18. ❝Bienvenido, Geno❞

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Coreano / Español

—Ya vengo...—Murmuró Ink cargando la bolsa de basura con una mano para poder abrir la puerta. Fue hacia la orilla de la banqueta y levantó la bolsa para intentar ponerla dentro del bote, pero al parecer era muy pesada. Dejó que la bolsa se azotara contra el piso y jadeó, sentía como si hubiera cargado un saco de cemento o piedras por varias calles, pero solo era basura. 

Apretó el nudo de la bolsa y volvió a tratar de alzarla, pero no pudo. 

—Ink. — La voz de Error lo hizo sobresaltar. Levantó la cara con un profundo terror grabado en el rostro, no solo Error venía hacia él sino que estaba acompañado de uno de sus antiguos compañeros de clase.

Geno.

Casi quiso reírse, pero no porque fuera gracioso, era más una risa inclinada a un llanto frustrado. Tomó la bolsa y con toda sus fuerzas logró echarla dentro del bote, giró sobre sus talones y caminó rápidamente devuelta hacia su casa. 

Pero las cosas no podían quedar ahí, no luego de que Error notara que tenía la nariz torcida y los labios reventados. Solo se habían mirado por una fracción de segundos, pero el asiático no necesitaba más para poder notar los desperfectos del otro chico. 

— ¡Ink, espera! — Solo dio un par de zancadas para poder alcanzarlo y tirar de su brazo antes de que llegara a la puerta. Ink se volteó aterrado, intentó soltarse de las manos de Error de una manera desesperada y casi exagerada. 

—Déjame. Suéltame. —Exigía furioso recurriendo a dar arañazos y doblar los dedos del moreno como último recurso. — ¡Déjame tranquilo! 

—No, escucha. 

— ¡Qué me sueltes! 

— ¡Ink! — Geno pestañeó estando a solo unos cuantos pasos de ellos, no sabía qué hacer más que presenciar como se producía una pelea entre su hermano e Ink, dándose empujones y arañazos. 

Geno no entendía ni una mierda, ni siquiera sabía que Ink vivía por esa calle hasta el día de hoy. Al final se metió entre ambos, sujetando a cada uno de una mano como si fueran niños pequeños y evitar que escaparan de enfrentar las consecuencias. — ¡Ya, por Dios, ¿qué les pasa?! ¡Mira qué estarse peleando a manotazos como niños chiquitos en la calle! 

— ¡¿Qué te pasó en la cara?! — Espetó Error a Ink ignorando a su hermano.

—...— Ink pestañeó botando un par de lágrimas de sus ojos y con toda su furia respondió—: ¡¿Y todavía tienes el descaro de preguntármelo?! —Se lanzó hacia el más alto, pero fue bloqueado por el cuerpo de Geno. — ¡Viniste a mi casa sin preguntarme! 

—...—Error inhaló profundamente. —Intentaba ayudarte. —Dijo con una voz endurecida 

— ¡No te necesito! ¡Las sobras y la lastima es para los perros de la calle! 

— ¡Pues tienes suerte de no ser un perro de la calle porque todos les tienen lastima, pero nadie los ayuda, yo sí te ayudo, todo el tiempo es lo que he estado haciendo, pero te comportas como si el que te hiciera daño fuera yo! —Geno hacía todo el esfuerzo por poner todo su peso en sus pies para no ceder ante los empujones y arranques de ira de ambos, ya no tenía que sostenelos para que huyeran, ahora tenía que impedir que se aventaran uno sobre otro. 

— ¡Cállate! 

— ¿Quién te hizo eso? —Señaló. — ¿Fue el ebrio de tu papá o tu novio el marihuano? 

— ¡No tienes derecho a ofender a mi familia! 

— ¡Si puedes gritarme a mí así, ¿por qué no puedes decirles a ellos algo?! — La puerta detrás de Ink se abrió y su padre salió con una cara de amargura. 

— ¡Cómo chingan! ¡A ver, ¿por qué no se van a hacer escandalo a otro lado?! —Gritó. Geno se alejó de Ink retrocediendo hacia su hermano quedando frente a él. El tipo los miró a cada uno por unos segundos antes de decir algo—: Andale, ¿y esto? 

—Nada. —Se apresuró a decir Ink. —Ya les dije que se fueran. —Dio la vuelta y se metió a la casa sin dudar un segundo. El hombre se quedó un poco más en la puerta mirando a ambos hermanos, pero solo reconocía a uno al cual señaló sin vergüenza alguna

—Aguas, pinche Chino. —Sonrió. —Ya te andan buscando, cabrón. — Error bien pudo haberle metido un puñetazo bien merecido, pero Geno estaba confundido lo cual lo llevaba a tener ese extraño presentimiento. Tomó a Error de un extremo de la camisa y lo hizo caminar detrás de él muy rápido. 

Cuando sintió que estaban fuera de peligro se detuvo y dio la vuelta. Tenía la palabra sorpresa tallada en toda la cara, solo podía mirar a Error con la boca medio abierta. Error tenía la cabeza abajo, la vista clavada en el suelo, su expresión era depresiva y completamente desanimada. 

Parecía arrepentido. 

—Oye...¿qué fue eso? —Preguntó gentilmente y posteriormente la respiración del moreno se descontroló al tiempo que se cubría los ojos para evitar mostrar que estaba a punto de llorar. 

—Encontré a Ink en el Walmart...hace como dos meses...— Dijo con una voz quebradiza y aguda. —Me dijo que tenía un novio y hablamos un rato, dijo que tenía problemas y le di unos consejos, pensé que era algo mínimo, luego me lo encontré al día siguiente...Y...ya viste como se veía hoy...—Las palabras se le cruzaron con el llanto creando un triste chillido. — ¡Pues yo lo he visto peor...! —Sollozó. Lloró tan fuerte que hasta Geno se paralizó. — ¡Cada día se veía peor! ¡Tenía mi número, iba a verlo a su trabajo, le llevaba comida, lo ayudé con sus tareas...! ¡Lo traté bien! ¡Yo sí lo he tratado bien y aún así está con ese loco...un día lo va a matar y-y...e-es que...! ¡Ya no sé que hacer! 

—...— Geno trató de que su cerebro lo comprendiera rápidamente para poder apoyar al menor. —Error, ¿sabes en dónde te estas metiendo? —El otro se encogió de hombros. —El mundo del abuso es un circulo vicioso, Ink ya está ahí dentro, no dejes que te arrastre con él. —Error negó con la cabeza inconforme con sus palabras, Geno le quitó las manos de la cara e hizo que lo mirara. —Error te estas desgastando emocionalmente por problemas que no son tuyos, no tenemos problemas en casa, ¿por qué irías a buscarlos allá afuera? ¿Para sentirte así todo el tiempo? ¿Para qué no valoren tus esfuerzos? 

—E-Está asustado...

—Está ciego, Error. No puedes hacer a un ciego ver. Yo sé que lo haces de buena fe, pero no es sano para ti. Te pones en riesgo tú y lo pones en riesgo a él. No tienes por qué ser el salvador de nadie y si es porque lo conociste en algún momento y te sientes culpable por algo, no sé que-

M-Me gusta. —Lloró. 

— ¡..!  Geno parpadeó, las palabras se le habían quedado atoradas en la boca. — ¿Cómo...?

—Me gusta...desde la secundaria...

—No...No sabía...—Tocó las mejillas del chico secando las lágrimas. — ¿Por qué no me lo dijiste antes? — Error se encogió de hombros sosteniendo las manos de su hermano y acercándose en búsqueda de más seguridad. 

—Cuando se graduaron ya no lo volví a ver y...no volvió a gustarme ningún otro chico, pensé que solo había tenido una etapa de confusión. Ni siquiera nos llevábamos bien...Él me odiaba...pero a mí me gustaba. 

—Y...¿ahora no te sientes confundido? —Error se dejó caer sobre los hombros de Geno, abrazándose a él tan fuerte como un niño y le lloró al oído. 

—Q-Quiero gustarle...¡Lo trato bien, le hablo bien, soy amable...¿por qué puede tenerlo ese loco y yo no?!  N-No sabe que puede recibir flores sin tener que soportar una paliza un día antes. —Geno lo abrazó, parecía que la preocupación y el pesar eran contagiosas, no soportaba tener el cuerpo de su hermano temblando sobre él. —Yo...jamás le levantaría la mano...¿por qué le harías eso a la persona que amas? No entiendo...¡M-Me molesta...! 

—...

Yo te trataría mejor || ErrorInkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora