• Capítulo 29 •

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—¡¿Qué le pasó a tu mano?! —cuestionó Mirio bastante preocupado

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—¡¿Qué le pasó a tu mano?! —cuestionó Mirio bastante preocupado.

     Apenas empezaban las actividades del club y ya habían reproches por parte del capitán, no podía creer que de un día para otro la mano del rubio ceniza terminara muy mal.

Ah... —el menor se queda pensativo sin saber si debía decir aquel momento tan penoso para él o inventar una cosa, no quería hablar.

No es un tema del que podamos hablar con facilidad, la cosa es que fue un accidente y ahora debe reposar —se metió el bicolor tomando el hombro de Katsuki en señal de que todo estaba bien.

Tendremos que cambiar el plan de la etapa dos —habló Tamaki que se encontraba detrás del capitán revisando unos cuantos papeles.

Sí, Bakugō kun más te vale hacer pequeños ejercicios para reforzar tu mano para las regionales.

—Sí, eso haré —afirmó el de menor altura.

Todoroki san, te lo encargo —finalizó yendo con los demás integrantes del club para hablarles sobre los cambios que se iban a hacer.

     Ambos jóvenes se quedan en silencio por unos momentos, pero mientras se encaminaban a su habitual lugar para sentarse el bicolor no puede evitar verlo de reojo con una ligera sonrisa.

Así que... ahora estás bajo mi cargo.

—Si dices una tontería aún tengo mi mano izquierda para golpearte.

—No, no, tranquilo no es como si quisiera hacerte algo.

—No sé si eso debería calmarme o inquietarme más... —el bicolor suelta una pequeña risa y observa su cuaderno.

     Tenían solo dos días para ver sus nuevas rutinas para la segunda etapa y ya estaban todos alborotados, menos mal estaba Hiryu Rin para reemplazarlo y lo mejor es que la barra fija era su especialidad. Todos parecían de acuerdo, al haber sido otro aparato probablemente hubieran tenido más problemas.

Al parecer ya se calmaron las cosas —comentó el medio albino.

Sí, pero al parecer ciertas personas piensan que me gusta estar lesionado —dijo frunciendo el ceño observando a dos estudiantes de primero que de vez en cuando le dedicaban una mirada de reojo.

No les hagas caso, creo que se trata más de llamar la atención o buscar pleitos.

—Tch.

—Más te vale no usar tu mano derecha para hacer cosas pesadas o me veré obligado a enyesártelo —advirtió el mánager.

Ya lo sé, nada de fuerza...

—Las regionales serán en dos semanas después de la competencia de primavera, tienes tiempo para curarte.

—Ser paciente no es uno de mis fuertes.

Rozando el cielo © [Todobaku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora