Omar.
Hace años que no conversaba de esto, el recuerdo aún me hacía daño, incluso después de haber ido con varios especialistas y me dijeran que había sanado. Sin embargo, aún continuaba con el recuerdo de la piel de todos profanando mi cuerpo, ignorando mis quejas y súplicas por huir de ese lugar.
Siempre tuve un sueño. Desde pequeño supe que quería ser un profesional, graduarme y ser el orgullo de mi familia, sobre todo de mis padres que habían hecho tanto por mi. Pero parecía que ese no era mi destino.
Mis años durante la escuela eran complicados, tarde mucho en aprender a leer o escribir, mientras que mis compañeros ya estaban aprendiendo a multiplicar yo seguía tratando de analizar cómo se sumaba.
Con el paso de los años, gracias a mucha terapia, logré nivelarse, adquiriendo el conocimiento que se supondría alguien de mi edad tendría. Así logré superar todos los grados, hasta llegar a la universidad más prestigiosa de mi país.
El primer día había sido grandioso, estaba no solo feliz, también orgulloso de haberlo logrado, pero ese sueño, pronto se volvió una pesadilla.
Al concluir el semestre, mis profesores reconocieron mi esfuerzo, tenía muchos amigos. Era mi vida perfecta, incluso llegué a pensar en entrar a una hermandad, puesto que mi padre siempre me contó que fue lo mejor que pudo haber hecho en su estancia en la universidad . Por lo que, después de un par de semanas entre a una.
Me mude al campus, dejando la casa de mis padres para trabajar y sobre todo estudiar dentro de la misma universidad.
Las semanas pasaban, los chicos eran agradables, aunque no dejaban de repetir una fecha, la llamaban: "la iniciación". Se supone que serían pruebas para demostrar lo digno que podríamos ser para pertenecer ahí. Su "gran noche" era la misma en que el primer año de universidad terminaba.
Esa noche Nicolás, quien era uno de los veteranos dentro de la hermandad, me pidió quedar con él, ya que me llevaría al lugar donde se harían las pruebas. No había nada con dificultad; corrí en ropa interior por toda la facultad, desfile con ropa diseñada para el cuerpo femenino. Nada lo suficientemente complicado como para negarme, era solo un juego, no tendría porque ser importante. Solo era una anécdota más.
Al final quedamos los miembros y los adeptos que no desertaron. La noche era profunda, estábamos en medio de una celebración por haber "quedado", aunque aún faltaba una prueba, Pero eso no lo sabíamos.
La música estaba en lo alto, las luces de distintos colores iluminaban la habitación. Éramos solo cuatro chicos recibiendo una cerveza para celebrar nuestro ingreso a la hermandad, debemos tomarla completa de una solo intento y eso hice, eso hicimos todos.
Y entonces tomé conciencia, ya no había música o luces, por un momento creí haber estado tan borracho que no recordaba nada. Pero eso no fue lo que sucedió, al mirar a los lados vi a los otros adeptos, atados, sobre la cama de uno de los miembros más antiguos. Todos ellos estaban juntos excepto por mi, que me encontraba en una cama diferente.
En no mucho tiempo todos entraron, Nicolás, Javier, Rodrigo, David, Daniel y Ulises. Todos miembros veteranos, considerados líderes por su tiempo dentro.
Y entonces empezó, entendí porque estaba separado del resto. Aún recuerdo sus malditas voces jurando que era la prueba final: "La Definitiva".
Mientras Javier filmaba todo con su teléfono, Nicolás decreto que la última prueba sería ser usados para su placer, siendo este el precio que pagar y que al negarnos, nos mostrarían un juguete que habían traído para motivarnos.
Sus manos me recorrieron el cuerpo, burlándose de mi impotencia por no hacer nada para defenderme. Mis manos atadas, al igual que mis pies, mi realidad movida por lo que sea que no hayan dado, fueron víctimas de mi desnudes frente a todos.
Grité incontables veces que se detuvieran, que me dejaran ir, supliqué que pararan, incluso antes de que pasara cualquier cosa. Pero entre sus manos un arma me obligo a callar.
Había un puta pistola en mi cabeza, mientras que me obligaban a realizarles sexo oral o alguien me penetraba. Temía por mi vida, si es que me negaba.
Al final todos hicieron lo que quisieron con mi cuerpo, mientras que solo podía llorar, suplicando despertar de esa pesadilla, cosa que nunca pasó, porque esa era mi realidad.
Al mismo tiempo en que mi sangre se mezclaba con sus demás líquidos, me tomaron y con crueldad me arrojaron al suelo, para así pasar al siguiente, concluyendo después de haber pasado los cuatro. Los seis se reían de nuestra presencia asustada y usada, sin importar que nos habían abusado.
Finalmente Nicolás apuntó a su cabeza mientras nos miraba, disparo, obligándonos a cerrar los ojos por el posible desastre que nunca llegó, incrementando su burla, al declarar que el arma estaba vacía.
Inmediatamente salí del lugar, tomé mis cosas y volví con mis padres, abandonando la universidad, junto a mi sueño. Los días pasaban y mis padres no entendían por qué me había "apagado" como ellos decían. Aunque al final no importó, nunca dije nada y nadie dijo nada, más que rumores sin importancia por ser "juegos de chicos".
Sino fuera por el estúpido video que llego a una pagina pornográfica en internet, haciendo revuelo por la parte del disparo, ignorando las quejas de los chicos.
Trate de denunciarlo, pero no había pruebas ya que en el pie del video, se especificaba que todo era consensuado, sin importar que ninguno de los chicos lo hubiera confirmado.
Fue tanta la presión de la gente que me conocía, llamándome creador de ese tipo de contenido o creyendo que era a lo que me dedicaría, invalidando mi imagen y esfuerzo por ser alguien "correcto" para ellos. Que llegue a pensar en quitarme la vida.
Al final mis padres lo descubrieron y ayudaron con visitas al psicólogo nuevamente. Los años pasaron, en los que ahorre para continuar mi sueño, pero, ahora en otro lugar, lejos de esa tierra de tortura, en donde no importo mi sufrimiento.
Tal vez esa noche pensé en volver a desnudar mi cuerpo para él, pero algo mucho mejor sucedió, le revele mi mayor secreto y tortura, desnudando el sufrimiento de mi alma, recibiendo la mejor repuesta que alguien pudo haberme dado, empatía.
—No sé cómo es haber vivido todo eso, pero lo que sí sé, es que eres muy fuerte y soy afortunado de tenerte conmigo— sus brazos me recorrían el cuerpo, consoladores ante mi historia. —Y si alguna vez sientes que estoy haciendo cualquier cosa que no quieras, no dudes en detenerme— sugirió mirándome a los ojos, para después besar mis labios delicadamente.
—Se que no eres como ellos, tú eres especial— le respondí, volví a mirarlo delicadamente y lo bese nuevamente.
—¿Y si solo nos acurrucamos?— me pregunto.
—Me encantaría solo hacer eso y descansar, han sido muchas emociones en una sola noche— me recosté junto a él bajo las sábanas, abrazando su cuerpo mientras tratábamos de dormir durante la noche.

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Entre Las Estrellas.
Teen FictionMellizos que tal vez en algún momento fueron inseparables, pero siempre hay una grieta en las relaciones. Y la de ellos fue cuando ella descubrió su don con la música, dejándolo a el atrás sin poseer ningún talento. Creció solo, viendo desde las gr...