Mara odia estar enferma, pero se lo ha ganado. Según Don, claro, porque no es lógico que, a finales de octubre, decida pasar la madrugada sin abrigo junto a un árbol. Solo ha cogido la gripe, pero Don le deja claro que puede ir a peor si lo repite porque no puede pasar horas a dos grados por mucho que haya hecho un hechizo antes. También le menciona que por lo único que se ha salvado es por ese hechizo ejecutado a medias por algo de que si pasas mucho tiempo en esas temperaturas puedes empezar a congelarte o algo así, Mara dejó de escucharle porque estaba más preocupada en cómo le iba a explicar que Wetvalley era parte central de un plan para desatar una nueva guerra.
Por suerte fue George quien se lo explicó, intentando dejar la parte de cómo lo sabían fuera y solo mencionó que habían estado investigando en las casas de los mortífagos que nadie sabía dónde estaban. Si Don se creyó la mentira era cosa suya, pero se puso serio y no tardó en organizar al pueblo entero en la plaza, algo que Mara observó desde la ventana del apartamento de sus padres mientras George preparaba un caldo de verduras para ella.
No merece que haga eso por ella, o quizá sí, la gripe avanza muy rápido como para distinguir muchas de las cosas, sabe que tiene fiebre y le parece buena idea abrir la ventana para oír que dice Don, pero George se la cierra y la obliga a volver al sofá en lugar de estar pendiente de lo que pasa fuera.
—Lo están organizando todo, ¿por qué no descansas? —George coge una de las mantas que hay en el sofá, probablemente de la última vez que estuvieron por allí y se la coloca encima de las piernas, sin llegar a taparla del todo.
—Yo también quiero turnos —murmura y coge la manta para subirla hasta el cuello. Tiene frío, quiere taparse, pero George no la deja.
—Tienes fiebre, Mara, no puedes taparte tanto.
—Pero tengo frío —se queja con una voz tan infantil que George se ríe y ella también se une a esa risa.
—En cinco minutos está el caldo, entrarás en calor cuando lo tomes.
—Pero no quiero que te vayas a por el caldo.
En realidad no quiere que se vaya a ningún lado, pero incluso con la fiebre es capaz de distinguir que no es buena idea decírselo. Antes de la pesadilla de que todo ardía también había soñado con George, le había pedido que no se fuera y él había respondido que nunca.
Ojalá pudiera decírselo y que le respondiera eso de verdad.
—Solo voy a la cocina, vuelvo antes de que te des cuenta.
El beso en la frente antes de irse hace que Mara se hunda en el sofá y, como está sola, puede subir la manta hasta taparse por completo. Tiene frío en todo el cuerpo excepto en la zona de la frente donde George le ha dado ese beso. Esa zona arde y Mara piensa que daría lo que fuera para arder así por todo el cuerpo.
La gripe le dura tres días y, por lo que sabe, George pasa los tres días con ella hasta que se recupera por completo. La fiebre ha sido una completa montaña rusa en la que las pociones han hecho su efecto y luego se ha pasado por completo y volvía a estar delirando en el sofá. Ha debido de ser alguna variante mágica porque nunca ha visto a Jake así, pero ya está completamente recuperada y, con ello, llega el momento de unirse a todo el pueblo.
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[3] De las cenizas [George Weasley]
FanfictionATENCIÓN: Segunda parte de Mors Memoriae. Contiene spoilers del final de Mors Memoriae, aunque podrías leerlo por separado ya que la historia no estará centrada en Atria Potter si que se mencionarán spoilers de la primera parte. *******************...