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—¿Dónde está tu espíritu navideño?
Bakugou gruñe en respuesta y pisotea esa postal navideña que le ha regalado un extra en la entrada. El resto del equipo va detrás de él. Acaban de volver de un entrenamiento y están cruzando la entrada del instituto a paso lento porque ninguno quiere volver adentro.
Correr con esa nevada ha sido una tortura; les arde la garganta y la piel de sus labios está agrietada, pero no les quedaba otra. No podían correr mucho en el gimnasio y entrenar al aire libre les ayudaba a despejarse. Además, habían conseguido permiso del propio director y no lo iban a desaprovechar.
Debe ser casi la hora del almuerzo, se fija Kaminari, porque hay demasiados alumnos a las afueras perdiendo tiempo en los patios.
—Bakugou es de los que dejan la chimenea encendida para que Santa Claus se queme el culo —dice Tsuburaba, haciendo que el resto se ría.
El nombrado tiene que morder su lengua para no soltar lo que se le pasa por la cabeza y que estaba a punto de arruinar la infancia de los pequeños que pasaban por su lado.
—¿Veis? No lo ha negado?
Kaminari niega con la cabeza y mira a su alrededor, sabiendo de sobra que está pasando algo por alto. No ha dormido una mierda por culpa de Shinso y esa indirecta de la noche anterior, pero, sobre todo, pensando en el siguiente partido que se les viene encima.
¿Estaría esperando el capitán de las animadoras una respuesta suya?
¿Qué jugadas podrían usar?
¿Y si esa publicación no iba por él?
¿Por qué Bakugou y Midoriya le estaban evitando desde que se anunciaron los partidos?
¿Debería inten-
El sonido de un silbato los hace dar un salto colectivo. Kaminari, que ya recordaba al fin lo que había olvidado, guía al equipo hacia la parte trasera del instituto, donde las personas que antes paseaban despreocupadas empiezan a aglomerarse.
"Se me olvidó decirles que hoy había competición de bolas de nieve", piensa para sí, notando las miradas de casi todo el instituto sobre sus espaldas porque todos estaban deseando un buen show. Incluso el club de natación le da una palmadita en la espalda cuando pasa por delante de ellos, como diciendo "van a ir todos a por ti, buena suerte".
Iida Tenya es el árbitro (o algo así) y está vociferando las reglas con la ayuda de Momo (que intenta con todas sus fuerzas, según percibe Kaminari, no mirar hacia los chicos del club de fútbol para evitar una escenita más de Awase).
—Y bien, eso es todo. Pierde el equipo que sea golpeado más veces. QUEDA PROHIBIDO LANZAR CUALQUIER OTRA COSA QUE NO SEA BOLAS DE NIEVE. BAKUGOU, LO DIGO POR TI, SUELTA ESA ROCA AHORA MISMO.
El nombrado chasquea la lengua y tira la piedra al suelo (¿cuándo la había cogido?) a la vez que, a su alrededor, el resto de participantes empiezan a dispersarse por los amplios jardines blancos a la espera de que empiece el juego.
Kaminari ve perfectamente la sonrisilla de Bakugou cuando se agacha para hacer su primera bola de nieve, pero que se ensancha cuando se gira hacia...
—Ven aquí, Tsuburaba.
El nombrado da un respingo y levanta las manos, retrocediendo todo lo posible.
Queda menos de un minuto para que el show empiece.
—He...hey, se supone que tenemos que atacar a los...
—Esto te lo has buscado tú solito.
Para cuando el silbato vuelve a sonar, esos dos ya han desaparecido de su vista. Kaminari se agacha cuando una decena de bolas de nieve se dirigen a su cara y se escabulle como puede hacia los fuertes improvisados (que no son nada más que montañas de nieve). Allí, escondido a duras penas, se asoma para estudiar el panorama.
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love & game | shinkami
Fanfiction⚽⚽⚽ Sobrevivir al último año de instituto debería ser sencillo y convertirse en el capitán del club más popular de UA solo pondría las cosas más fáciles. O al menos así lo creía Kaminari. Claro... ¿quién le diría que las animadoras se la tenían jura...