Caleb.

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Todos creían que las llamadas que se recibían en el servicio de emergencia eran completamente cosas y situaciones serias, como un secuestro, homicidios o alguien desangrándose.

Estábamos casi entrenados para lidiar con esas situaciones y mantener la calma para hacer lo correcto.

Pero nunca me dijeron que en mi trabajo tendría que escuchar que le habían electrocutado las nalgas al padre de Alyssa.

¿Me sorprendía? Ni un poco, lo cual ponía en duda mi cordura para este punto.

- Dame el teléfono si no quieres que las próximas nalgas electrocutadas sean las tuyas - oí la amenaza en la voz de Alyssa de fondo - Estos niños, ¡¿Lo puedes creer?! ¡Le quitó al guardia la cosa esta que electrocuta! - escuche quejidos de fondo y una voz femenina diciéndole a alguien que relajara las nalgas, entonces arrugue la nariz, no quiero imaginar eso- ¡Ah no, alto ahí loca psicópata, voy a llevarte a un loquero y te dejaré ahí por el resto de tu vida! ¡No, mejor, te dejaré con Berta! Maldita sea.

- Vaya, chica de los niños, realmente das miedo cuando estás furiosa - dije con burla.

- ¡Ah, tú no quieres hablar de cosas escalofriantes! Si vieras el apasionante masaje que papá está recibiendo de mamá en este momento, te aseguro que te quedas sin palabras por lo que dure tú vida.

Sonreí y arrugué la nariz.

- Tan encantador como eso suena, ciertamente no quiero saberlo, ahora tengo una imagen en la cabeza que no borrare jamás - realmente jamás, joder.

Seguía escuchando quejido de fondo y más risas.

- ¡Henry ya cierra la boca! - gritó Alyssa.

- ¡Esto es abuso infantil, no sabes que clase de bacterias puede tener eso y estás tocándolo!

Ese niño realmente tenía una obsesión.

- Henry, nunca eliminas al 100% las bacterias de tu cuerpo, ahí donde estás tienes más bacterias de lo que crees y si no cierras la boca, voy a soltar la aspiradora con los pelos de Lulú y restregaré esta cosa por toda tu limpia y desinfectada habitación - trate de contener mi risa, Alyssa estaba hablándole con una calma amenazadora y casi letal.

Lo siguiente que escuché fue una puerta cerrándose.

- Excelente decisión.

- No puedes ser as...- No había terminado de hablar cuando la conversación de fondo me dejó sin nada que decir.

- María, mujer, creo que tengo un calambre.

- Ernesto te dije que relajaras las nalgas, pero tú nunca escuchas.

- Tú solo quieres manosearme.

- Bendito sea dios - dijo Alyssa en un susurro y entonces no pude contener la carcajada que salió de mi garganta - ¿Que clase de seres humanos habitan en esta casa? Es realmente bueno que te parezca gracioso chico del 911, al menos tú disfrutas con esto.

- Lo siento - dije tratando de controlar mi risa - No es profesional de mi parte que me esté riendo, lo siento.

- No te detengas por mi, puedes continuar - dijo con calma y estoy casi seguro de que estaba sonriendo también - Ya debes estar demente tu también, habías tardado demasiado en caer en la locura de los Becker.

- Tu has tardado bastante en responder a mi propuesta, quizás lo que me enloqueció fue eso.

- ¿Estás diciendo que soy la culpable de tu actual dudosa cordura?

- Eso dije, si - dije con un poco de burla - He perdido totalmente el juicio por tu culpa.

- Realmente eres insistente - dijo y su voz se escuchó ligera.

- Me gustas y aún sabiendo que puedes rechazarme, he dejado eso completamente de lado para pedirte una cita - dije con calma y escuchando su respiración al otro lado - Entonces si, dispuesto a que me rechaces mil veces, seguiré insistiendo.

- ¿Por que lo harías? - preguntó en un susurro con voz seria.

- Bueno, si te lo digo tendría que matarte después - dije pensándolo - Te ofrezco un trato, acepta la cita y te respondo esa pregunta.

- ¿Para mantenerlo interesante? - preguntó risueña y sonreí un poco.

- Puede ser.

Entonces escuché una sonrisa del otro lado de la línea y joder, estaba tenso, probablemente había empezado a sudar y mis nervios empezaron a traicionarme.

Parecía un adolescente, por dios.

Y entonces ella respondió con total calma y voz risueña:

- Esta bien, chico del 911 - entonces me paralice, ¿Había escuchado bien? - Tenemos una cita.

Ella corto y yo creí que tendría un paro cardíaco ahí, al menos no tendría que llamar al 911.

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¡Al fin dijo que si! Ella realmente se tomó su tiempo.

Amé escribir este capitulo.

Sigamos hablando del hermoso Caleb, por dios, es imposible no amarlo.

Gracias por darle una oportunidad a esta alocada historia♥️

Pueden comentar y dejar su voto.
- Vero🧡

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