4

239 44 25
                                    

⚽⚽⚽

Shinso hunde su rostro en el cojín, suspirando pesadamente. A su lado, su gato ronronea cariñosamente contra su pierna, exigiendo atención. 

Es viernes y acaban de dar exactamente las doce de la noche. Sabe que todo su instituto está en esa estúpida fiesta. Incluido él.

No es como si Shinso tuviese algo que demostrarle a ese incompetente, pero no puede dejar de preguntarse qué ocurriría o cómo reaccionaría Kaminari si le viera entrar en la fiesta. Seguramente se dirigiría a él de inmediato, dispuesto a sacarle de sus casillas. Y, seguramente, Shinso caería en sus provocaciones y le rompería la nariz al fin.

No es que le gustase empezar peleas, ni mucho menos. Pero tenía que admitir que desde que descubrió que era una forma bastante efectiva con la que conseguir que nadie se ría de ti, se ha vuelto su respuesta favorita para casi todo. Ya le rompió la nariz al antiguo capitán del club de fútbol, otro más no sería gran cosa.

Molesto a más no poder, se tumba boca arriba.

El no era así, antes. Antes, si se molestaba, no explotaba como ahora. Antes, si alguien se reía, pues él solo bajaba la cabeza. De hecho, es probable que una de las razones por las que aún Kaminari conserve todos sus dientes es porque algo en Shinso le dice que, muy en el fondo, sus provocaciones no son para tanto y que solo es él el que reacciona de manera desproporcionada.

Pero, ¿cómo no hacerlo cuando le tiene a centímetros de su rostro soltando cosas tan fuera de lugar?

—"Depende de cómo intenten callarme"... —repite en voz alta, apretando los puños y dando un fuerte golpe a su colchón. —Yo sí que te voy a hacer callar haciéndote tragar mi puño, imbécil.

El gato, que se había recostado a su lado pero que ha dado un brinco asustado a causa del golpe, se recuesta ahora sobre su pecho, ronroneando. Shinso le pide disculpas por el golpe y le da un beso en su la cabeza, acariciando con cariño detrás de su oreja mientras que con su mano libre saca su móvil de su bolsillo.

No suele usar mucho sus redes sociales, pero cuando entra en Instagram descubre una sorpresa que no esperaría ni en un millón de años.

En un instante y haciendo al gato saltar por los aires, Shinso se reincorpora para quedar sentado, leyendo una y otra vez la solicitud de seguimiento que le acaba de llegar. Cree que hasta su corazón ha dejado de latir.

—¿Este tío no se cansa de hacer el ridículo? —murmura, mordiendo sus uñas— ¿Hasta estando de fiesta me va a molest...

"Hey"

La notificación del mensaje le pilla aún más desprevenido.

Shinso se queda helado, esperando algo más. Se negaba a responder a eso, mucho menos a aceptar su solicitud de seguimiento. Pero, oye, si había posibilidades de que le estuviera escribiendo borracho, él realmente tenía ganas de saber qué cojones pensaba decirle. Después ya se pensaría si bloquearle o no.

"En serio quiero de vuelta mi ropa"

Bien. Sin duda, no era eso lo que esperaba. En su defensa, ni siquiera pensaba ya que Kaminari se acordase de su ropa robada. Lo peor es que él ni siquiera sabía qué habían hecho las chicas con ella.

Y, mientras pensamientos sobre lo raro que es ese chico se van sucediendo en su cabeza, nuevos mensajes continúan haciéndose presencia en la pantalla de su móvil.

"Le tenía aprecio a esos calzoncillos :("

Ese consigue hacerle reír, pero nunca lo admitiría.

love & game | shinkamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora