XXIX

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Chase.

Salí de la habitación, en busca de consuelo, encontrándome con unos ojos que esperaban a mi salida. Sin esperar, se puso de pie y me envolvió en un abrazo, entendiendo todo lo que estaba pasando.

—¿Cómo sigue ella?— preguntó, con notoria preocupación. Aunque no supe responder, sin llorar descontrolado.

—Pronto se irá, lo se, los medico me lo dijeron— me aferre a su pecho mientras lloraba sin control, desahogando mis lágrimas.

—Deberías descansar, han sido muchas emociones durante una sola noche— trato de persuadirme.

—No puedo dejarla sola— sentencie. —Mis padres no aparecen y soy su único familiar disponible.

—Descuida, yo me quedaré aquí, no estará sola— De entre la gente salió Teo, quien parecía pendiente de la conversación. Mi rostro denotaba inseguridad. —Estará en buenas manos, lo prometo, aun así, pase lo que sea, te informaré.

—Venga, vamos a descansar, lo necesitas— me tomó de la mano y me guió a la salida.

Habían pasado tantas horas que el sol se estaba poniendo de nuevo, por lo que al salir sentí el cansancio que mi cuerpo estaba ignorando, sintiéndome pesado y exhausto.

—Es gracioso porque esta noche la había imaginado distinto— confese llamando su atención.

—Lo se, yo tambien lo habia hecho, despues de que invitaras a pasar la noche en tu casa, supuse que podríamos llegar a la siguiente base, incluso había comprado preservativos.

—Veo que estamos en la misma sintonía— sonreí. —Será otro día, realmente necesito descansar.

Subimos a su moto y mientras, el cielo se oscurecía, comencé a debatir lo que la vida significaba, Casey nació el mismo dia que yo, pero ahora está muriendo antes de que yo lo haga, ¿Como es que el destino puede enviarnos juntos y después separarnos cruelmente?
Llegamos a casa, dejamos la moto en la cochera y subimos a mi habitación, cayendo sin pensarlo en la cama, donde al cerrar los ojos, me quedé dormido inmediatamente.

El cielo aún se encontraba apagado cuando mis ojos se abrieron, eran las 3:10 am y mi cerebro comenzaba a sobrepensar la salud de Casey.

“¿Cómo va todo por allá?”
“Continúa dormida”
“Los médicos la estabilizaron, todo bien”

—¿Qué sucede?— sin más escuche su voz sonar, aparentaba aun tener sueño. —¿Te encuentras bien?

—Por supuesto, es solo que no tolero la idea de que mi hermana esté muriendo y  no pueda hacer nada— había un problema en sus pulmones, cosa que ni un trasplante podría solucionar, era cuestión de tiempo para que muriera.

—Si lo piensas bien, esto podría ayudarla a descansar, finalmente ser libre de su enfermedad y trascender, nadie se va, si permanece aún en tu recuerdo y corazón, ¿Está bien?— extendio lo brazos y me invitó a abrazarlo, cosa que correspondi. —Volvamos a dormir, ¿De acuerdo?— se recostó y me sostuvo con fuerza para volver a descansar.

Lo mire detenidamente, la vida era una mierda, no sabia cuanto tiempo podria quedarme o si era el suficiente para continuar esperando.

—Quiero hacerlo— dije. —No se cuanto mas pueda pasar, y no dejaré pasar esta oportunidad, a menos de que tu no quieras, en ese caso, obviamente no te obligare…— por algún motivo siempre me enredaba en las palabras, pero por suerte, él sabía entenderme. Por lo que, provocando que me callara, me tomó del mentón y sutilmente me besó.

—Yo también quiero hacerlo— respondió, cuando su boca se distanció de la mía. —Quiero entregarme a ti.

Lo tomé por las mejillas y lentamente acerqué mi rostro al suyo, besando sus labios de manera delicada, envolviendo los suyos con los míos. De forma hábil, subí a su regazo, sintiéndome torpe con mis movimientos.

Entre Las Estrellas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora