XX

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Chase.

Las horas pasaron entre ellos conversando, sentados en el sofá de Omar, mientras que yo solo observaba, riéndome de todas las opiniones opuestas entre ellos. Mientras que Teo decía lo mal que está el hacer servicio comunitario con fines de lucro educativo, Eva le repetía que no solo es por los créditos, sino que también ayuda a involucrarse en la sociedad.

—¿Puedo hablar contigo de una cosa?— me pidió Omar. Al aceptar, se levantó y me llevó fuera del departamento. —Te diría de charlar aquí, pero los de adentro, seguro que ya pegaron la oreja a la puerta.

—¿Entonces dónde vamos?— miro las escaleras a la azotea y aunque parecía una locura acepté. Subimos mirando la ciudad, así como el cielo de una linda tarde, calurosa de verano. —¿Pasa algo?— le pregunté.

—No lo sé, ¿Estás bien?— se sentó antes del borde, estando en completa seguridad. —No lo sé, siento que algo ocurre y no me lo estás diciendo. Si no quieres decirlo no pasa nada, es solo que creo que lo mejor que puedes hacer es hablarlo.

—¿El psicólogo no eres tú?— me senté a su lado, mirando los demás edificios que nos rodeaban.

—Podría serlo la verdad— bromeó. —Pero no es lo que me apasiona— se acercó un poco más a mi. —¿Es por lo de esa noche?— preguntó mirando al horizonte.

—No, en absoluto— mire el suelo, pensando en todas mis dudas de hace unas horas, las inseguridades y todo aquello que he comenzado a sentir.

—¿Entonces qué es lo que sucede?— dejó caer su mano sobre mi rodilla, tratando de llamar mi atención.

—Creo que estoy celoso o inseguro— confesé, ganando una ligera carcajada de su parte. —Definitivamente no serías un buen psicólogo— golpeé su pierna, quejándome por sus burlas. —Omar, ¿Somos algo?, ¿Sientes lo que yo siento por ti?— me miró atento, dejando de reír, aunque manteniendo la sonrisa en su rostro.

—¿Qué es lo que sientes por mí?— preguntó fascinado.

—No lo sé, muchas cosas— lo mire, notando como el sol comenzaba a bajar, dejando paso a la luna. —Nunca antes había experimentado esto con nadie, no se que es lo que pasa siempre que te veo, solo se que no me quiero alejar y que me encantan tus rizos, la textura de tus manos, el aroma de tu perfume, tu sonrisa, tus ojos, incluso tu nariz me parece preciosa.

—Pero es solo físico— comentó, haciendo que lo mirara confundido. —¿Solo te gusta mi apariencia?— parecía decepcionado.

—Por supuesto que no, es solo que no se si las amo o solo me gustan— volvió a sonreír.

—¿Qué es lo que amas?— me cuestiono.

—Amo tu amabilidad, la manera en que engatusas con tu encanto. Pero sobre todo la emoción y pasión que dedicas cuando algo, lo que sea tiene que ver con Marvel, así como la responsabilidad que transmites, con tus estudios y tu trabajo. Sin embargo, lo que más me gusta es esa bondad con los niños, me parece simplemente maravillosa.

—¿Entonces me amas?— me pregunto, tonto.

—No te burles de mí— volví a golpearlo.

—No me estoy burlando— mencionó entre risas. —Solo quería saber con más detalle lo que me estás diciendo.

—Omar, no solo me gustas, creo que me estoy enamorando de ti y no se si yo sea lo que realmente buscas— me aleje un poco de él. —Al final no dejó de ser un niño a tu comparación, recién me graduó de la preparatoria, esta tarde hice mi examen a la universidad, mientras que tú ya estás inmerso en tu carrera...

Entre Las Estrellas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora