— ¡No se alejen mucho! — Su voz alcanzó al par de adolescentes que corrían descalzos por la arena, inmediatamente se detuvieron solo para girar y confirmar con una seña que sí alcanzaron a escucharlo. Error sacudió la cabeza riendo en el proceso, se inclinó sobre la arena y escarbó para poder sacar el caracol vacío que llevó a su bolsillo.
El pueblo era tranquilo, pero él venía de una ciudad grande, no podía deshacerse de la paranoia tan fácilmente por lo que levantaba la vista para confirmar que ambos adolescente no hubieran desaparecido. Y, en efecto, no estaban muy lejos trepando unas piedras que formaban un camino hacia el interior del mar. Ambos eran expertos en esta playa, toda su vida la pasaron ahí, aprovechando cada momento para escapar de sus deberes y adentrarse al mar.
Su sobrino ya no era un niño, los años se le habían ido volando y hace solo unos meses asistió a su cumpleaños número 14. Goth era un encanto, llevaba siempre un aire tranquilo y pacifista, era ligeramente tímido, pero en confianza reía hasta que el estómago le doliera; no le sorprendía que por eso mismo atrajera a alguien con los mismos aires, Palette.
Palette tenía un corazón muy puro, era amable, gentil y dócil, pero con mucha más energía. Error le tenía mucha fe a ese balance entre introvertido y extrovertido. Por sus personalidades dóciles no solían tener muchos desacuerdos y si los tenían se resolvían fácilmente. Eran como uña y mugre.
Hubo un punto en el que la influencia de Error en la vida de Goth se volvió igual a la de un padre, el título de tío ya solo era un formalismo tradicional. Geno estaba presente, pero solo en cuerpo así que Error se había encargado de cubrir el resto, desde la crianza y educación.
No era un experto, su infancia fue relativamente solitaria y tenía varias cosas bloqueadas, pero leyó tantos libros como pudo sobre crianza, además tenía el apoyo de otras madres de familia que conocía, de alguna manera las mujeres se volvían locas cuando conocían a un padre soltero y no paraban de brindarle su apoyo dando consejos a montones. Aunque, Goth no era su hijo, solo llevaba su sangre, sin embargo, a veces prefería ahorrarse las explicaciones largas y dejaba que las personas asumieran lo que quisieran, en algún momento se enterarían.
Hacia mucho que había dejado de insistir a Geno para que se integrara más a la vida de Goth, pero nunca logró nada, la relación entre padre e hijo era bastante floja, Geno solo hacía acto de presencia por obligación, pero tampoco era como si Goth lo buscara por atención. Le sorprendía lo fácil que se desprendieron uno del otro llegando a desconocerse por completo, como si fueran solo compañeros de casa o algo parecido, ninguno le prestaba mucha atención al otro y Error ya no podía hacer mucho por ellos.
Goth ya había redirigido esa figura paterna hacia Error y sería difícil de corregirlo si era este mismo quien se hacía cargo de alimentarlo, cuidarlo, asistir a sus eventos escolares y llevarlo a pasear durante las vacaciones. El chico sabía perfectamente con quien compartir sus sentimientos, preocupaciones, sus terrores nocturnos y gustos, Error lo tomaba todo muy enserio y sabía como responder; por otro lado, Fresh no estaba para escuchar sus problemas ni nada de eso, él era el tío buena onda con el que compartía travesuras, recibía dinero, dulces y era malcriado hasta más no poder, era difícil compartir con él un tema serio sin perder el hilo de la conversación por su falta de concentración y seriedad.
Error a veces se sentía como una señora de verdad. Lavaba el uniforme con casos de asesinos seriales de fondo y enviaba stickers de Buenos días, bendiciones a todos al grupo de mamás de la escuela.
En fin, ser papá sustituto era divertido, pero no lo volvería a repetir.
Nuevamente se giró a buscarlos con la mirada, pero no los encontró en las piedras, se habían adentrado al mar. El agua les llegaba hasta las rodillas mientras se inclinaban hacia la superficie señalando algún punto en el fondo, no le sorprendería si alguno se aventurara al fondo para alcanzar lo que sea que estuvieran viendo. A pesar del frío lo hacían ver como si nada.
Error no soportaba la helada agua en sus pies por eso se limitó a recoger conchas en la arena.
El invierno siempre le traía varios recuerdos que le dejaban un sabor amargo en la boca, esos días en la ciudad cuando todavía estaba en la universidad, las llamadas nocturnas, las salidas casuales y las conversaciones que surgían naturalmente. La sensación de mariposas en su estómago su extinguieron hace mucho tiempo, solo le quedó la nostalgia.
A veces recordaba y sentía pena, pero otras veces se sentía igual a recordar haberse caído de la patineta alguna vez. Le dolió, pero se divirtió bastante. No le molestaba hablar de ello, no tenía problemas cuando alguien traba de indagar en el asunto, no cargaba con ninguna culpa, tampoco se sentía triste. Al menos ya no.
Para este entonces solo le queda la nostalgia y las risas.
Ink le dejó una gran cicatriz, pero no de por vida. Mentiría si dijera que no quedó impactado cuando la policía vino a buscarlo a su casa haciéndole varias preguntas sobre su relación Ink, respondió a todas con tranquilidad y cuándo fue su hora de preguntar la razón de tal interrogatorio el corazón se le partió en pedazos al escuchar que Ink murió.
El caso se cerró bastante rápido pues no había un crimen como tal, no había mucho que investigar si la victima había decidido terminar con su propia vida.
A Error se le partió el alma y sus ojos lo traicionaron derramando lágrimas hasta cansarse. Los días siguientes solo se sentía derrumbado y señalado, de alguna manera sentía que lo estaban culpado.
Por mucho tiempo se sintió culpable, tenía entendido que la última persona con la que Ink discutió fue con él e intentó contactarlo varias veces durante los días siguientes y Error no hizo más que ignorarlo y cambiar de dirección para evitar que lo encontrara.
Pensaba mucho en que si hubiera aceptado hablar con él estaría con vida, pero lo cierto era que Ink llevaba arrastrando tantos problemas y todos ellos lo habían alcanzado de alguna forma. Le llevó mucho tiempo darse cuenta de las cosas, casi dos años de terapia y apenas pudo aceptar que no había hecho nada malo, no metió las pastillas en la boca de Ink a la fuerza.
Él solo era un daño colateral.
Si lo pensaba bien las cosas estaban mal, desde el principio estuvieron mal y si uno de ellos tenía que salvarse, Error agradecía mucho haberlo dejado antes de que los hundiera a ambos. Si se quedaba más tiempo probablemente no habría podido manejar todos los problemas y sería arrastrado al mismo agujero, sentía que las cosas entre Ink y Nightmare eran mucho más profundas que solo un novio golpeador, no tenía pruebas, pero siempre lo tuvo en mente.
Estaba aliviado de que todo terminara.
Ink era joven, desgraciadamente perdió muchos años, esperaba que en el otro mundo pudiera recuperarlos y disfrutarlos tanta como quería.
Si hubiera otro mundo en el que los dos se conocían esperaba que fuera ahí donde pudiera hacerle compañía, pero en este solo le quedaba recordar y sonreír.
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Yo te trataría mejor || ErrorInk
Fanfiction❝Te apuesto a que soy diez veces mejor que él.❞ Ink vivió su vida de secundaria atormentando a un pequeño chico asiático, hermano de uno de sus compañeros de clase, Error. El cual era un año menor y era bastante débil físicamente. Pero el día de su...