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¿Se han puesto a pensar en lo rápido que pasa el tiempo?

En analizar cada momento. Bueno eso es lo que a mi me pasa cada vez que miro a las niñas a la distancia jugando y aun más cuando Amaro corre con ellas. Que aprendiera a caminar se me paso tan rápido así como que Antoine y y yo sumabamos otro año de casados, así es.

Pasa el tiempo y aunque me duela pensarlo.... mis niñas cada vez crecían más y muy rápido.

— ellas aman que Amaro ya camine — dice sentadose junto a mi en el sofá de la terraza.

— claro, así lo persiguen — río y el pasa su brazo tras mis hombros.

— planeamos algo? — me giro para mirarlo con el ceño fruncido al no entender a que se refería.

— es nuestro aniversario amore — sonríe.

— lo sé amor — digo.

— deberíamos planear algo, alguna salida o....

— los peques... — murmuró.

— tenemos niñera Lau, sabes que esta a disposición cuando la llamamos.

— que Amaro ya camina... es inquieto y...

— solo di que no quieres — dice sin ganas.

— no es eso — vuelvo a mirarlo — paso tanto tiempo con ellos que ya no me gusta tenerlos lejos — río — debes de entenderme.

— lo sé, me pasa igual amor, pero también debemos de darnos aunque sea un día, ¿No crees? — asiento.

Antoine tenia razón. Cuando solo eran las niñas acostumbrabamos a tener una cena fuera solos por lo menos una vez al mes y  si es que era posible hasta dos. Desde que Amaro había llegado esas salidas se habían terminado, e incluso el peque seguía durmiendo con nosotros por las noches ya que seguía despertándose por la madrugada.

— ¿que tienes en mente? — le digo sonriente.

— una escapada, quizá de tres días, que dices?

— tres!?

— Jo, Laura... no es nada tres días. Si quieres mi madre puede venir y estar con la niñera si te parece mucho. — me quedo mirándolo. — que?

— que hay de los partidos — digo.

— estamos parados, no busques escuzas Laura todas las parejas tienes este tipo de escapas cuando pueden dárselas, y nosotros ya llevamos tiempo de casados!

— que si, que lo sé! Pero cariño...

— Amaro va a estar bien.

Miro al pequeño que toma el balón entre sus manos y camina balbuceando.

— vale.

— ¿Si? — asiento y el me besa.

— ¿donde vamos?

— Hawai?

Levanto mis cejas con asombro.

— pense en algo menos extravagante.

— siempre has querido ir, igual que a Isla de Pascua.

— tienes razón, aunque tres días es poco hee.... — bromeo

— pues vamos por más.

— que no, no quiero estar tanto tiempo lejos de

— de las niñas y Amaro — dice terminando la frase por mi

Y es que era la verdad. Como no lo sería si hasta habíamos llevado a las niñas a parte de nuestra luna de miel para no pasar tanto tiempo lejos de ellas y hasta con la niñera incluida porque claro, también necesitamos espacio ¿no?

un mismo camino (Antoine Griezmann) 2°PARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora