Capítulo 18: Bajona

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Dejar de beber es lo más difícil que ha hecho George, pero sabe que tiene que hacerlo cuando se despierta, tres semanas después de la pelea con Mara, enterrado en botellas de alcohol y con toda la casa apestando. Ella no ha estado allí durante esas semana y George solo la ha visto cuando estaba tan borracho que no distinguía la realidad de sus delirios. Pero sabe que se la ha imaginado porque Mara no iría a verle después de lo que le dijo.

Así que sabe que no ha visto a Fred en el marco de la puerta, diciéndole que le da un diez por su elección aunque le hubiera hecho ilusión que Lee hubiera sido su cuñado. Sabe que no ha visto a Atria bajo el brazo de Fred, sonriendo como si no hubiera perdido la memoria. También sabe que Mara no ha estado en ningún momento con él en la cama, que no la ha besado en tres semanas y que se ha imaginado que su cama seguía oliendo a ella.

Tiene muy claro que se ha pasado, pero no tiene ni idea de como arreglar esto, lo suyo, lo que sea que tengan. Están juntos para que les dejen en paz, ha estado funcionado, pueden seguir así un tiempo más. Quizá acaban saliendo los sentimientos, quizá vuelve a sentirse bien.

No puede utilizarla, también lo sabe, pero a la vez no puede evitarlo. Recuerda las Navidades, cómo se sentía vivo y se pregunta cómo lo ha dejado ir. Llevaba sin sentirse él mismo tanto tiempo que había olvidado cómo era. Pero Mara lo ha hecho todo más llevadero, le ha recordado que aunque Fred ya no esté, sigue quedando gente, por eso abre la puerta cuando llaman. Porque si le llaman puede ser Mara y si es ella se lanzará a sus pies si hace falta para que le perdone.

—Ah, sois vosotros.

La decepción se puede palpar, pero parece que a ninguno de los cuatro les importa. Solo tienen cara de preocupación y puede ver como Harry se está mordiendo las uñas, Ginny quiere matar a alguien, Ron está inquieto y Hermione parece estar pensando.

—¿Qué hacéis aquí? —les acaba preguntando, todavía sin invitarle a entrar y los cuatro le miran.

—¿Sabes qué día es hoy? —pregunta Harry y George se encoge de hombros.

—No, la verdad.

Es probable que ya sea mayo. Ha perdido la noción del tiempo, no ha hecho otra cosa que no sea dormir y beber. Y pensar en lo idiota que ha sido. También ha tenido las alucinaciones, así que distinguir el tiempo ha sido bastante complicado. Dejó de tener un horario normal en la primera semana sin Mara, o al menos lo que él cree que fue una semana. Quizá solo fueron un par de días. No se acuerda de casi nada con detalle así que tampoco se molesta en intentar recordarlo.

—Ha pasado un año, George.

Ron es quien lo dice y Ginny es la primera que se acerca a él para abrazarle. Ve como su hermana arruga la nariz y George suspira. Ha pasado un año desde que Fred murió.

—Va a haber una celebración en el castillo—susurra Ginny y George le devuelve, por fin, el abrazo—. Por los caídos.

—Muertos, puedes decirlo, está muerto.

Se aleja de Ginny y les hace un gesto para que pasen, a pesar de que la casa no está ni mucho menos presentable. Al menos se molesta en abrir las ventanas para que empiece a ventilarse un poco y parece que Hermione lo agradece.

—¿Estás bien, George? —pregunta la chica y él se encoge de hombros.

—No sé si Mara ha roto conmigo.

Los cuatro se miran entre sí, sin saber muy bien que decir. Era lo más fácil, decir eso, no sabe ni porqué lo ha dicho, pero también es lo que parece, que han roto. Y no quiere que hayan roto.

Ron le pasa el brazo por encima de los hombros y también arruga la nariz cuando se acerca a lo que el chico se aleja.

—No hace falta, llevo sin ducharme un mes —les dice y parece que los cuatro les entra demasiada prisa.

[3] De las cenizas [George Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora