⸂ Sugar ♡ Ice ; gruvia, au.

05... ❨❨🍧❩❩

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― ¡Han crecido!

―Yo lo veo todos los días, no veo la diferencia. ―encorvando una sonrisa al llegar a casa invitando a Juvia como quedaron ayer, los gemelos Emma y Gale están sentados en el suelo de la sala jugando con sus juguetes como si toda la casa fuera para jugar. No es culpa de ellos, son sus abuelos que los tienen malcriados.

―Soy la tía Juvia, ¿se acuerdan de ella? ―animada, se acerca asentarse junto a ellos, abrazada por los dos. Sí la reconocen― Son unos niños muy buenos y lindos, igual a mamá Levy. ―aunque uno es un poco diferente a ella, no entrará en discusión por eso. A Levy no le gusta mencionarlo.

― ¿Quieres comer algo? Mi papá hizo un queque.

― ¿Tu papá?

―Te sorprenderías lo que es capaz de cocinar, no por nada trabaja en un restaurante ―dice, mirando a sus hijos cerca de Juvia. Se agacha, cogiendo a su hija―. ¿Dónde está la abuela?

―Patio. ―dice la niña.

―Avisaré que llegué. ―le dice a Juvia.

―Está bien ―dice Juvia sin salir del suelo, viendo a Levy caminar con la niña en brazos fuera de la casa, a la parte trasera. Gira la cabeza sonriéndole a la pequeña copia de quien sabe, el papá desaparecido, preguntando si ya sabe los números―. ¿Puedes contar hasta el cinco?

― ¡Sí! ―una respuesta concisa, sin soltar una pieza de lego― Uno, dos, tes, cuato... ¡cinco!

― ¡Muy bien! Eres un niño muy inteligente, como tu mamá ―le halaga―. ¿Qué color es este? ―apunta a una pieza amarilla.

―Ama...rillo.

― ¿Y este?

―Vede. ―atento a lo que Juvia le muestra, Levy vuelve con la niña y una señora. Juvia gira, saludando cordial a la señora McGarden, hacía tiempo que no la veía, no ha cambiado nada.

―Tú tampoco Juvia, ya te extrañaba a que vinieras. ¿Cómo está tu mamá?

―Ella muy bien, cada día más vieja. ―dice graciosa, poniéndose de pie.

―De seguro quieres chismear con ella ―menciona Levy, dejando a su niña al lado de su hermano, pasando la mano por el cabello del niño, peinándolo un poco―. Estás que explotas.

―Ustedes dos cuando lleguen a esta edad, harán lo mismo y se acordarán de nosotras.

―Espero que no. ―poniendo los ojos en blanco, las tres ríen. Se levanta, preguntando a su madre si saldrá o se quedará en la sala. Ella esperaba que llegara Levy para salir al centro de la cuidad, le hace falta cremas para la cara, no demorará mucho, que Juvia se sienta cómoda, como en su casa.

Juvia sonríe.

La señora McGarden se despide de las dos, saliendo de la casa.

― ¿Queque? ―pregunta Levy.

―Claro ―y Juvia acepta, sentándose en la silla de la mesa del comedor, observando a los infantes jugar. Levy toma asiento a su lado, depositando dos pedazos generosos de queque en platos, más dos tazas de té negro para acompañar. A estas alturas ya parecen como si estuvieran entrando a edad señora―. ¿No has pensado en llevarlos a una guardería? Ya están en edad.

―Lo he estado pensando, pero me da miedo dejarlos solos. Al menos mamá los cuida bien.

―Debes buscar una buena guardería, sobre todo cerca de la universidad para cuando salgas y los recojas.