Ink llegó a su casa casi siendo las once, estaba cansado y no podía más con sus propios pies. Nightmare no le había avisado que no pasaría a recogerlo, por eso se había confiado en quedarse más tarde a contar el dinero tranquilamente. Cuando salió, todavía esperó un rato más, pero al final su novio no apareció.
Ya era tarde, no había más peseros que tomar y tuvo que caminar hasta su casa. Lo cual no era una distancia muy corta.
Y para acabarla, había pasado el descanso solo. Error tampoco fue a verlo.
Sacó las llaves de su bolsillo deteniéndose frente a la puerta, sin embargo, todo su cuerpo se paralizó completamente al escuchar que de adentro provenían risas y dos voces conocidas. Abrió la puerta con algo de temor escuchando la charla más intensa conforme se acercaba a la sala.
Solo la luz de la cocina estaba encendida, además de la televisión, todo lo demás estaba sumido en completa oscuridad. Su padre estaba sentado en su poltrona con un botella en la mano y maldiciendo al arbitro. En el sillón de al lado estaba a quién menos esperaba.
Nightmare.
Ink se quedó de pie, mirándolos a ambos con algo de inquietud. Nightmare fue el primero en notar su presencia, se giró a verlo con ese par de esmeraldas brillosas e instantáneamente sus lamios se curvearon lentamente hasta mostrar sus blancos dientes en una sonrisa perfecta y atractiva.
Apagó el cigarrillo en el cenicero y dejó la botella en el piso para ponerse de pie.
—Ink. —Saludó con un tono coqueto abriendo los brazos y acercándose despacio. Ink apretó las llaves fuertemente detrás de su espalda mientras el más alto lo tomaba de la cintura. —Perdón, se me pasó la hora, me quedé platicando con tu papá.
—A-Ah...Está bien. —Podía oler el alcohol mezclada con la colonia del chico. —Voy a...dejar mis cosas. —Murmuró en un intento por desaparecerse de ahí. Esperó impaciente el permiso de Nightmare, el cual tardó unos segundos en decidir antes de soltarlo y dejarlo ir.
Ink, literalmente, escapó hacia el segundo piso, pero antes de poner un pie en las escaleras Nightmare volvió a llamarlo.
—Ink. —El pequeño se giró.
—Mande...— Susurró tembloroso al ver la sonrisa tan agresiva en su rostro. Nightmare estiró la mano y con una voz fría, dijo
—: Dejame tu teléfono aquí.
—...— Ink ni siquiera lo pensó y se lo entregó.
—No te tardes.
No tenía idea de qué estaba pasando, pero había hecho algo. Algo había dicho, algo se le había olvidado, ¡no podía recordarlo, pero algo tenía que haber hecho para hacer enfadar a Nightmare de esa manera!
Ya estaba empezando a temblar, pero solo tenía que aclarar su error (¡del cual ni siquiera estaba enterado!) para evitar que algo peor pasara.
Dejó la mochila y se quitó el chaleco. — ¡Ink! — Gritó Nightmare abajo, así que se dio prisa y corrió devuelta a la sala. Esta vez su padre estaba viendo mientras tomaba su cuarta o quinta cerveza desde que el ojiverde llegó.
—...Mande. —Nightmare se relamía los labios, pero no con lujuria sino con enfado.
—Es que hace rato que vine me estaba diciendo tu papá que vino alguien a buscarte en la tarde. —Ink parpadeó boquiabierto, miró a su padre y regreso a ver a Nightmare.
—Yo estaba-
—No he terminado. —Espetó ferozmente e Ink solo bajo la cabeza. —Dijo que fue muy insistente con eso de querer hablar contigo y que decía que hasta eran amigos. —Soltó una risa aislada e irónica. —Ahora resulta que tienes algunos amiguitos por ahí los cuales no conozco. —Ink agitó la cabeza de lado a lado.
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Yo te trataría mejor || ErrorInk
Fanfiction❝Te apuesto a que soy diez veces mejor que él.❞ Ink vivió su vida de secundaria atormentando a un pequeño chico asiático, hermano de uno de sus compañeros de clase, Error. El cual era un año menor y era bastante débil físicamente. Pero el día de su...