• Capítulo 2 •

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—Todoroki Shōto de segundo año —se presentó guardando las llaves del gimnasio en su bolsillo—, ¿quién eres tú? —ahora cuestionó él

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Todoroki Shōto de segundo año —se presentó guardando las llaves del gimnasio en su bolsillo—, ¿quién eres tú? —ahora cuestionó él.

Eso no te incumbe —chasqueó la lengua y camina hacia el mayor algo amenazante.

Tienes razón, pero si quieres que te dé las llaves del gimnasio al menos dime tu nombre.

¿Por qué? ¿eres acaso el capitán del club de gimnasia? —cuestionó Katsuki quedando frente al bicolor.

No —respondió sin inmutarse por la cercanía del ajeno.

¿Entonces?

—Soy el mánager —los ojos del rubio ceniza se abren ligeramente.

     ¿De verdad era el mánager? Traga saliva un poco nervioso y desvía la mirada, seguro que lo vio el día anterior y por eso lo iba a regañar por ingresar al gimnasio sin permiso ni supervisión de nadie, pero un pensamiento en específico lo hizo empezar a temer por lo que podría ocurrir.

"No me dejarán entrar nunca más"

Oye... Podemos llegar a un acuerdo ¿Verdad? —la vista del de menor altura está clavada en el suelo, estaba preocupado y no quería dejar ese deporte por nada del mundo.


Primero quiero verte.

¿Ah? —levanta la mirada, estaba confundido por lo que dijo y espera a que el manager aclare sus palabras.

¿Sabes usar todos los elementos? —Katsuki asiente, ¿acaso quería probarlo?— Usa las barras paralelas.

¿Qué? ¿Por qué?

¿Quieres seguir entrando al gimnasio o no?

—¿Tengo que responder eso? —frunció el ceño pensando en que la respuesta era demasiado evidente y aceptó a lo que dijo el bicolor.

     Ambos ingresan al gimnasio y encienden las luces, el rubio ceniza tenía una rara sensación en el estómago, estaba algo nervioso pero aún así no se dejaría intimidar por la presencia de ese chico tan extraño.

Puedes prepararte el tiempo que quieras —avisó haciendo que el de mirada carmesí soltara un pesado suspiro.

     Apenas lo conocía, pero ya le caía bastante mal, deja su mochila en una banca y de ahí saca las prendas que normalmente usaba para practicar ese deporte, se quita la polera negra que llevaba dejando su torso desnudo.

      Por otro lado, Todoroki se le quedaba viendo fijamente, analizaba su cuerpo y notaba que tenía bastante potencial al menos para soportar su propio peso, aún tenía que ver su flexibilidad y agilidad.

Rozando el cielo © [Todobaku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora