love & game | shinkami

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Cuando pone el pie fuera del despacho, el peso de la culpa le obliga a apoyarse en la pared del pasillo. Es tarde y no queda nadie rondando por el instituto, por lo que el camino a los vestuarios se siente como un sueño.

Le han gritado mucho y ha tenido que rellenar demasiados papeles.

"Una vergüenza para mí y para vosotros. No puedo creer que hayas permitido que algo así ocurra. ¿Cómo nos deja eso como institución? ¿Cómo te deja a ti como capitán? Da gracias de que solo es Kirishima el que será expulsado unas semanas, porque en otros sitios tú hubieras cargado con todas las responsabilidades. Y podéis olvidaros por completo del campeonato, quedáis descalificados desde el comité. Ay, dios mío, ¿en qué pensábais? Kaminari, ¿es que no piensas en tu madre? ¿cómo se hubiera tomado la noticia de que te has visto envuelto en nada más y nada menos que una absurda pelea?"

Kaminari se había mordido la lengua y sollozaba en silencio, rellenando los informes que los dejaban fuera del campeonato. Todo el mundo lo había visto y no tenía sentido intentar defenderse: Kirishima había saltado sobre el capitán del equipo contrario iniciando una pelea y Bakugou y Todoroki no habían tardado mucho en unirse para defenderle. La cosa es que solo ellos sabían la causa del enfrentamiento. Pero, ¿quién les creería a esas alturas?

Las redes echaban humo con la noticia y el director estaba muy decepcionado. Por ello, cuando Kaminari entra a los vestuarios simplemente se sienta en uno de los sitios libres con una toalla sobre su cabeza que tape su patética cara. Los chicos le han seguido con la mirada, pero rápidamente habían seguido con lo que hacían antes de que entrase: mirar a Bakugou.

—Deku y yo estábamos juntos en la secundaria. Esos imbéciles solo querían tocar las narices.

—No... no pensé que me usarían para jodernos —explica Midoriya, frotando sus ojos rojos y con la vista clavada en el suelo, sintiéndose demasiado culpable como para mirarlos siquiera. —Lo siento mucho, no debí haberme unido al equipo.

Nadie menciona nada. Kaminari ni les mira. Todoroki está muy callado (tiene un ojo morado y el labio roto) y Kirishima ni siquiera está presente porque ha sido expulsado. Por primera vez, el resto de miembros toman las riendas de la situación y acunan a su compañero.

—Son unos cabrones. ¿Qué clase de putos psicópatas vienen hasta el instituto de su antiguo compañero solo para buscar pelea?

Awase asiente ante las palabras de Tsuburaba y no duda en levantarse junt a Tetsutetsu para pasarle una mano sobre los hombros a Midoriya.

—No es tu culpa, tonto.

Sato también se ha levantado, pero para ofrecerle unas galletitas que Midoriya acepta y empieza a comer entre lágrimas. Hasta Bakugou alcanza una y se la come disimuladamente (le encantaban los dulces que preparaba Sato).

—No tienes que disculparte con nosotros, Midoriya —añade Ojiro, uniéndose al pequeño abrazo grupal que poco a poco el resto de chicos han ido iniciando. —Si a mí lo que más me jode es no haber podido estar allí para romperles los dientes.

No es un buen momento y Kaminari lo sabe. Necesitan apoyarle. Sin embargo, está tan frustrado y enfadado que solo quiere hacerles ver la gravedad del asunto.

—Sobre eso —empieza a decirles, su voz sonando más áspera de lo que debería. —Hemos sido descalificados y Kirishima no volverá al club hasta después de las vacaciones.

—¿Qué?

—Wow wow wow, echa el freno.

—Hey, capi, ¿estás bromeando?