XVI

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Chase.

La noche cada vez se hacía más presente, aunque pasaba desapercibida, ante el sacrificio del Magnate Tony Stark.

Generando rebeldes lágrimas que se escapaban del resto de miembros a mi alrededor, mientras que yo solo miraba sorprendido por tal acto.

Sin más la película concluyó, dejándonos fascinados por tal largometraje.

—¿Y si jugamos algo?— propuse.

—No creo que haya un juego para todos dentro de cualquier consola— respondió Cleo.

—Pero tenemos más opciones— Cassey se levantó y del cajón en la librería sacó un juego de cartas y varios tableros de mesa.

—Pero si vamos a hacer eso, hay que hacerlo como adultos, con unas cervezas o algo— propuso Nill.

A todos les pareció bien, por lo que, Cassey me indicó seguirla, llevándome al despacho de nuestros padres.

Donde hábilmente, con ayuda de un gancho de su cabello, burló la cerradura del escondite donde mis padres guardaban sus botellas de alcohol.

Al volver les mostramos un par de botellas de vodka y mientras ellos preparaban todo para jugar, yo fui a la cocina en busca de vasos.

—¿Estás seguro de querer hacer esto?— Omar entró en la cocina por detrás de mí. —¿Alguna vez has estado borracho?— parecía preocupado de verdad.

—No, pero qué mejor que hacerlo en mi casa, con gente de confianza— lo tomé suavemente del rostro, captando su atención por completo. —Todo estará bien, ¿Vale?— sus manos sujetaron las mías, aun sobre su rostro.

—Solo prométeme que si alguien quiere parar lo dejaran— acerqué lentamente mi rostro al suyo, tratando de unir mis labios a los suyos.

—¡Venga ya par de tortolitos!— Nill se acercó, me arrebató el paquete de vasos y salió. —¿Se nos unirán o van a desaparecer misteriosamente?— riendo salió de la habitación.

—Solo vayamos a divertirnos, ¿Está bien?— retiré mis manos de entre las suyas y comencé a caminar en dirección a los demás.

Con firmeza, tomó mi mano y me atrajo nuevamente hacía él, estando lo suficientemente cerca, como para inundarme del aroma de su perfume.

—Hay que iniciar bien entonces— su mano libre me tomó por la cintura, acercando incluso más mi cuerpo al suyo, soltó mi mano y la colocó detrás de mi cabeza. Y sin más me beso, siendo dulce y audaz.

Torpemente trate de seguirle el ritmo, envolviendo sus labios con los míos, mientras que su manos se aferraba a mi cintura. No sabía lo que estaba sintiendo, mis manos solo sujetaban su pecho, sintiendo el ritmo acelerado de su corazón. El mío parecía estar igual, mi cabeza se encontraba sorprendida por la acción y creía sentir algo de incomodidad dentro de mi pantalón.

—¿Van a venir o no?— Cleo se hizo presente en la situación, mientras sospechosamente sostenía su móvil.

Después de haber sido interrumpidos, fuimos con ellos, sintiendo la mirada divertida de Cassey, así como los ojos fijos de Nill sobre nosotros.

—Bueno, este es el plan— Cassey mostró los distintos montones de cartas, ya repartidas. —Si cambien de color, toman, si los hacen sumar cartas toman el número de suma y si usan cualquier tarjeta comodín...

—...Tomamos— interrumpió Cleo.

—Exactamente— le sonrió amable, tomamos asiento y comenzamos a jugar.

El juego inicio lento, después de que casi vomitó ante mi primer trago. Generando una notoria burla por parte de todos.

La música comenzó, para hacerlo más ameno y las cartas comenzaron a caer sobre la mesa, mientras que los vasos, se llenaban y vaciaban una y otra vez.

No se cuantos vasos pude haber llevado, o cuantas veces confundí al seis con un nueve, tratando de pasar desapercibido, pero nunca funcionó, parecía que no era tan sutil, como yo lo creía.

El alcohol comenzó a hacer más estragos en mi cuerpo, sentía la necesidad de moverme al ritmo de la música, me descontrolaba, cuando alguien debía tomar o ponía una carta mal e incluso notaba lentitud en mis palabras, aunque mi cabeza quería hacer muchas cosas al mismo tiempo.

Mientras la noche pasaba y mi cuerpo se acostumbraba al alcohol, la música se introducía cada vez más en mi cuerpo, generando una necesidad por bailar, a pesar de no saber hacerlo.

—Cassey súbele— me miró divertida y sin pensarlo mucho, aumentó el volumen. —¿Bailás conmigo?— le pregunté a Omar. Su cara se veía graciosa, pero aún así, no dejaba de parecerme atractivo. —Vamos, es solo un baile, no me dejes morir solo— parecía dudarlo, tal vez está casi tan borracho que no podía ni pararse.

—¡Vamos a movernos todos!— gritó Liam, tomando por las manos a Layla y Cleo, comenzando a bailar, de la mejor manera que pudieron hacerlo, aún con el nivel de alcohol que llevaban. Al verlos, sin pensarlo, Cassey accedió a la invitación de Roy y ambos se unieron haciendo bulla.

—Demostrémosle como se hace— me estrechó la mano y se puso de pie, me tomó por la cintura y simplemente comenzó a bailar, moviendo su cuerpo lentamente al ritmo de la música.

—¿Es tarde para decirte que no se bailar?— se rio un poco, me acerco más a su cuerpo y lentamente me susurro con dificultad.

—No me importa, simplemente mueve tu cuerpo cerca del mío, que eso me gusta— una de sus manos me soltó de la cintura y se acercó a mi cuello, acariciándolo lentamente. Ocasionando que me recorriera toda una sensación de electricidad por todo el cuerpo. —¿Puedo comerte el cuello?

—Si...— sus labios se acercaron a lo que deseaban, mientras que su agarre descendía lentamente, rozando sus dedos con el inicio de mi culo. Mientras que su boca degustaba de mi piel, la mía expulsaba pequeños suspiros, excitados por la sensación.

A mi alrededor no había nada, todo desapareció por completo, solo estaba el tacto de su cuerpo contra el mío, la música sonando de fondo, mientras sentía como una extraña sensación tan placentera que me recorría por todo el cuerpo. Exigiendo más de ella.

—Consíganse un cuarto, ¡Guarros!— la realidad volvió a mí ante un grito de Cleo, reclamando por nuestra privacidad y pudor. Para después tirarse sobre el sofá exhausta, quedando dormida casi al instante.

Las horas continuaban pasando, Cleo se había quedado dormida, mientras que después de un momento de "bailar", volvimos al juego, continuando con los tragos y conociéndonos un poco más.

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