. —Chase Monarca, ¿Irías al baile de tu escuela conmigo?— lo miré sorprendido.

El atardecer se metía por entre mis cortinas, iluminado mi habitación por completo de un color rojizo, aunque con tonos amarillos y algunos púrpuras.

Sus manos tomaban las mías, mientras me miraba fijamente después de haber preguntado. ¿Era esto algo que haría alguien que solo quiere usarme?, ¿Él solo me estaba usando para su conveniencia?

—Pero no tengo otra entrada— respondí.

—Es algo que podemos solucionar— me sonrió encantador. —¿Qué dices?, ¿Irías al baile conmigo?

—Por supuesto que sí— le sonreí de vuelta y bajamos al recibidor, dónde mis padres esperaban a Omar para darle su paga.

—¿Saldrás con él?— cuestionó mi madre.

—No, solo se ofreció para llevarme al lugar del baile, dijo que le queda cerca— vi a Omar, mirarme después de haber negado salir con él, pero era tonto decir algo mas. Llevaba el casco para moto en mi mano, e íbamos a cruzar la puerta juntos, aún así no pude decir la verdad.

Salimos y pensé que preguntaría algo, pero no lo hizo, simplemente subió a su moto, esperando a que hiciera lo mismo.

El camino no se había sentido tan especial como el del día anterior, incluso lo sentía agobiante.

Al llegar espero a que bajara, para después estacionar el vehículo.

—¿Estás bien?— le pregunté, no me ha dicho nada, su expresión era seria, sentía que estaba molesto.

—Si, no tienes de qué preocuparte— me guio a la entrada y mientras esperaba que él entrara conmigo se detuvo al principio de las escaleras. —No puedo— lo mire esperando una respuesta pero no me la dio.

—Omar, espera— sin decir nada, se fue hacia su moto, dejándome de pie frente al gran baile. —¿Qué pasa?— logre tomarlo por el hombro, obligando a que se detuviera.

—No lo sé, no puedo entrar— me tomó por los hombros y se acercó. —Lo siento mucho Chase, puedo venir por ti si eso quieres, pero no me siento capaz de entrar.

Entre Las Estrellas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora