Rozando el cielo © [Todobaku]

• Capítulo 42 •

—¿Cómo?

—Lo que oíste... Yo... No soy un prodigio... Soy un estudiante de primer año que copia lo que ve y lo hace suyo...

     La mirada de Katsuki solo se fijaba en su ídolo de manera seria y firme pero no es hasta que se fija en la cabellera bicolor detrás del gimnasta profesional cuando regresa a la realidad y luego ve a los alrededores percatándose que todos los integrantes seguían presentes, por lo que tomará sus cosas, se colocará su abrigo, guardará sus manos en sus bolsillos y se iría con pasos rápido.

—Me largo.

—Ah-, ¡Kacchan!

     Llamó su amigo de infancia esperando detenerlo y hablar bien las cosas pero sus pies no avanzaron, todo lo contrario al manager del club que no lo pensó dos veces para ir detrás del rubio ceniza.

—¡Bakugō, espera! —llamó ahora el bicolor al que todos vieron con sorpresa, viendo cómo salió del gimnasio en búsqueda de Katsuki.

     Por su lado, estaba sumamente avergonzado, tener a su ídolo enfrente y haberle dicho algo tan penoso, eso y que todos los gimnastas lo hayan oído, no quería mostrar debilidad pero en aquella ocasión fue inevitable decirle su verdad al gimnasta profesional. Aquella situación de estrés y pena lo hizo caminar más rápido y buscar un lugar en donde ocultarse pero en medio de su búsqueda una mano toma su muñeca, lo detiene y de manera inmediata es jalado para luego ser abrazado, era Todoroki, quien ahora hacia que se ocultara en su pecho. Estaba procesando lo que estaba ocurriendo, unas suaves caricias en su cabello empezaron de la nada.

—¿Qué crees que haces?...

—Tranquilo... Estoy aquí...

     ¿Por qué decía eso?...¿Había ocurrido algo además de esa situación humillante en el gimnasio?... ¿Por qué parecía tan preocupado?...

     La mano del bicolor sube lentamente a su mejilla y la acaricia suavemente esparciendo una pequeña lágrima que caía de sus ojos, estaba llorando y no se estaba percatando de ello.

—Gh- estoy- bien.., estoy bien, esto es ridículo... Hah... Solo olvida lo que viste... —ordena limpiando aquellas suaves lágrimas con toquedad, su orgullo no le permitía mostrarse de esa manera aunque sus emociones se revalsen.

—Bakugō...

     Se quedó pensando un poco pero luego vio a todos lados y no tardaría en acercarse a sus labios y besarlo en la boca, a lo que el rubio ceniza retrocede, no creía que sería un buen momento para un beso estando en medio del pasadizo de la academia a pesar de que eran horas después de clases, pero apenas se alejó Todoroki tomó su nuca y lo besó nuevamente sin dejar que se aparte otra vez.

—Mgh- —toma sus hombros y los aprieta con algo de fuerza mientras que el bicolor lo toma de la cadera y la nuca pegándolo a su cuerpo.

     Inevitablemente las mejillas del rubio ceniza se ruborizaron y un par de lágrimas más cayeron de sus ojos, no podía respirar bien, pero no le importaba, le gustaba ser besado por el medio albino aunque no lo admitiera.