Chase.
Los días pasaban con prisa, entre tardes de estudio y noches de juego con Cleo. Omar había conseguido más trabajo por ser vacaciones, dejando nuestra comunicación a conversaciones de chat o enviándonos tik toks, el uno al otro.
Decidí que mi mejor opción era estudiar Programación, para después dedicarme a programar distintas plataformas de juegos. Era lo que me apasionaba, era bueno en eso.
Antes de llegar a esa conclusión lo conversé con Cleo, ella obviamente me atacó de preguntas, cuestionando si era la mejor decisión que podría tomar. Al final concluyo con que no había mejor opción que esa para mi.
Al final dentro de los trámites para las universidades que había elegido, requiere de documentación dentro de mi información personal, junto a un obvio pago.
No había un mejor lugar para encontrar todo eso que el despacho de mis padres, siendo el único problema que no estaban y los documentos podría estar en cualquier lugar.
Pudieron haber pasado horas mientras buscaba rodeado de papeles, facturas y distintos documentos. No sabía cuántas carpetas había abierto o desordenado, en algún momento pensé en rendirme, esperando a que mis padres llegaran, pero al ver que eso podría ser eterno continúe indagando.
En algún punto descubrí un cajón con cerradura por debajo del escritorio. Mi curiosidad se había apoderado de mi ser, desordenando incluso más, hasta que después de toda una revolución, logré encontrarlas pegadas en la parte superior del primer cajón dentro del escritorio.
Abrir instantáneamente el cajón cerrado, esperando encontrar ahí los documentos que buscaba. Pero eso no fue lo que pasó; dentro del cajón se encontraban muchos diagnósticos, de distintas clínicas, doctores, pero de una misma persona "Cordelia Monarca".
Un nombre como ese no me era conocido, pensé en que podría ser algún familiar lejano que pudo haber muerto por el cáncer que marcaba estar diagnosticado, aunque eso podría no ser real, ya que el papel más reciente indicaba que ella había logrado combatirlo y que el aparente tumor desapareció.
—¿Qué es lo que haces aquí?— Cassey entró en la habitación, provocando que me sobresaltara. Horrorizada miró los papeles en mis manos y frenética trato de quitármelos. —¡Deja eso!— se acercó rápidamente arrebatando lo que llevaba entre los dedos.
—¡Mierda!, ¿Qué coño te pasa?— trate de quitárselos de vuelta, pero me fue imposible.
—Guárdalo todo o le diré a nuestros padres— me amenazó como si fuéramos niños.
—¿Qué te importa si los veo o no?— continúe mirando algunos más, mientras que veía como ella entraba en un colapso, al no saber qué hacer.
—¡Déjalos!, no tienes porque verlos— se acerco aun mas y me empujo, alejándome del resto de papeles.
—¿Cuál es tu problema?— me puse de pie, traté de acercarme nuevamente, pero ella de una patada cerró el cajón.
—¿Dónde está la llave?— se notaba afectada, incluso comenzó a parecer mareada.
—¿Cassey te encuentras bien?— su mano se aferró al escritorio, tratando de mantener el equilibrio.
—Dame la puta llave...— la yema de sus dedos se deslizó por el escritorio, mientras que caí inconsciente al suelo.
—¡Cassey!— no sabía qué hacer, no tenía la fuerza suficiente como para cogerla en brazos y llevarla a cualquier lado.
Tome mi móvil con urgencia y llame a una ambulancia, pedí que llegaran a mi residencia, para después llamar a mis padres y decirle todo lo que había pasado. Me indicaron acompañarla al hospital y registrarla como Cordelia Monarca en lugar de Cassey.
Estando allí entendí que quien se encontraba enferma de cáncer era ella y que lo había resuelto, aunque podría volver y aun se encontraba en riesgo.
No soporte la presión de estar solo dentro de ese entorno, pensé en llamar a Cleo, pero sentí que no debía hacerlo, que a pesar del tiempo, ni ella, ni Omar sabían prácticamente nada sobre mi pasado, por toda mi solitaria historia.
Por lo que solamente me quedé ahí, bebiendo café tras café, mientras me indicaba esperar para saber algo de mi hermana.
Los minutos parecían horas, mis padres, llegaron sin avisar, yendo directamente a la habitación de Cassey.
—¿Por qué Cordelia?— llegué tras ellos, preguntando directamente.
—No es el lugar para que te lo digamos— respondió mi padre, desesperado por entrar en la habitación.
—Sin mencionar que me ocultaron sobre que tenía cáncer— ambos me miraron sorprendidos e instantáneamente me tomó del brazo, para después llevarme lejos de cualquiera que pudiera pasar.
—No es lugar para hablarlo, ¿Es que no lo entiendes?— en su agarre pude notar coraje, aferrándose más a mi brazo, dejando una probable marca.
—Vale, pero tampoco debes de ser así de agresivo— enfadado me solté de su agarre y salí del hospital.
"Necesito urgentemente esa guía por las líneas de bus"
Le dejé un mensaje al móvil de Omar, mientras caminaba sin rumbo aparente, alejándome cada vez más del hospital.
"Estoy un tanto ocupado, pero si quieres, mañana podemos quedar"
"¿Donde estas?, quiero verte"
"Te mando ubi, aunque estoy trabajando con un par de diablos"
"No quiero ralentizar tu trabajo, puedo esperar"
"No pasa nada si vienes, solo deberás ayudarme un poco a cuidarlos"
"Llegó en unos minutos"
Pedí un taxi mediante una aplicación móvil, quedando en la puerta del hospital. Llegué al punto de encuentro y mientras esperaba vi a mis padres salir, preocupados del sitio.
Pensé en acercarme, aunque al final no lo hice, hice contacto visual con ellos y mientras que conversaban, note como no me quitaban los ojos de encima.
Al final el auto llegó, subí y después de un recorrido corto, me dejó frente a una residencia y esperando no equivocarme de puerta, llame a esta. Recibiendo segundos después a un Omar un tanto acelerado y desalineado abriendo la puerta.
—¿Necesitas ayuda con ellos?— me sonrió dejándome pasar.
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Entre Las Estrellas.
Roman pour AdolescentsMellizos que tal vez en algún momento fueron inseparables, pero siempre hay una grieta en las relaciones. Y la de ellos fue cuando ella descubrió su don con la música, dejándolo a el atrás sin poseer ningún talento. Creció solo, viendo desde las gr...