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Chase Monarca.

"Querido Diario"

Hoy hemos salido de día de campo, jugamos en las barras paralelas, en una estructura de trepar, hasta jugamos a las traes. Pero parece que empujé muy fuerte a Casey e hice que cayera de cara contra el césped.

Traté de disculparme, pero papá no me dejó ni acercarme a ella, me sentí muy mal por haberla lastimado. Y mientras ella jugaba con nuestro padre, yo tuve que quedarme sentado junto a mamá, ayudando a guardar las cosas del almuerzo.

"Querido Diario"

Hoy fuimos a un concierto que Casey protagonizó en la escuela, ella tocaba el violín que le regalaron el día de nuestro octavo cumpleaños, desde el momento en que lo tocó pareció hacerlo bien, con el tiempo fue perfeccionándolo y ahora, está tocando frente a todos los padres de nuestro curso. Mientras que yo me estoy muriendo de aburrimiento, escuchando la misma melodía, desde que se lo obsequiaron.

—¿Por qué siempre debemos llegar tarde por tu culpa?— cerré el cuaderno entre mis manos, en el momento en que escuche su voz entrando en mi habitación.

—Tal vez porque no es importante a donde vamos— la mire retándola. Ella parecía estar lista para su concierto, estaba vestida de gala y en su mano llevaba el estuche con su violín.

—Creme tampoco quiero que vayas, es una vergüenza que me vean con un inútil como tú, pero es por papá y a diferencia tuya, yo sí se cumplir con mis obligaciones— salió de mi habitación, azotando la puerta, dejándome sentado sobre el borde de mi cama leyendo el diario que escribía cuando era más pequeño.

Después de unos largos minutos en coche, llegamos a donde se presentaría mi hermana. No solo me habían obligado a venir a un evento rodeado de gente pija, también a usar un ridículo traje que me sofocaba por el ajustado nudo de la corbata.

La noche pasó lenta, mi móvil no tenía señal, los juegos que tenía instalados por defecto eran, no sólo fáciles, también repetitivos, la comida era insípida y las sillas se estaban empezando a clavar en el césped.

—¿Podrías cambiar tu actitud por un par de horas?— mi padre se acercó sutilmente a mi. —Es la boda de mi jefe, por favor— lo miré, sonreí de manera falsa y mejoré mi postura sobre la silla.

La noche se hacía cada vez más oscura, Casey ya había hecho su presentación mientras que los invitados disfrutaban de la cena. Mis padres no dejaban de elogiarla, era no solo abrumador, también me sentía mal por no ser igual de talentoso que ella, habíamos compartido vientre, ¿Por qué ella se llevó todo el talento y yo no tengo nada?

La noche terminó, me deshice del traje arrojándolo al piso de mi habitación, quedando en ropa interior, para después lanzarme a mi cama y dormir sin esperar nada más para lo que quedaba de la noche.

Los días continuaron su curso, eran los últimos de colegio. Por lo que se avecinaba el verano, periodo en el que Casey hacía más ruido que de costumbre, preparándose para tocar en la ceremonia de graduación y probablemente también en el baile.

—Tienes que cenar con nosotros— Casey volvió a entrar en mi habitación sin siquiera avisarme. —Es una orden de papá— dijo para así dirigirse al comedor.

Al bajar los vi cenando como comúnmente lo hacen, aunque esta vez había un plato para mi cérvido sobre la mesa.

—Siéntate—ordenó mi padre, al verme llegar.

—Gracias, pero ya cene— me acerque a la mesa y espere a que dijeran algo más.

—No estoy preguntándote— resignado tome asiento. —Seré breve. Como sabrán Casey no solo impresionó a mi jefe el día de su boda, también le da las gracias por haberlo ayudado con su presentación después de que se lo hayan cancelado— inició el tema, el hombre. —El punto es que su madre y yo tendremos que ir de viaje por un par de semanas y no podemos llevar con nosotros a Delia— Delia era la única de nuestra familia que me agradaba, ahora estaba durmiendo, puesto que es una pequeña bebé de apenas dos años.

—¿La cuidaremos nosotros?— preguntó aparentemente preocupada Casey.

—No, sabemos que estarán disfrutando de sus últimos días de bachillerato, sin mencionar que no los creemos capaces para hacerse cargo por su cuenta— sentía como me miraba de reojo, mientras pacientemente cortaba su carne.

—Así que su madre y yo decidimos contratar a alguien que cuide de ella y probablemente también de ustedes, garantizando así que no sobrevivan a base de pizza o comida basura— los mire confundido.

—¿Tendremos una niñera?— pregunté.

—Niñero— me corrigió. —Pero no tendrán porqué preocuparse por él, parece ser un buen sujeto está becado en una de las mejores universidades de la zona, él se hará cargo de Delia sin meterse con ustedes y espero que ustedes tampoco le hagan la vida difícil— ahora era él quien me miraba de reojo.

—Por supuesto que no, bueno no por mi parte, aunque no puedo decir lo mismo de él— y finalmente todos estaban señalandome.

—¿Cuándo llega?— pregunté, tratando de ignorar sus miradas sobre mi.

—Mañana a primera hora deberá estar aquí— me deje caer sobre la silla, un largo periodo sin ellos, aun con Casey, pero son dos menos, con un desconocido, pero al menos existe la probabilidad de que no sea como ellos. —¿Todo bien?— me miró extraño.

—Si, solo estoy… ¿Emocionado?, creo— hace mucho que no sentía una emoción que no fuera negativa. También parecía sorprenderlos.

—Solo espero no estés planeando hacer una fiesta o algo así— respondió despectivo.

—Para eso, primero debería tener amigos— se burló Casey, arruinando por completo, el momento de emoción que estaba experimentando.

—Bueno, ¿Cenaras con nosotros?— me negué y después de despedirme subí a mi habitación.

Había pasado mucho tiempo solo, viendo las mismas caras todo el tiempo, mismas que solo me señalaban como el error que me hacen sentir que soy. Y ahora un par de esas personas se irán por un periodo de tiempo largo, seré libre por un tiempo.

La noche paso, descanse como nunca antes lo había hecho, el sol entraba por mi habitación, el sonido de las aves anunciando el sol saliente me despertó. Baje a la cocina tomando unos cereales como desayuno, disfrutando del silencio que ahora abunda en esta casa.

Sobre la nevera encontré una nota, no la había visto por pensar que podría ser cualquier calendario donde estén fijadas las presentaciones de Casey.

“El dinero se lo estaremos enviando por transferencias, por favor no hagan ninguna fiesta y no vayan a estropear el trabajo de Omar, sin mencionar que si ven algo extraño en su comportamiento nos notifiquen de inmediato”

—Papá.

—Buenos días, ¿Chase, verdad?...

Entre Las Estrellas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora