Yo te trataría mejor || ErrorInk

32. ❝Ignorancia❞

Fresh entró primero, pero se frenó a mitad del camino cuando Error preguntó—: ¿Puedes barrer? — Se giró con una expresión de asco, Error ya lo presentía así que no le dio oportunidad de hablar. —Yo voy a cocinar, voy a poner la mesa y lavar los platos; a ti te toca barrer y trapear. — El más joven le sostuvo la mirada en un completo desafío, no estaba dispuesto a hacer nada de lo que le ordenara. No tenía ningún poder sobre él. —Geno sale a las 3, si llega y no haz terminado de hacer eso-

— ¡Ya escuché! — Gritó, subiendo los escalones a tropezones agresivos. Estaba enojado y quería que su hermano lo supiera sí o sí.

Error se quedó pensando ponía tablas y cuchillos sobre la barra, había olvidado decirle por favor. No tendía a decírselo, siempre le ordenaba hacer las cosas, pero ahora que estaba intentado cambiar esa relación tan fracturada no podía simplemente ordenarle hacer algo y a parte amenazarlo con el nombre de Geno.

¿Debería subir a disculparse?

—...— Tenía los ojos clavados en las escaleras para cuando Fresh decidiera bajar a buscar la escoba, solo pensar en disculparse lo ponía tan nervioso que le sudaban las manos. 

Al final no lo hizo y eso le costó la limpieza. 

Estaba casi a punto de terminar de cocinar y se percató de que en ningún momento vio a Fresh pasar por el comedor con la escoba, de hecho, en ningún momento lo escuchó bajar. Soltó todo lo que tenía en manos y subió hasta la habitación de Fresh. 

El chico se había tomado la libertad de encender el Xbox y arroparse para jugar en línea con sus amigos. Error apretó dientes y puños, estaba dudando sobre qué hacer, pero eligió ser pacifico (a su manera).

Apagó el Xbox sin previo avisó. 

— ¡Hey! ¡No mames! — Fresh saltó de la cama quitándose los audífonos y arrojándolos junto con el control a la cama. — ¡¿Qué te pasa?! 

—Hace rato te pedí que barrieras.

— ¡Y te dije que sí lo iba a hacer, pendejo! 

— ¿Y a qué horas, pues?

— ¡Al rato! — Bajó de la cama yendo directo a encender la consola de nuevo, sin embargo, Error volvió a apagarla. — ¡Mmmta, como chingas, a la verga! 

—Ponte a barrer. 

—No. 

—Fresh, Geno ya salió y te apuesto que ya viene. 

— ¿Y qué? — Error se echó el cabello hacia atrás, estaba empezando a inquietarse, Fresh lo ponía cada vez más furioso. 

—Fresh, por favor, ¿puedes ir a hacer lo que te pedí?

— ¿Y cómo por qué, a ver? 

—Porque te lo encargué. 

—Aaah, porque tú me lo pediste. 

—Sí. 

—Aaah, no, sí. Como eres el dueño de la casa y yo soy el perro te tengo que hacer caso, ¡no mames! ¡Perro tu novio que traía como tres batos pegados como garrapatas! 

— ¡Eso no tiene nada que ver, ni al caso, solo ponte a barrer, chingada madre! — Gritó. — ¡Nada haces en esta puta casa! ¡Nada más andas valiendo verga! 

— ¡¿Y qué tiene?! — Error se pasó las manos por la cara liberando su frustración en un suspiro agresivo. 

—Fresh, por Dios, nada más quieres que Geno te ande resolviendo la vida. 

— ¡Wey, yo no se lo pedí, es él el que la hace de tonto! ¡Solito viene!

—Ah, y ni las gracias le has de dar, ¿no?

Fresh rio. — ¿Y como por qué o qué? 

—Porque no es tu maldita criada. — Espetó. 

— ¡Ay sí, ay sí~! Como si a ti no te resolviera nada. A mi me vale verga si Geno está o no está, en nada me afecta. ¡Ustedes dos me tienen hasta la madre, ya! 

— ¡Pero si tú ni haces nada! ¡No se te puede pedir nada porque no lo haces, pero cuando tú pides algo y no lo hacemos empiezas a hacer tus berrinches! 

— ¡Como chingas! — Fresh saltó de la cama para confrontar al mayor. — ¡Tú siempre me andas diciendo que no sirvo y que todo lo que hago, lo hago mal, pero ahora si quieres que haga cosas! ¡No mames, quién te entiende pues! 

— ¡Mira, solo ve y barre la puta sala! 

—No. — Se cruzó de brazos. —Y haber como le haces para tener la casita toda limpiesita para Geno porque a mí me vale verga. — Error pestañeó, estaba harto. 

Tomó a Fresh del brazo y lo arrastró fuera de la habitación, Fresh daba patadas y gritos, uno de sus peños se estampó en el mentón de Error haciendo que se mordiera la lengua. Eso no le gustó y lo aventó al piso. — ¡Como me cagas!

— ¡A mi me cagas más! 

— ¡Hey! — Gritó Geno desde las escaleras, acababa de llegar, estaba agitado luego de subir las escaleras dando saltos tras escuchar los gritos desde la entrada. — ¡¿Y ahora que chingados están haciendo?! — Corrió hacia ellos. 

— ¡Este pendejo! — Señaló Fresh. — ¡Anda todo ardido porque lo dejó su novio! 

— ¡Bueno, ya basta con eso, ¿no?! — Respondió Error. 

— ¡Ya! — Geno se entrometió cuando vio a Error con todas las intenciones de moles a golpes al joven. — ¡Ya basta! ¡Me tienen harto! ¡Siempre con lo mismo, estoy hasta la madre! ¡No hay un solo día en el que no estén gritoneando! 

—Tú también gritas. —Murmuró Fresh indiferente. 

—...— Geno se calló. —No puedo...No puedo, es suficiente...—Dejó caer la mochila al suelo y regresó por dónde vino. Error pestañeó confundido hasta que escuchó el sonido de la puerta al abrirse y luego cerrarse. 

—Ojalá no fueran mis hermanos. — Escuchó a Fresh antes de que azotara la puerta. 

Error se quedó ahí, en medio del pasillo en un silencio ensordecedor. Había quedado aturdido, la vida se le estaba cayendo a pedazos.