La madre de Ledger y yo estamos en uno de los salones vacíos a un costado de la iglesia. Imagino que han de dar clases o charlas aquí.
Estoy nerviosa.
Melissa ha ido a comprarme un refresco porque sabe que no he comido nada en todo el día. No se ha despegado de mí. Iryna y ella se han encargado de ajustar los últimos detalles y Leah me ha retocado el maquillaje hace sólo unos minutos. Se siente bien no estar sola este día, sin importar lo mucho que me hubiera gustado que mi madre estuviera aquí.
Mi vestido es sencillo. Unos tirantes finos, tan delgados que temo que puedan romperse. El escote es recto, aunque con un tipo de cruce que lo hace ver un poco más bonito. Y cada que doy un paso, mi pierna derecha sale a la luz. Me hubiera gustado usar un vestido de princesa. De esos exagerados con velo largo y cancán, pero no quiero que está mentira nos salga tan cara. O más bien, que le salga cara a Ledger. Me emociona un poco casarme, de otro modo no estaría tan nerviosa, pero tampoco lo suficiente como para haber querido esforzarme en comprar un vestido mejor.
Mi cabello va atado en una coleta baja, cerca de mi nuca y tengo mi flecho y un par de mechones sueltos y ondulados. También una apariencia sencilla. En mi cuello llevo colgando un collar que me regaló Ledger esta mañana. No nos hemos visto desde que se fue a casa de sus padres para estar con Stanley y yo me fui al salón con su madre. Me lo imagino de pie junto al altar, inquieto, de traje y apuesto.
Hablar de la belleza de Ledger me estremece. Antes no me fijaba en esos detalles. En realidad, antes no me fijaba en lo absoluto en él.
-Hay un súper a la vuelta de la esquina y no sabía que comprar. Luego recordé un artículo que leí hace unas semanas que decía que los lácteos y los frutos secos calman los nervios -saca las compras de la bolsa-. Así que compré almendras y un yogurt.
Una sonrisa tira de mis labios.
-Gracias.
-Deja que te ayude, no vaya a ser que te chorrees.
Melissa toma un paño de tela y lo pasa debajo de mi boca, justo donde mis labios y la botella se unen, tratando de prohibir que una gota arruine el blanco de mi vestido. Luego abre el paquete de nueces y me las tiende.
-Te ves tan bonita. Siempre soñé con ver a Ledger casarse con una mujer como tú.
-¿Cómo yo? -pregunto con curiosidad.
Melissa asiente. -Como tú. Sé que nunca lo lastimarías. No soportaría ver a mi hijo pasar por eso de nuevo.
¿Pasar por eso de nuevo?
Al parecer, Melissa lee la expresión en mi rostro porque se sienta en una silla no sin antes tomarme de las manos para que lo haga también.
-Esta no es la primera vez que Ledger se compromete. ¿Él no te lo contó?
Automáticamente me quedo sin qué decir. ¿Debería mentir y decir que sí? ¿O debería decir que no y dejar en evidencia la poca confianza que existe en nuestra relación? Mentir me llevaría a hacer que Melissa no me lo cuente creyendo que yo me sé la historia, y lo cierto es que tengo ahora mucha curiosidad por saber qué fue lo que pasó como para que haya tanta angustia en una madre por su hijo y sus sentimientos.
-La verdad es que no -soy sincera-. Hemos hablado poco de nuestras relaciones pasadas.
Para mi sorpresa, Melissa sonríe.
-Eso es bueno. Significa que se enfocan en su futuro, que no les importa con quien estuvo su yo del pasado -ahora la que sonríe soy yo-. Ledger no nos deja hablar de esto con nadie. Es muy reservado, eso lo sabes -asiento. Eso no es una mentira, sé que Ledger no ventila su vida como cualquier otra persona-. Así que no debe saber que te lo conté.
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Mientras tú me ames
RomanceEn un intento por limpiar su nombre y olvidar el infierno que vivió, Tate decide comenzar de cero. Sin embargo, todo termina derrumbándose cuando los problemas del pasado regresan. [Esto es un borrador, por lo que es posible encontrar faltas en los...