• Capítulo 33 •

2.9K 450 130
                                    

—Bakugō —llamaba alzando un poco la voz observando a los alrededores

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Bakugō —llamaba alzando un poco la voz observando a los alrededores

     Ya había pasado un rato desde que no lo veía, no quería que le pasara nada o que cometiera una estupidez que perjudicara su salud.

—¿Por qué te preocupas tanto por él? —se escucharía a espaldas del bicolor haciendo que este voltee a ver el dueño de la voz.

Con todo respeto, eso no te incumbe —respondería aún neutro.

No deberías encerrarlo, déjalo que caiga y que se levante solo, no puedes estar todo el tiempo con él, en algún momento tomarán caminos separados y él tendrá problemas para no depender de ti —seguiría hablando.

No lo encierro, simplemente lo apoyo en estas semanas de recuperación, es todo —respondería para luego seguir caminando.

El no merece tu apoyo... te mete en problemas y te trata de una manera muy injusta, al menos lo poco que he visto es así.

Él no es como tú crees, a pesar de no mostrarlo es un gran chico...

—¿Un gran chico?... no sé lo que te pudo haber hecho, pero definitivamente estás ciego...

No voy a seguir discutiendo contigo Hiryu san, además, yo me parecía a él hace un año, ¿También incitabas a otras personas para que dejaran de socializar conmigo?

—No es eso, él te hace daño... —diría observando al bicolor verlo de reojo para luego seguir su camino sin darle respuesta alguna.

     El chico del intercambio frunció levemente el ceño, desde que Bakugō se unió a su equipo Todoroki ha estado siempre detrás de él, la actitud del ceniza no parecía cambiar y solo le daba a entender que no era una buena influencia para el mánager del club.

     Ya sospechaba un poco sobre un posible romance entre estos ya que paraban juntos todo el tiempo, e incluso han habido rumores de que Todoroki dejó a una de las chicas más atractivas de la academia por una tontería.

     Eso ocurrió días después de conocer al gimnasta rebelde, o al menos eso fue lo que calculó con ciertos datos que había oído por ahí por parte del capitán del club.

     No podía permitir que un amigo suyo esté con alguien así de tóxico, no era sano, podría dejar muy dañada a una persona y más si se trataba de Todoroki, alguien que recién había cumplido con su tiempo de recuperación y se sentía inferior a cualquier gimnasta, al lado de esa bestia... ya tendría por seguro su retiro definitivo de la gimnasia.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Rozando el cielo © [Todobaku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora