love & game | shinkami

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Hacerse preguntas es bueno. A fin de cuentas, ¿cómo hubieran avanzado los propios seres humanos a lo largo de los siglos si no hubieran saciado su curiosidad?

A Kaminari, en cambio, sus preguntas le están consumiendo desde dentro. Siente su cabeza trabajar día y noche, llena de incógnitas a las que no encuentra solución e incluso lagunas que no le permiten entender muchas cosas. Hacerse preguntas es bueno, pero solo si sabes no ahogarte en ellas cuando no encuentras las respuestas que deseabas.

La música está tan alta que siente su propio estómago retumbar y tiene que llevarse su vaso a los labios para hacer algo. El mensaje que le ha dejado tan descolocado sigue en la pantalla de su móvil, como un recordatorio de que tiene que responder lo antes posible.

El resto de personas siguen bailando a su alrededor, ajenas al problema que se le ha venido encima y que le ha obligado a sentarse en uno de sus sillones del local que ha encontrado libre de milagro. Se suponía que iba a salir de fiesta con sus amigos para relajarse, no para eso.

Mina, que sale de entre la gente con su propio vaso en mano, se sienta a su lado y le sonríe. Cuando ve que él no le devuelve el gesto, le mira con curiosidad. Sero y Kirishima deberían seguir en la pista.

-¿En qué piensas? -le pregunta, consiguiendo que Kaminari le enseñe la pantalla de su móvil para que lea. Una vez que lo hace, su amiga frunce el ceño y le mira de nuevo. -¿Vas a ir?

Kaminari muerde el interior de su mejilla, sin soltar una respuesta demasiado precipitada.

Los senpais planeaban una pequeña reunión para recordar viejos tiempos, charlar y beber. Y, como es obvio, le habían invitado a él también como nuevo capitán del equipo. Kaminari suponía que querían asegurarse de que estuviera haciendo las cosas bien. Creer eso era mejor que pensar que solo querían reírse de él un rato.

-Debería, ¿no crees? -responde, sonando de todo menos seguro de lo que dice.

-Hacer lo que debes no es siempre la opción acertada.

-No, pero me ayudará a saber.

-¿Saber el qué?

-Cosas -se encoge de hombros. -El año pasado estuve muy ausente...

Mina levanta una mano para decirle que deje de hablar. Por primera vez en mucho tiempo, Kaminari no quiere mirarle a la cara porque de sobra qué expresión está poniendo cuando le dice:

-Kaminari, el año pasado tu madre se estaba muriendo -le dice, su voz sonando muy seria por encima de los gritos y la música. -No estabas ausente, estabas priorizando a tu familia.

De repente, sus manos parecen ser la cosa más interesante del mundo. Kaminari las mira, ambas sobre su regazo y deja que sus pensamientos le consuman unos segundos, lo suficiente para que piense una respuesta que no continúe por el rumbo que parecía tomar esa conversación.

-Todos me hablan de lo horribles que eran y... no sé -de fondo, la gente empieza a saltar. La canción ha cambiado y ahora retumba por todo el local una canción famosa de la que él ni sabe la letra. -Yo los admiraba. Me trataban bien y me cuidaban, ¿cómo he podido vivir en una realidad tan diferente?

Se siente horrible por estar haciéndole eso a Mina cuando ambos deberían estar pasándoselo en grande junto al resto, pero era ella la que se había acercado a él preocupada. Y aunque la mayoría de las veces Kaminari se refugiara en sí mismo, creía que ese era un buen momento para hacerle ver a la chica que confiaba en ella igual que en el resto.

Mina apoya una mano en su pierna, apretando con cariño. No opinaría sobre su decisión, así que cuando le dice que está bien ir si cree que es lo correcto, Kaminari solo tiene que tomar una bocanada de aire para asegurarse de que sigue respirando.